Nacidos en una realidad donde las
relaciones humanas están dominadas por el egoísmo, el lujo, la apariencia y la mentira, conscientes de esa condición a través de las enfermedades del cuerpo y del espíritu que nos aquejan, hemos decidido cambiar nuestras vidas por una forma más natural y saludable de existencia.
La verdad, la libertad de pensamiento y
acción acompañarán nuestras aspiraciones como constantes puntos de referencia.
Ida Hofman y Henry Oedenkoven,
fundadores de Monte Verità, 1906
fundadores de Monte Verità, 1906
Los que habéis leído la entrada anterior:
sobre el anarco naturismo, podréis entender con mayor conocimiento de causa, las líneas que siguen, sobre uno de esos proyectos utópicos casi olvidados, llevado a cabo por algunas de las personalidades más destacadas e influyentes de la cultura europea del S.XX. Quizás recordéis que terminaba con unas preciosas palabras de Emma Goldman sobre el amor libre. Esa misma escritora, escribía más adelante, unas palabras que parecen dedicadas a los protagonistas de la auténtica aventura (odisea) que vamos a explicar a continuación.
Algún día, los hombres y las mujeres se
elevarán y alcanzarán la cumbre de las montañas; se encontrarán grandes, fuertes
y libres, dispuestos a recibir, a compartir y a calentarse en los dorados rayos
del amor. ¿Qué imaginación, qué fantasía, qué genio poético puede prever,
aunque sea aproximadamente, las posibilidades de esa fuerza en las vidas de
los hombres y las mujeres? Si en el mundo tiene que existir alguna vez la verdadera
compañía y la unidad, el padre será el amor y no el matrimonio.
En 1906, Ida Hofman
y Herny Oedenkoven, fundadores de Monte Verità, afirmaron que ante el hecho de que las
relaciones humanas están dominadas por el egoísmo, la apariencia, el lujo y la
mentira,
era necesario cambiar
nuestras vidas por una forma más natural y saludable de existencia. Por esta razón fundaron
Monte Verità en el Ticino, corazón italiano de los Alpes Suizos. Muy pronto los
intelectuales europeos se mostraron interesados por el proyecto y le dieron su
apoyo.
Este ensayo lleno de admiración por el pensamiento utópico, tuvo entre otros seguidores a Jung, Eliade,
Otto, Hesse, Kropotkin, Gross, Steiner, Arp, Joyce, Rilke, Thomas Mann, DH
Lawrence, Franz Kafka, Franz Werfel, Frisch, Klee, Brecht, Stefan George,
Tristan Tzara, Duncan y muchos vegetarianos, nudistas, teósofos, anarquistas,
literatos y utopistas llenos de candor y de verdad.
Monte Verita fue ante
todo, una colonia de naturistas, partidarios del anarquismo, disidentes del
psicoanálisis y artistas que se oponían a la cultura patriarcal y luchaban por
el resurgimiento de una vida más libre basada en el mito de la mujer. La
existencia de esos antihéroes, hoy casi ignorados, está hecha de amores,
tragedias, orgías, locura y mágicos crepúsculos. Su pensamiento, curiosamente
olvidado, desencadenó la desconfianza de las autoridades, contribuyó al
desarrollo de la danza moderna, del psicoanálisis y de la mejor literatura del
S.XX.
EN BUSCA DEL
PARAÍSO
En 1899, tres de
esos no conformistas que buscaban huir de las metrópolis se encontraron por
casualidad en el centro de cura de aguas de Arnold Rikli, en Veldes (Austria).
Se trataba del millonario Henri Oedenkoven, hijo de un industrial belga; de Ida
Hofmann, una profesora de música y feminista once años mayor que él, y de Karl
Gräser, un teniente del ejército austríaco y posteriormente artista. Los tres intimaron y se dieron
cuenta de que compartían las mismas inquietudes y deseos. Detestaban la
sociedad patriarcal, amaban al sol como a un dios y rendían culto a la Mujer
primigenia, como símbolo de la Madre Tierra.
Pronto se sumaron
al trío Jenny, la hermana de Ida, también música y cantante; el hermano menor
de Karl Gräser,
Arthur (o "Gusto", como él quería que lo llamaran);
Ferdinand Brune, un teósofo de Graz, y Lotte Hattemer, hija de un alto oficial
de Berlín. Los siete querían escapar de las grandes urbes y comprar un terreno
donde pudieran crear una comunidad con un estilo de vida propio.
Los amigos se
dividieron para recorrer el Sur (que para ellos era el Ticino) con el fin de
encontrar un lugar apropiado para vivir en contacto con la naturaleza.
Los
hermanos Gräser dieron así con la pequeña población de Ascona, que contaba
entonces con poco más de mil habitantes. Los jóvenes se pusieron de acuerdo
para comprar tres hectáreas y media de tierra en lo alto de Monescia y
bautizaron el lugar como Monte Verità ("Montaña de la verdad").
Entonces comenzaron
las disidencias. Oedenkoven e Ida Hofmann querían levantar un sanatorio para gente
adinerada y, con las ganancias, sostener una comunidad naturista. Los hermanos
Gräser -sobre todo Gusto- no estaban de acuerdo en seguir comprando o vendiendo
cosas, aunque Karl adquirió, de todos modos, un pequeño terreno al lado del que
tenían Oedenkoven y Hofmann, y construyó una casa donde se fue a vivir con
Jenny Hofmann.
Gusto eligió como domicilio una cueva de rocas en la que vivía a
la manera de un anacoreta y Lotte Hattemer prefirió las ruinas de una casa
abandonada, frente a la cual, todas las noches, encendía al aire libre un fuego
ritual para purificar el mundo.
En 1902, se
inauguró el sanatorio de Monte Verità y llegaron los primeros pacientes. En la
clínica sólo se servía comida vegetariana, casi toda cruda. Los pacientes se
exponían con el cuerpo desnudo a baños de sol y se sometían a curas de aire, de
tierra y de agua. Vestidos con túnicas y sandalias, se entregaban a danzas
grupales bajo las estrellas o los rayos solares.
Ida Hofmann publicó
un panfleto en el que explicaba cómo las mujeres podían alcanzar salud y
condiciones de vida más armoniosas. En primer lugar, no debían casarse pues el
matrimonio era, para ella, una cadena de mentiras. Las grandes religiones, el
hinduismo, el cristianismo y el judaísmo eran patriarcales y, por tanto, debían
ser evitadas.
El sanatorio atrajo
no sólo a clientes, sino también a numerosos simpatizantes de esas ideas
naturistas y alternativas que se instalaban en la colina, dormían al aire libre
o en las cabañas que levantaban. Otros se alojaban en hosterías, o bien
alquilaban casas. Muchos llegaban a pie, vestidos al estilo de Monte Verità
(muy parecido, por otra parte, al de los hippies de 1970).
Estos
"naturmenschen" vivían desnudos generalmente, cultivaban sus verduras
(hubo una muy corriente vegetariano) y rechazaban la sociedad moderna.
Realizaban
danzas rituales, a menudo sobre una música de Wagner, Todas estas comunidades
anunciaban una nueva edad y lamentaban la Edad de Oro (el matriarcado), el Paraíso Perdido.
Los niños iban hacer baladas, descubrir la
naturaleza, cantaban de viejas canciones germánicas idealizando una edad media
gótica,
EL PSICOANÁLISIS
PAGANO
En 1905, la llegada
de Otto Gross, uno de los hombres que mejor representaría ciertas ideas de
Monte Verità, marcó una nueva etapa, de gran riqueza ideológica. Lo acompañaba
su esposa, Frieda. Ella permaneció allí hasta la muerte, mientras su marido iba
y venía de Monte Verità, hasta que en 1913 se fue para no regresar. Alto,
delgado, rubio, de labios sensuales y ojos celestes, Otto ejercía una atracción
irresistible sobre las mujeres. Había nacido en 1877 en Graz y era hijo del
juez Hanns Gross, a quien se considera el iniciador de la investigación moderna
de los delitos. Munido del arsenal de la ciencia positivista, Gross padre
intentaba establecer la inocencia o la culpabilidad de un acusado apoyándose en
los datos científicos, comolas huellas digitales o el análisis de la sangre,
que le parecían mucho más confiables que los testimonios. Sentía hostilidad
hacia el psicoanálisis y atacó el trabajo de Freud sobre la sexualidad
infantil, de 1896. Hanns Gross encarnaba todo lo que su hijo combatiría.
En 1899, Otto se
graduó en medicina y se embarcó en el barco Kosmos de la Hamburger Line, como
médico de a bordo, con destino a la Argentina. Pasó por Punta Arenas y llegó
hasta Tierra del Fuego, donde tomó contacto con los anarquistas locales.
Durante esa travesía se hizo adicto a las drogas en las que buscaba una
ampliación del conocimiento. De regreso a Alemania, se enfrascó en el estudio
del psicoanálisis. Mientras su padre se interesaba en los asesinos para
castigarlos, Otto lo hacía para comprender su comportamiento, corregirlos e
impedir castigos inútiles. Pronto se convirtieron en enemigos intelectuales y
Hanns, munido de su prestigio oficial, persiguió a su hijo de un modo
implacable.
En Ascona, Otto
Gross encontró un lugar donde podía vivir de acuerdo con sus ideas sin
despertar demasiado la atención. Jamás tomaba alcohol y nunca comía carne, pero
nunca pudo librarse del todo de su adicción a la cocaína y a la heroína. Era
partidario de las posiciones más extremas de Freud, que él llevaba aún más allá
en la teoría y en la práctica. Freud desconfiaba de él por su independencia y
su audacia, aunque llegó a reconocer que entre sus discípulos había sólo dos
hombres geniales: Jung y Gross.
En 1908, en un
Congreso de psicoanalistas realizado en Salzburgo, Jung habló sobre la
esquizofrenia y Gross sobre las perspectivas culturales del psicoanálisis. Otto
pensaba que las neurosis podían ser eliminadas por medio de un cambio social y
cultural. La situación que se vivía en Europa tornaba inevitable la enfermedad
y él, al negarse a disfrazar su propia enfermedad frente a sus colegas, sentaba
un ejemplo para que los otros psicoanalistas hicieran lo mismo. Eso era
demasiado para Freud, que subrayó: "Somos doctores, y debemos seguir
siendo doctores". Otto empezó a sentir que Freud era una figura tan
patriarcal como su padre.
Según Gross, el
amor libre y la promiscuidad, más aún las orgías, eran prácticas aconsejables
(que él mismo seguía), porque de ese modo hombres y mujeres, al liberarse del
sentido de la propiedad sobre otros seres humanos, podrían conquistar un
sentido de igualdad.
Uno de los hechos
que lo condenaron socialmente fue un gesto que él consideró piadoso. Lotte
Hattemer, una de las fundadoras de Ascona, víctima de una atroz depresión,
quería suicidarse y le pidió un veneno que no la hiciera sufrir. Aunque Gross
buscó evitar que ella tomara esa decisión, cuando comprendió que no había modo
de hacerla retroceder y que ella iba a matarse del modo más cruento, le
proporcionó una sustancia que ella utilizó para terminar su existencia sin
dolores. Por supuesto, Otto tuvo que responder ante la justicia por esa
actitud. Años más tarde, se vio de nuevo involucrado en el suicidio de otra
mujer, Sophie Benz, lo que perjudicó aún más la reputación del psicoanalista.
JUNG SE LIBERA DEL
PECADO
Freud le pidió a
Gross después del Congreso de Salzburgo que se internara en Burghölzli, donde
Jung lo trataría.
Este sometió a su colega a una terapia intensiva. En una
ocasión, hablaron doce horas seguidas, intercambiaron roles y Jung, fascinado
por Gross, fue psicoanalizado por éste, que le transmitió su hostilidad hacia
la monogamia. Jung, que pasaba por una profunda crisis, aseguró a Freud que la
salud mental de Otto y la suya propia habían mejorado después de las charlas
que habían mantenido.
Convertido a la
poligamia, Jung, que estaba casado con Emma Rauschenstein, se apresuró a tener
relaciones sexuales con Sabina Spielrein. Dos años más tarde, ciertos párrafos
de sus obras y cartas muestran la influencia de su colega y paciente. Llegó a
escribir, por ejemplo, que "si el psicoanálisis tenía una función moral,
consistía en transformar a Cristo, con cautela, en el dios adivinador del vino,
que era, y absorber todos los impulsos extáticos del cristianismo con el único
objeto de hacer del culto y del mito sagrado lo que había sido: una fiesta del
vino en la que todo hombre podía tener el ethos y la santidad de un
animal".
Como si estuviera
empeñado en probar las tesis de su hijo sobre el patriarcalismo tiránico y
asesino, Hanns Gross lo persiguió de un modo implacable. En 1912 lo desheredó
porque, según él, Otto estaba loco, como lo probaban sus sucesivas
internaciones en instituciones mentales, su prédica del amor libre, el
anarquismo y la convicción de que su mujer tenía derecho a tener hijos con
cualquier hombre que ella eligiera. Al año siguiente, Hanns convenció a la
policía de Berlín de que Otto era un peligroso psicópata que debía ser
encerrado en un asilo y apartado de la educación de los hijos que había tenido
con Frieda, a quien pidió además que se privara de sus derechos de padre.
El arresto de Otto
provocó la reacción de los intelectuales de Prusia, Austria y Suiza, que
firmaron solicitadas a su favor. Durante su encarcelamiento, Otto escribió una
ética en la que afirma que la psicología del inconsciente era la filosofía de
la revolución. El psicoanálisis se encargaría, según él, de liberar a los
hombres, de crear un fermento de revolución en la psique. Curiosamente, los
certificados de locura firmados durante una internación por Jung y por Freud
habían contribuido a hundir a Otto en los terribles manicomios de la época.
LA BONDAD DEL
GÉNESIS
Fueron varios los
intelectuales de principios del siglo XX que cayeron bajo la fascinación de
Gross y la atmósfera de Monte Verità. El novelista Franz Werfel fue uno de
ellos. En su novela Barbara expone las teorías de Gross, a través del
personaje del doctor Gebhart, quien sostiene que el placer es el único criterio
de valor. Según Gebhart-Gross, el amor reinaba en los tiempos de Babilonia,
cuando la mujer tenía la misma dignidad que el hombre, pero el monoteísmo judío
apartó el amor del mundo. La Biblia, salvo en el Génesis, difundió el
patriarcalismo.
Gebhart-Gross
suponía que el Génesis de la Biblia debía de haber sido escrito por un
sacerdote de la vieja religión matriarcal porque en sus páginas se admite que
la mujer fue en un momento histórico desviada por el Espíritu Maligno. Este la
persuadió de renunciar a su antigua dignidad, que la ponía por encima del
hombre y la asimilaba a la Madre Tierra, a cambio de comodidad y de protección.
Cuando el hombre y la mujer, tentados por el Mal, comieron el fruto prohibido,
sellaron el trato por el cual cada varón promete mantener a una mujer y a sus
hijos a cambio de que ella se convierta en su propiedad privada.La sociedad
había terminado por asesinar a la Madre mítica.
Otro de los
escritores que se interesaron por la personalidad de Gross fue Franz Kafka, que
lo conoció en Praga. Kafka había leído los ensayos sobre psicoanálisis de Otto
Gross y, por cierto, comprendía la terrible relación que éste tenía con su
padre, ya que tenía muchos puntos en común con la que él mantenía con el suyo.
Por si fuera poco, Kafka había sido alumno de Derecho de Hanns Gross. El autor
de El proceso no pudo haber simpatizado con él, pero la aparente
coincidencia entre su pensamiento y la tesis de Hanns de que algunos hombres
han nacido criminales y, en cierto modo, están condenados a ser procesados y
castigados desde el nacimiento, debe de haberlo impresionado porque, de un modo
diferente, Kafka sostiene esa idea y la hace aún más extrema. Todo hombre es
culpable, aunque no sepa de qué crimen.
EL SACERDOTE DEL
AMOR
Si bien no llegó a
conocerlo D. H. Lawrence se vio influido por las ideas de Otto Gross. Frieda
von Richthofen, que sería la esposa de Lawrence, había pasado una temporada en
Ascona y había compartido el amor de Otto con su hermana Else (ésta tuvo un
hijo, Peter, con Gross). En la descripción que Frieda hizo de Otto a Lawrence,
el psicoanalista aparecía "tan hermoso como un Dionisos blanco". En
la novela de Lawrence Mr. Noon , el personaje de Eberhard está
inspirado en Otto. De acuerdo con el texto de Lawrence, Eberhard-Gross
"hacía creer en el amor, en el carácter sagrado del amor".
Cuando Frieda se
unió a Lawrence, le entregó las cartas que Gross le había dirigido como una
especie de dote intelectual. A través de ella, Lawrence recibió no sólo la
influencia de Otto, sino la de todo el ambiente espiritual de Ascona que
practicaba el culto solar y veneraba la pureza de la carne y de los instintos.
Frieda, según Gross, había logrado liberarse "de la castidad impuesta por
la moral, de la Cristiandad y de la Democracia, y toda esa pila de
tonterías..."
HESSE Y LA VIRGEN
Hermann Hesse
recibió la influencia de Ascona por varias vías. Siempre se sintió atraído por
el vagabundeo. En uno de sus primeros libros, Knulp , el protagonista
es un vagabundo amable que vive en un mundo de juego y sensualidad. Los
peregrinos que iban hacia Monte Verità y pasaban frente a la casa de Hesse
excitaron de joven su sed de aventuras. En 1907, Hesse siguió una cura en la
clínica de Ascona para librarse del alcoholismo y al año siguiente se encontró
allí con Gusto Gräser.
La figura de ese hombre que vivía entre las piedras,
apartado del mundo de producción capitalista, atrajo la fantasía de Hesse, que
se inspiró en él para crear algunos de sus personajes.
Gräser se había
atrevido a hacer lo que Hesse nunca haría. Recorría Suiza y Alemania predicando
la vuelta a la naturaleza y el rechazo a la sociedad capitalista. Al mismo
tiempo, escribía sobre Lao Tse. Perseguido por las autoridades como un
sospechoso anarquista, fue encarcelado varias veces. En una de esas
oportunidades confió sus textos sobre Lao Tse a Hesse. Huellas del contacto de
éste con Monte Verità se pueden encontrar en Demian , que fue
calificada de novela junguiana, en El lobo estepario y en El
juego de abalorios , que termina con el baile místico de un joven,
contemplado por su maduro tutor, frente al lago.
Esa última escena le debe
mucho al espíritu de Rudolf Laban y Mary Wigman, creadores fundamentales de la
danza contemporánea y animadores de la vida cultural de Ascona.
En Viaje a Oriente también hay referencias a Monte Verità. Leo, uno
de los principales personajes del libro, es una recreación de Gusto Gräser.
Hesse fue muy
sensible al culto de la Mujer que se practicaba en Ascona. Llegó a escribir un
artículo sobre la Fiesta de la Madonna en el cantón Ticino. Su pensamiento,
marcado por el psicoanálisis de sello junguiano al que se había sometido, lo
había hecho en los años de juventud muy devoto de la figura de la Madre, como
puede apreciarse en Demian , donde el protagonista queda encandilado
por la bella madre de Demian.
Durante varios
años, Hesse siguió en contacto con Gräser y solucionó los problemas económicos
de éste. En cierto modo, se sentía culpable de haber utilizado la existencia
atormentada de Gräser para su obra. Pero mientras Gusto terminó su existencia
en 1958 casi como un mendigo, pero fiel a sus ideas contradictorias, Hesse
sucumbió a la comodidad que le proporcionaba el dinero que ganaba con sus
libros, a la popularidad y, finalmente, al Premio Nobel.
A fines de 1919,
con la partida de Laban de Ascona y con la muerte de Otto Gross, en 1920, el
espíritu que había animado Monte Verità terminó disolviéndose y pronto cayó en
el olvido. La muerte de Gross en 1920, entregado a la locura, persiguiendo la
sombra de la Mujer y el espejismo de una sociedad matriarcal, era una
advertencia del peligro que podían correr los que desafiaban el patriarcalismo.
Entonces Ascona fue
invadida por una sociedad cosmopolita, rica y frívola, que seguía el prestigio
maldito de la bohemia en el preciso instante en que la bohemia abandonaba las
costas del lago. Pronto esas tierras que los fundadores de Monte Verità y los
peregrinos habían comprado por nada se valorizaron. Las islas de Brissago, en
el medio del lago, frente a Ascona, adquiridas por Max James Emden, rico
comerciante de Hamburgo, se convirtieron en el centro de una vida social
aristocrática y disoluta. El espíritu demoníaco de Ascona se había reencarnado,
pero esta vez no era el ardor vital del sexo lo que movía a los cuerpos y a las
almas, sino el del dinero. Veinte años después, el capitalismo había derrotado
y, más aún, asimilado a la contracultura. Por Hugo Beccacece
LA COMPLICADA ESPIRITUALIDAD DE MONTE VERITÀ.
De hecho, el lugar
tenía ya desde el S.XV unas reminiscencias sagradas, puesto que en el 1428, en una
fuente –La Fonte della Madonna- a 150 metros de donde se alzaría la comunidad,
se había aparecido la Vírgen. Tambíen hubo un Santuario dedicado a la Vírgen.
Por si ésto fuera poco, en los siglos XVI y XVII, el lugar había sido escondito
de la secta de los Waldenses –los que viven en el bosque-. La vocación
religiosa de la zona, parece incluso més antigua, dado que por los alrrededores
se han encontrado restos megalíticos y, según parece, los restos de algún
castro u oppidum, incluso un auténtico Santuario celta. El mismo nombre de
Ascona, nos remontaria a una antigua Diosa Madre de orígen prehistórico.A buen
seguro que todos éstos datos influyeron en la elección del lugar por los
hermanos Graeser. Y, aunque ésto no lo supieran nuestros protagonistas, según
unas mediciones efectuadas en el año 1977, Monte Verità es uno de los tres
lugares de Suiza donde pueden apreciarse fuertes anomalías magnéticas,
seguramente a causa de los depósitos de ferrita.
Hay que reconocer
que el nombre, sumado a la belleza natural del lugar, puede despertar algunos
sentimientos de religiosidad relacionados con el misticismo, religiosidad
mística inspirada en "La naturaleza de Nuestra Señora". Es interesante
añadir que las vistas desde Monte Trinita, donde estas siete personas vieron
por primera vez el futuro Verita Monte, las tres colinas de Monte Verita, de
hecho, se parecen una mujer acostada. Esta semejanza es aún más sorprendente
cuando uno se acerca por el camino a pie, al ver lo que se parece a tres generosos
"pechos", que, en primer plano, el famoso "Monte Verita "
(un verdadero monte de Venus ), como se puede ver no muy lejos del actual
puente de la carretera que atraviesa el río Maggia, para enlazar con la llanura
Locarno Ascona.
Entre sus fundadores
Oedenkoven, tenía a través de lazos familiares relación con los círculos de Helena
Petrova Blavatsky, una de las fundadoras de la Sociedad teosófica, quien es muy
posible que estuviera enterada del propósito de fundar esa comunidad. En
intercambios de correspondencia anteriores a la compra ya se hablaba de
organizar una especie de monasterio teosófico la “Fraternitas”, el documento
habla, entre otras cosas de dieta vegetariana, la teosofía y la vida según la
fraternidad universal.
El propósito
declarado de Oedenkoven, hijo aún muy joven de un rico industrial de Bélgica,
fue el de construir un sanatorio dedicado a lo que hoy llamaríamos
"naturopatía". En este sentido, él y sus amigos fueron sin duda
pioneros. La reforma se orientaba tanto a los alimentos, como a la ropa y a las
relaciones sociales. El proyecto de Hoffmann-Oedenkoven en Monte
Verità tuvo desde su inicio el retorno consciente a la naturaleza,
llamado lebensreform (reforma de vida), que podía alcanzarse por
medio del vegetarianismo y el nudismo, así como la liberación del hombre
–entendido como unidad del cuerpo, el alma y el intelecto– a través del
potencial físico e intelectual reprimido. El cuerpo fue el protagonista. La
enseñanza consistía en usar "ritmos biológicos primitivos", la
práctica de tratamientos de helioterapia (curas de sol) y ejercicio físico.
Bajo la visión de un esfuerzo autopedagógico que revitalizara al cuerpo, se
obtendría la pureza de espíritu.
Por otro lado, Oedenkoven no era hostil al
progreso. Podía apreciar la comodidad que proporcionan algunas innovaciones
tecnológicas, siempre que no se degradase la naturaleza circundante. Una gran
parte de sus esfuerzos se orientaron en convertir a la cooperativa
económicamente viable. En 1905, cinco años después de su entrada en escena,
publicó un folleto titulado "Normas Provisionales de la Sociedad
Vegetariana del Monte Verita", donde leemos que el objetivo de la
cooperativa fue el desarrollo de nuevos estilos de vida (hoy diríamos
"alternativa"), para "un mejor acuerdo con las leyes de la
naturaleza".
Esta armonía con las leyes de la naturaleza está simbolizado
por el signo Taoista del Yin-Yang, que aparece en el techo, encima de las
ventanas del edificio principal de la cooperativa Monte Verita, construido en
el año 1904 a petición de su amigo Henri Odenkoven por Walter Hoffmann
(1871-1904). En ese punto, podríamos decir que el edificio central, que son
sólo escaleras, era una especie de templo taoísta. De alguna manera, este
templo está todavía allí en el vacío persiste debido a que conserva la terraza
existente, que es en realidad nada más que la base del antiguo edificio. Además
no debemos olvidar que la esposa legal de Oedenkoven Isabelle, era grado VIIº
de la Sociedad esotérica Ordo Templis Orientis, sociedad semejante a la
Masoneria, vinculada con Alister Crowley y la mágia.
Su compañera, Ida
Hofmann-Oedenkoven (1864-1926), pianista austro-húngara estaba dotada también
con un sentido práctico, sabiendo que debemos ser más receptivos y sensibles a
los valores intangibles de la existencia. A ella debemos el nombre de algunos
nombres wagnerianos de Monte Verita "The Glade Parsifal"
(Parsifalwiese), "El Peñón de las Valkirias" (Walkürenfelsen), etc.,
Haciendo de la colina una especie de Asgard o Salón de la música wagneriana.
Por lo tanto, cabe preguntarse si algunos Monteveritani no han hecho una
conexión entre Asgard y Ascona. Dada la wagnéromania de aquellos tiempos, esos
nombres sin duda podrían ser considerados una atracción turística importante.
Sin embargo, no podemos decir que las motivaciones de Ida Hofmann no eran más
que turísticas (aunque, al igual que su compañero, estaba preocupada por la
viabilidad económica de la empresa). De hecho, también tendrá la redacción de
por lo menos tres libros: el primero da consejos para "el desarrollo
armónico de la Condición Jurídica y Social de la Mujer"; el segundo está
dedicado a la promoción del végétarianismo, mientras que el tercero se describe
la historia "y no verdadera narración" de Monte Verità. Es decir, que
junto al pequeño libro de Adolfo Grohmann, un folleto de humor anarquista, Erich
Mühsam que se quedó en el Monte Verita en 1904, así como algunos artículos
laudatorios a veces, o a veces polémicos, en la prensa, fué uno de los primeros
textos que han ayudado a difundir el mito de Monte Verita. Ida Hofmann describe
su encuentro con Henri Oedenkoven en el verano de 1899, en un instituto de la "naturaleza
curativa", el Naturheilanstalt Rikli Veldes en Austria, donde nació la
idea de establecer un sanatorio mucho más vanguardista en algún lugar al sur de
los Alpes.
Es interesante para
nuestros propósitos que Ida Hofmann guardara ciertas distancias con las
"antiguas supersticiones", incluyendo el cristianismo al que considera
osificado. Uno de sus autores favoritos, fué el ruso Lev Tolstoy, en particular
sus obras menos conocidas hoy como “El reino de Dios está en nosotros” (1893 -
Master Eckhart hubiera dicho lo mismo!) y la nota de “la decepción de la
Iglesia (1900, lo que le valió la excomunión de la Iglesia Ortodoxa en 1901).
Sin embargo, Ida Hofmann mantuvo ciertas distancias con las nuevas teorías esotéricas-religiosas
de su época, como: "Ciencia Cristiana", la teosofía, el espiritismo,
la espiritualidad, el misticismo, etc.,
aunque ella misma presentara a los
monteveristas a Theodor Reuss, máximo dirigente de la Ordo Templi Orientis y
que gracias a ella y a su compañero, el bailarin checo Rudolf de Laban, tambien
miembro de OTO y su compañera Mary Wiegemann, se instalara en Monte Verità.
Asimismo, considera que la mayoría de las experiencias "suprasensibles del
mundo" no son más que percepciones ilusorias inducidas por la irritación
excesiva del sistema nervioso, y las consideraba indeseables para la salud de
nuestro organismo. A pesar de esto, ella acepta con curiosidad apologistas y acoge
con amabilidad a personas de todas las creencias religiosas (ortodoxos o
heterodoxos), teósofos, espiritistas, etc., Interesados en el sanatorio Monte Verita. A pesar de las
reservas mencionadas anteriormente, cabe destacar que dos lugares de su libro
el "misticismo" (y no "mística") adquiere una nota muy
positiva, la palabra "místico" parece referirse al instrumento
mientras una "conciencia de la determinación de su propia
individualidad". Podemos deducir que en cierta medida para Ida Hofmann, lo
místico es una forma de interioridad, es decir, un camino para el verdadero
conocimiento de sí mismo.
Gräser, Gustav
(1879-1958) Aunque este joven
profeta en sandalias (que sólo tenía 21 años en el momento de incorporarse al
grupo en 1900), no parece haber sido muy bien recibido por Ida Hofmann y
Oedenkoven, hay que reconocer que el mito de Monte Verita no habría llegado a
ser lo que es sin este personaje carismático. Nacido en Kronstadt (rebautizada
Stalin en 1950 y Brasov en 1960), es decir, uno de los siete pueblos o ciudades
fortificadas de Transilvania, construida en el siglo XIII por los Caballeros
Teutónicos, Arthur Gustav Graser ( llamado Gusto Gras) fue sin duda un
caballero teutónico en lo físico, pero absolutamente nada marcial o militarista
en las profundidades de su alma. Muy por el contrario. Su oposición a cualquier
forma de violencia, que profesaba a lo largo de su larga vida, a veces a costa
de enredos serios con las autoridades - incluyendo al menos dos de cárcel, e
incluso la pena de muerte en 1915, de la que salvó por poco por la llegada de
su esposa, acompañada por una de sus cinco hijas - le valió el epíteto de
"Gandhi del Oeste".
Muchas
personalidades famosas que han conocido y amado - y que a veces tuvieron que
intervenir en su favor después de algunos problemas con las autoridades, entre
ellos el profesor Auguste Forel, Hermann Hesse y Thomas Mann, quien dice que Gräser
es un hombre de corazón puro. Un poco como los predicadores cátaros, o como
Meister Eckhart, viaja grandes distancias a través de Europa, principalmente a
pie, a veces en un pequeño remolque tirado por dos caballos, junto a su esposa
y seis niños que no eran todos de la misma.
Antes
de unirse al grupo fundador Monteveritani, Gustav Gräser dio un breve
aprendizaje con el "místico pintor" Diefenbach Karl Wilhelm
(1851-1913), cuyas obras siguen siendo expuestas en el Musée de la Chartreuse
en la isla de Capri. De éste breve aprendizaje con Diefenbach, hay una tabla
que ilustra el ideal de la desnudez y volver a la naturaleza, que se encuentra
en el Museo de la Casa Anatta (Fondazione Monte Verita).
De
hecho, Gustav Gräser rara vez ha permanecido en el territorio de Monte Verita,
pero si el tiempo suficiente en la periferia, en particular en una o más de las
cuevas rocosas.
Gräser Gusto también tenía una casa construida
entre 1903 y 1906 con su hermano Karl Gräser: "La casa de Demian"
(Demianhaus, en palabras de Hermann Müller, destacando la residencia y
encontraron inspiración una vez que Hermann Hesse). Esta casa todavía existe,
pero parece que ahora está en peligro de demolición. Para
los artistas, escritores y poetas, una figura tan extrema que Gustav Gräser era
obviamente más atractiva que los otros copropietarios de la Colonia Monte
Verita vegetariana, incluida la libertad de puesta en escena teatral, se
limitaba en gran medida por la conciencia razonable y racional de lo que era
físicamente posible. Esto dio lugar a una situación paradójica, es decir, que
los visitantes vinieron a vivir al Sanatorio Monte Verita, pero lo que esperaban encontrar,
sobre todo, era al “ermitaño” que llevaba una vida desnuda en una cueva.
De todos modos,
Gustav Gräser (tal vez inspirado por su encuentro con el hermano de Isadora
Duncan, Raymond en París en 1901) Se dice que es el instigador de bailar
desnudo - o casi desnudo - celebrados al claro luna, en círculos de gran
tamaño, a veces alrededor de un fuego, lo que habría implicado un máximo de
sesenta personas, “las mujeres y los hombres de los bosques" (Waldfrauen
und Waldmänner). Era danza religiosa o extática, probablemente con algo erótico
sexual pero no en el sentido habitual del término. Los críticos hablaron de
orgías, pero en realidad, los participantes buscaron algo más universal que la
unión carnal, es decir, estar en comunión con la naturaleza y redescubrir la
"interioridad mística". Hablamos de esto como Waldandachten de "Meditaciones
de Bosque".
En el dialecto local de los lugareños hablaban de Balabiott,
que significa "el poseído" por algunos - o según otros, simplemente:
los que "bailan desnudos" en los claros de la montaña. Entre los locales,
algunos parecen haber reconocido a las danzas religiosas sinceras y genuinas en
el día y / o noche, mientras que la mayoría quedaron impactados por la desnudez.
De todos modos, como bien dice Hermann Müller, el carisma de Monte Verita era
en gran parte “Gioia Monte” (Monte del Gozo) como Gustav Gräser solía llamar
"su" Monte Verita. Y da una larga lista de autores que se han ocupado
de este tema: Erich Mühsam, Frederic van Eeden, Hermann Hesse, Goetz Bruno,
Johannes Schlaf, Hauptmann Gehard, Oskar Maria Graf, Jung Franz, Szittya Emil y
otros.
Entre
estos autores, Hermann Hesse es probablemente el que más conoció a Gräser Gustav, a quien visitó
varias veces. En el se inspiró para describir el héroe de su novela Demian.
Su
esposa, Elizabeth Dörr (1876-1953), de quien estuvo claramente enamorado Hesse,
se convierte en la señora Eva en la misma novela. "Yo vivo desnuda y
excitada, como un ciervo en el bosque de rocas", escribió sobre su primera
visita a su amigo en el bosque Arcegno. Estudian los Upanishads. Más tarde, Gustav Gräser le confió
su traducción libre (o paráfrasis) el Tao Te Ching de Lao-Tzé. Inusual ya que
según él, Tao significa "deshielo" o "rocío", como si se
tratara de una palabra alemana (Tau = "rocío"). Su estilo es original
y, a veces salpicado de buenos hallazgos pero el léxico es veces bastante inmaduro, lo que sugiere que
Gustav Gräser era mejor como Maestro de vida, mientras que Hermann Hesse fue
sin duda un maestro mayor de la lectura. Referencias a Jesús, Nietzsche y
Maître Eckhart (que probablemente ha leído en la traducción de 1903, publicado
por un amigo de Erich Mühsam, es decir, Gustav Landauer –otro miembro de la
Sociedad Teosófica-: nacido en 1870 - fue asesinado en 1919, tras la revolución
de noviembre de 1918 en Munich), se encuentran también referencias a autores
clásicos como Rousseau, Tolstoi y Leaves of Grass (Hojas de hierba) Walt
Whitman (1819-1892).
Gustav Gräser estaba al tanto de un acercamiento entre el
libro de Whitman y su propio nombre, por ello en señal de saludo, a veces se
ofreció a los visitantes una brizna de hierba (Una hoja de hierba).
LA DANZA EN MONTE VERITÀ
La danza como el
arte del cuerpo por excelencia encontró en Monte Verità el centro ideal. Aquí,
la danza se convirtió en la expresión más emblemática, en el símbolo ideal y
unificador de un mundo heterogéneo de ideas y personalidades.
Varios innovadores
de la danza fueron atraídos por Monte Verità. En 1909, Jacques Dalcroze,
estudioso del sentido rítmico originario de la danza, permaneció varios meses
en la colonia.
En 1913, la influencia de Isadora Duncan en Monte Verità quedó
grabada tras su visita. Habiendo sido la primera en inspirarse en las
esculturas griegas y en la eurritmia (síntesis de música y movimiento acorde a
la metodología del ritmo plástico) de la antigüedad clásica para sus
interpretaciones, fue quien la difundió desde 1899. Fue refutada por su danza
con los pies desnudos y adorada por otros como la sacerdotisa de una nueva
danza sagrada. El bailarín húngaro Rudolf von Laban (1879-1958), quien había
iniciado una escuela de danza dramática en el teatro nacional de Bratislava y,
hacia 1910, abierto una escuela de danza libre y absoluta en Mónaco, en 1913
decidió fundar en Monte Verità una filial de su escuela, bautizándola como
"Escuela de arte cooperativa individual de Monte Verità", cuya tarea
fue encontrar una forma de vida simple para alcanzar la regeneración vital de
las artes, basada en las ideas difundidas porgesamtkunswerk (síntesis de
las artes).
Se rechazó toda forma artística esquemática e institucionalizada.
El retorno al ritmo original del movimiento fue la reforma principal de la
danza.
En la nueva
escuela, la teoría del movimiento de Laban se basó en los factores de
movilidad: el peso, el tiempo, el espacio y el flujo. Los cursos se dividieron
en cuatro secciones: el arte del movimiento, el arte del sonido, el arte de la
palabra y el arte de la forma. Con la esperanza puesta en el trabajo comunal,
Laban esperaba encontrar la fusión del individuo en una danza común, de manera
que cada integrante mantuviera una expresión libre total que vibrara al unísono
con los demás. Para Laban este sueño se llamaría la Catedral del
futuro. La nueva escuela de danza estuvo regida por los principios del
cooperativismo; sus discípulos adoptaron una estricta alimentación vegetariana,
sembraban, cocinaban, hacían sus vestidos, hacían ejercicio al aire libre con
los pies desnudos, en flotantes túnicas, tratando de penetrar en los secretos
del cuerpo y su relación con el espacio y la naturaleza.
La creación
coreográfica de Laban era concebida como poesía danzada y lo llevó a crear para
Monte Verità obras como la danza dramática, El viaje al infierno de Istar,
inspirada en mitos de la antigua Babilonia, y Danza la baqueta del tambor, inspirada
en las antiguas religiones de México. Entre las alumnas de Laban estuvieron su
asistente Mary Wigman, promotora de la danza absoluta, antecesora de la danza
expresionista alemana, y Sophie Taeuber, compañera del poeta dadaísta Hans Arp.
En 1920, la escuela
de Monte Verità fue cerrada tras la partida de la pareja Hoffmann-Oedenkoven,
pero la danza continuó a cargo de la bailarina Charlotte Bara, quien promovió
una danza expresiva de carácter ritual y religioso.
Bueno como habéis podido comprobar los monteveritanos, llevaron muy lejos sus ideales, aunque casi olvidados, por la presión de una sociedad cada vez más "práctica, cómoda y materialista", esos ideales siguen estando ahí, para cualquiera que vuelva sus ojos y corazón hacia ellos.
Como siempre, espero que os haya sido útil e interesante.
Gracias, me he permitido copiar su texto en http://www.gusto-graeser.info/Sprache%20Spanisch/Terraxaman/Terraxaman.html
ResponEliminaAtentamente
Reinhard Christeller
Webmaster y nieto de Gusto Gräser
Gracias por este artículo en su blog, me he permitido copiarlo en http://www.gusto-graeser.info/Sprache%20Spanisch/Terraxaman/Terraxaman.html
ResponEliminaUn saludo
Reinhard Christeller
Webmaster y nieto de Gusto Gräser
Apreciado Sr Reinhard,
ResponEliminaes un honor para éste blog que encuentre ésta entrada lo suficientemente interesante, como para recogerla en su página web, estoy convencido que los ideales que difundieron su abuelo y sus compañeros, nos son hoy en día, tan necesarios como lo fueron en su momento.
Agradecido