dilluns, d’abril 30, 2012

EL SIMBOLISMO DE LA LUNA EN EL TAROT. /2

Viene de la entrada anterior:
http://terraxaman.blogspot.com.es/2012/04/el-simbolismo-de-la-luna-en-el-tarot-1.html


"En el silencio de lo inconcebible algo comenzó a vibrar. Fue el primer movimiento, la primera pulsación que instauró el comienzo de la vida.

"Señora de todas las esencias, vestida con el resplandor de la bondad a quién aman los cielos y la Tierra, del templo amigo de An, le vistes de grandes ornamentos, deseas la diadema de las altas sacerdotisas aquellas que sostienen las siete esencias, tu las has tomado y las has colgado en tu mano". Enheduanna. Sacerdotisa de Inanna.






"Madre de Eneas y de toda su raza, placer de los Dioses y de los hombres, Venus que das la vida. Bajo tu hacer la rueda de las constelaciones del cielo y toda la naturaleza está llena de ebullición tanto la vida en el mar que mantiene a flote nuestros barcos, como la tierra que produce nuestra comida. A través tuyo todas las criaturas vivientes son concebidas y pueden llegar a ver la luz del sol... tú sola eres el poder que guía el Universo y, sin tí, nada emerge en el mundo brillante de la luz para crecer en alegría y amor".
Invocación a Venus. Lucrecio
Decíamos al principio de la entrada anterior: "En el comienzo era el Abismo sin fondo y sin límites, la Nada y el Todo a la vez, el Caos indeterminado que contiene todas las cosas todavía sin nombre y sin concreción. Y antes del Abismo, quizás, la Razón Inabarcable de ese Origen apenas perceptible, la recóndita semilla de los Mundos y de los Seres. Lo Absoluto de imposible conocimiento; la idea del Cosmos que escapa a toda comprensión, la pregunta sin respuesta: el Enigma.
En el principio era también la Potencia, lo que podría llegar a ser. Aquello inconcebible contenedor de ambos gérmenes. Lo que luego llamáramos "Padre" y "Madre" se hallaban inscritos en esa Totalidad, juntos, sin diferencia aparente, en interacción continua conteniendo en si todas las posibilidades de plasmación.
Con el primer latido se inició la separación: fue acto el comienzo del Tiempo, se hizo el Espacio y la vida fluyó. Hubo ritmo, hubo un lugar para la Creación, y lo Uno se vertió, se plasmó, se convirtió en Dualidad manifiesta... El desdoblamiento originó las grandes aguas y el viento que las agita; y nació el espejo que permitía a uno y otro reflejarse en similitud y oposición.
Desde entonces existió una dirección y un transcurrir; un arriba y un abajo, un cielo y una tierra, lo izquierdo y lo derecho... Existió la Materia Primera, la Sustancia Primordial y el hálito del Espíritu. La Ley necesitó el sustento de energía para actuar, precisó de las formas que la cumplieran. Existió el impulso que tras sucesivas divisiones permitió la aparición de los seres individuales y, paralelamente, la fuerza que insta a las criaturas separadas a religarse en el anhelo de recobrar la Unidad perdida".


Éste podría ser, en síntesis, el contenido de tantas representaciones simbólicas vertidas en las Teogonías de la Antigüedad con sus abstracciones y personificaciones que nos explican la génesis del Mundo. Porque prácticamente todas, de una forma u otra, nos hablan de la polaridad como requisito para la creación y perpetuación de las cosas, polaridad que en las tradiciones se ha resumido y se ha explicado con el concepto de género.
Así ha nacido en el imaginario humano la Madre de Todo, el aspecto femenino de la Naturaleza y, por extensión, la Naturaleza misma manifestada; que se ha entendido como el soporte, el sostén, la base necesaria para la vida siendo a la vez la representación de la Vida.
Es Prakriti en la India, densa o sutil, al decir de los eruditos, según los niveles de plasmación. Cuando se convierte en la Madre Divina es Aditi, que alumbra a los Dioses. También es la consorte del Dios Creador, o bien, la madre de la Pareja Primordial de la que surge el Universo más comprensible para nosotros. Es la Diosa de las Montañas de los antiguos Drávidas, Parvati, la consorte de Shiva. Es Gaia entre los Griegos, la del amplio seno, al decir de Hesiodo. También es Hera; y es Juno, ahora para Roma.



Si crea directamente a los hombres es la Diosa Nu-wa de las tradiciones chinas, amasando a sus hijos -cómo no- del barro de la tierra. Puede ser la hija del Gran Espíritu de las culturas nativas americanas del área de las praderas, que se precipitó en el mundo fragmentándose y originando lo creado. Puede ser, siguiendo con la misma idea, Perséfone, tejedora de todas las cosas y circunstancias que se iban plasmando conforme aparecían en su tela y que, desoyendo a su madre, fue tentada por Eros y cayó al inframundo (en un nivel de interpretación, nuestra tierra).
Si aparece como fuente de todas las cosas es la Gran Madre asiática, la de los Mil Nombres y Atributos; también Mahadevi en el hinduísmo, la Mahamaya de los Puranas, la cradora, conservadora y destructora de los seres. De ella se originó el Espacio y es a la vez el Cuerpo de ese Espacio inmenso cuyo manto contiene a las estrellas y a los soles y cuya esencia los sostiene rítmicamente a través de los ciclos que la caracterizan. Cuna y sepulcro de las formas, su útero gesta y finalmente recoge a los seres vivos transmutándolos en una nueva apariencia, en una nueva expresión. De ahí el caldero de la celta Ceredwein, el de Dagdé, que portaba la tribu de la Diosa Dana en los ancestros irlandeses, a su llegada a la isla y el posterior Grial, y la copa receptora como símbolo de contención.
También la caverna se asocia con la Diosa. La caverna oscura que se abre en la roca permite mil transformaciones y cambios de estado. ¿Cómo no pensar entonces en la redoma de ciertos grabados alquimistas en cuyo interior se representa al Anima Mundi dentro del contexto de la Obra? ¿Y cómo no pensar en la inmersión en las aguas, en el hecho de ser tragado por un gran pez y en el descenso a los infiernos, tan común en el contexto heroico donde el candidato muere y renace como iniciado; renovado, con mayor conocimiento, con mayor conciencia...?



Si la Diosa contiene todas las potencias es la Virgen Celeste antes de recibir la impronta del espíritu, si alienta a la vida es la Madre de Todos en el Cosmos y en nuestro mundo y entonces puede ser la Tierra Madre, Oikos, casa, el suelo firme que brinda un hogar a sus criaturas. O la tierra fecunda que nutre a todos los seres y permite su existencia sin requisito, la vieja Pachamama de la región andina.

Podemos encontrarla entonces bajo diversas manifestaciones. Es la Diosa de los antiguos minoicos asociada a la paloma, al delfín, a la serpiente y al toro; la nutricia Hathor, Isis amamantando al Hijo. Demeter protegiendo a las cosechas. Puede ser también la Naturaleza toda que tanta imaginación y belleza derrocha por doquier procurando incontables formas y recursos para sus pequeñuelos, a la vez que regula los ámbitos y el cariz de su desenvolvimiento. Entonces es la Reina de las Bestias, uno de cuyos aspectos encarna la Artemisa del bosque salvaje o la misma Cibeles y los jabalíes, los ciervos (o los leones) la acompañan. 

Puede hechizar, seducir, al contener en sí la gracia, el encanto de su obra o envolver en un halo de encanto a sus criaturas. Con tales atributos es la Isthar mesopotámica o la Afrodita griega, la del velo dorado, la del cinturón mágico, a cuyo paso las bestezuelas, según canta el himno, se retiran a los bosques para aparearse porque encarna el Eros, el principio de Unión al servicio del mantenimiento de la Vida.
Representa a la Tierra, pero también a las aguas, tanto al Océano abisal de los comienzos, las profundas aguas del cielo como los energéticos mares y ríos, puesto que Ella misma es la fuente del Agua de la Vida cuyo fluir es contínuo y cuyas mareas obedecen a sus ritmos. Una de las evocaciones más antiguas de la Diosa es la Sarasvati de los Vedas, regente de los ríos.


También encarna la Ley que regula a la Creación para su mantenimiento y propósito; así conduce a las distintas vidas que se inscriben en la Gran Corriente Vital para que puedan existir, crecer, desarrollarse, expresarse como criaturas individuales y cumplir su función y su destino. Por eso la humanidad ha representado una faceta de la Diosa como justiciera, legisladora, socializadora y portadora de civilización. En el primer caso, sostiene los hilos del destino y se la representa como una telaraña en los viejos mitos irlandeses. Es una red que integra a todo lo creado. Las Parcas en Grecia serían sus dígitos, pero también es Némesis, es Maat en Egipto, siempre inexorable.
Si nos introduce en lo cultural, ámbito tan específicamente humano, tenemos el ejemplo de Inanna en Sumeria, donando a los hombres códigos de conducta traídos del cielo; Demeter y Atenea para los griegos permitiendo con las innovaciones agrícolas el paso a un nuevo orden social, una, y aportando arte e industria, otra; o de nuevo Sarasvati para India, que llegó a ser protectora de las artes y de las letras.
Pero no siempre es luminosa. También representa el furor de la guerra. Llena de coraje e impulso alienta a los guerreros, su deseo les sostiene en el combate. Preside sus lides y les conduce a la victoria, en muchos casos a pesar de la muerte. Es voluntariosa como Isthar. Es impetuosa como Anat. Poderosa como Atenea.
Sus cuidados pueden resultar posesivos. El amparo de su regazo puede tornarse prisión. Su seguridad confortante y su protección sofocar el crecimiento. Su exaltación erótica convertirse en lascivia. Si ella alumbra y protege, puede también mostrar la fuerza de las sombras, tan temibles habitualmente para los humanos. Entonces es destructiva.
Puede manifestar su cólera y con ella los elementos se desencadenan, entonces su cuerpo se contrae, los vientos arrecian, las tierras se convulsionan, los volcanes vomitan su fuego. Súbitamente puede sacudirse a sus criaturas y entonces los seres vegetales, animales y humanos se agitan y perecen en el Caos temible del remolino que Ella ha provocado.
Puede, suave o violenta, reclamar la corriente vital donada a las criaturas o destruir su forma aparente para recogerla en su seno porque es la Reina de Todas las Mareas: Ahora nos muestra la diosa su aspecto sombrío, no por fuerza maligno aunque aparezca como reina de los Infiernos, Señora de los Muertos o la Muerte misma, como Ereskingar, la reina del helado Helfeld, el país del frío, la reina de la Nieve que luego aparecerá en los cuentos.
El Cosmos mismo tiembla ante el aspecto oscuro de la Diosa. Es cuando firme y terrorífica Kali, la Negra, baila frenética la danza de los mundos de forma complementaria e inversa a la de su consorte, el Danzarín celeste, y Perséfona, desvelada, puede sentarse en cátedra frente a las almas desencarnadas.



Más, ¿no es la oscuridad el origen de la luz? ¿No es en lo profundo de la noche cuando se origina el día? ¿No muestra Hécate triforme una antorcha luminosa en el centro de las encrucijadas? ¿No es, también, la mansión de los muertos el lugar del origen, la fuente de la vida y la sede del conocimiento? ¿No se encuentran allí los tesoros escondidos? Tal vez por ello la Diosa oscura lo es también de la magia y del conocimiento secreto...
Celeste, terrena y marina o subterránea, tres manifestaciones asociadas a la luna. Porque en sus más antiguas representaciones la Diosa aparece como una deidad lunar, que posibilitó a los humanos la medida del tiempo. Reina de la noche, frente al sol, señora de lo oculto, con su rostro de plata simboliza la mutabilidad y el cambio, la renovación cíclica; también la fecundidad, la vitalidad, las emociones, la inspiración y por tanto la expresión creativa y el conocimiento intuitivo. A la luna aluden esas piedras meteóricas que aparecen en muchas de las representaciones artísticas de los pueblos del pasado y las piedras negras, como la Kaaba, a cuyo Santuario han de peregrinar obligatoriamente los musulmanes quienes, sin saberlo, de alguna manera veneran a la Antigua Diosa que antaño reinó en sus territorios.
Si es una en sí misma, si contiene infinitas posibilidades, es la llamada Diosa Virgen, en cualquiera de sus manifestaciones, representada en ocasiones como andrógina para resaltar ese aspecto de autoposesión, de completud, de todalidad. Y si aparece como lo femenino por excelencia, es Shakti, impulso, flujo, corriente, dinamismo vital, energía, fuerza y sostén; el aspecto femenino,el factor vivificante, el Alma del Cosmos y de lo masculino en general, de ahí su búsqueda desde el ámbito psicológico como complemento interno y factor de regeneración.


Shakti gobierna las corrientes energéticas que sostienen y renuevan la Vida. Por eso Ella es representada como serpiente. Impulso serpentino que fluye por los canales celestes, por los vasos de la tierra y por los diferentes conductos similares de los seres vivos. No hay que olvidar que la serpiente, desde el fondo de los milenios, siempre ha estado relacionada con la Diosa hasta que el cristianismo, paradójicamente, la enemistó con la mujer relegándola al mundo inferior.
India nos muestra claramente este concepto con las Shakti de los dioses más importantes del hinduismo. El tantrismo venera a Shakti y en otras culturas, las esposas divinas expresan esta faceta de similitud, al tiempo que contraparte y complementariedad del dios. Son el Poder del dios. Más Shakti siempre es una vía de unificación e integración; no en vano, Devi, la Diosa, ha constituido uno de los seis Caminos en la India, y en la actualidad, el culto a Shakti constituuye uno de los más importantes al lado de los Visnuitas y Shivaitas.
En tal expresión, la Diosa también es mediadora y conductora; ella, Materia, se yergue sobre la misma materia para llegar, pulsátil y vibrante, fuerte y sinuosa hasta la Mente, hasta la Conciencia, hasta el Espíritu, hasta los Dioses, hasta Dios, hasta el Origen... Bajo estos atributos es Tara, Dolma, la compasiva, y aún se constituye en la misma esencia budisátwica para el budismo tibetano.
Como elemento de constancia en el Cosmos es, como factor de permanencia, resiste. Sabe más que conoce, por eso en muchos aspectos, la Diosa encarna la Sabiduría y se instaura en modelo para las mujeres. Como Diosa libre e independiente representa la primavera con sus promesas de vida; también la primera juventud, la actividad y los proyectos. Es la luna creciente que tiende a la plenitud. Nos habla también de la primera fase del ciclo femenino. 




Es Afrodita, es Artemisa, es Diana, es Atenea.
Si aparece como madre, se relaciona con el verano, con las cosechas crecidas, los frutos en sazón. Nos habla de la madurez de la vida, de la actualización de las potencias, de la realización y de la plenitud; muchas veces de la función femenina de la esposa y siempre de la madre. Preside el cielo bajo la forma de la luna llena, plena de hermosura, completa y luminosa. Corresponde al momento de la ovulación y al de la fecundación. Es María embarazada y la madre nutricia que sostiene al niño otorgando parte de su esencia en alimento. Puede dar porque posee. Es Isis con Horus.
Mostrando en su esencia la experiencia del tiempo transcurrido, de la obra hecha, es en la naturaleza el tiempo de las mieses cosechadas, del grano recogido. Es el otoño que camina hacia el invierno, la vida vivida, la luna menguante, la mujer sabia, la mujer chamán, curandera, tal vez bruja, sacerdotisa y maestra. Preside la segunda mitad de la vida, los años maduros, el declinar hacia la vejez y la vejez misma. Se personifica a través de todas las diosas oscuras. En las mujeres rige el periodo posterior a la ovulación que conduce a la menstruación.

Dueña de la vida y la muerte, la Diosa la trasciende. Ella misma se expande y mengua, muere y renace. También muere y renace su hijo. La representación del hijo-amante que surgiendo del seno de la madre se convierte, adulto, en su consorte para desaparecer posteriormente y resucitar de nuevo, es un tema que aparece de modo más o menos manifiesto en el simbolismo de todas las culturas de la antigüedad y corresponde a un aspecto más de su expresión cíclica. Innumerables imágenes nos muestran a la Madre Dolorosa lamentando la desaparición del hijo y compañero. Cibeles llora a Atis, Inanna a Dummuzi, Isthar a Tammuz, Afrodita a Adonis, Isis peregrina en pos del cadaver de su esposo y, finalmente, María recoge en sus brazos el cuerpo inerte del Hijo.



Eternamente antigua es, sin embargo, permanentemente presente; acercarnos a su esencia es entrar en su reino y es hacerla reinar en nuestro interior. Es descubrir aquello que, de un modo u otro, como seres vivos, hombres o mujeres, late en nuestra alma; aún más, es recobrar el alma porque Ella es el Alma misma. Desde esta perspectiva nosotros le pertenecemos a la vez que Ella habita en nuestras profundidades. El viaje interior constituye un buen acercamiento, el campo del símbolo un método para encontrarla. Los sueños, las fantasías, la imaginación activa y la creación artística las puertas que nos conducen a Su presencia.


Según la Astrología


La Astrología siempre consideró a los astros como seres vivos y estudió las relaciones que éstos mantenían con todas las demás entidades vivientes. Para la Astrología, como para la tradición esotérica, el Universo es un Gran Ser Vivo, donde todo está interrelacionado, aunque manifestado en diferentes niveles de evolución
Si tuviéramos que definir la Astrología de una manera certera y sintética, lo haríamos como la Ciencia que estudia las relaciones que enlazan el Macrocosmos y el Microcosmos.
¿Qué papel juega en este proceso la Luna nuestra "madre", según el Esoterismo? Físicamente hemos constatado su influjo en nuestro cuerpo, en nuestro humor o ánimo, en nuestro cerebro, en nuestros líquidos corporales y en la menstruación que sigue la rítmica lunar.
La Luna marca el flujo y reflujo de la vida y la muerte, de la manifestación objetiva y la desaparición subjetiva.
La Luna siempre fue calificada como Madre-Mediadora-Escalón o Puente entre la Tierra y el Cielo, entre los Dioses y los hombres. Así nos lo relatan mitos, símbolos y religiones, asociándola con la Materia Primordial, las Vírgenes Madres, Dioses del amor, de la fertilidad, de la sabiduría. 



La luna nos marca con sus ciclos el ritmo y expresión de la vida, sometida al flujo y reflujo de la existencia, proceso de ida y vuelta hacia las Fuentes de la Vida, que vemos en pequeño en el ciclo de las lunaciones perfectamente reflejado. El cielo lunar es un tiempo ritmado que dura aproximadamente 28 días. Cada fase abarca una semana y las 4 fases conforman el mes lunar. Son entre 12 y 13 lunaciones al año, con lo que a lo largo de este ciclo anual, la luna nueva de cada mes -conjunción con el Sol-, se encuentra en un signo distinto, recorriéndolos todos mes a mes.
El papel esencial de la Luna en Astrología depende de su particular relación con el Sol y con la Tierra. El Sol y la Luna, en sus movimientos, manifiestan el mutuo juego de sus dos polaridades, masculina y femenina. La Luna no hace más que reflejar lo que es capaz de asimilar del Sol.
En el individuo, el Sol es el "punto de emanación" de la energía, nuestra vitalidad de base, el "tono" espiritual del Ser que se mantiene durante toda la vida. Por el contrario, la Luna simboliza el aspecto de la energía que la psique y el cuerpo son capaces de manifestar conscientemente.
La Luna mide los altibajos en la circulación de las energías y coordina las actividades de la vida orgánica a un nivel psicológico y químico, la Luna corresponde a la circulación de la sangre y la linfa. El segundo nivel es el de los sistemas nervioso simpático y parasimpático y de la respiración. El tercer nivel donde actúa es el sistema nervioso cerebro-espinal que sirve al ego para poder expresar su voluntad y su conciencia.



La Luna es, pues, el símbolo de toda la biosfera, de todas las operaciones orgánicas de la vida, de todo lo que ocurre dentro de los límites de su "órbita alrededor de la Tierra". Todas las energías deben pasar por este espacio antes de alcanzarnos. Los antiguos filósofos-astrólogos daban una importancia particular a la "esfera sub-lunar", considerada más bien un campo de energía etérica, concebida como la matriz o seno desde el cual tienen lugar todos los procesos de la vida. Las relaciones siempre cambiantes entre Tierra-Luna-Sol producen las mareas de energía, las corrientes rítmicas que la Astrología mide por los ciclos de la lunación.
La posición de la Luna muestra el estado siempre cambiante de tensión o densidad del campo sub-lunar bajo el impacto de las radiaciones solares. Este estado afecta a su vez al equilibrio de energías y presiones que actúan en el seno de la biosfera terrestre. Lo que los antiguos llamaban "esfera sub-lunar" es lo que hoy se ha convertido en la biosfera. Todos tenemos nuestras raíces dentro de esta biosfera aunque el ritmo de nuestros campos electro-magnéticos individuales difiera ligeramente de unos a otros y también del ritmo global de la biosfera terrestre. Sobre esta base planetaria común, cada uno de nosotros puede evolucionar individualmente y añadir así nuevas posibilidades a esta base común.
Puesto que la biosfera es la "esfera sub-lunar", la Luna-Madre cósmica, es el símbolo de todo lo que ocurre a nivel de la vida. Simboliza nuestro poder de adaptación a todas las condiciones donde actúa esa vida. Pero es el poder del Sol lo que empuja a actuar, el que da la nota o tono fundamental de la vida, y el que puede así regenerarla o transfigurarla.
Las fases de la Luna marcarían ciclos de transformación, y por lo tanto crisis periódicas que exigen un cambio, un avance en lo individual y colectivo, en lo interior y exterior. Veamos este proceso a través del ciclo de las lunaciones o fases lunares. Cuando se viven las fases lunares con una actitud positiva, ésta nos aportará un poco más de iluminación o alguna revelación. Si la actitud es negativa, aparecerán conflictos o dilemas. Se produce el fracaso cuando no se despega definitivamente del pasado o se construyen con poca viveza o tímidamente las estructuras que deben acoger la semilla solar. La Luna, junto con Saturno, son los responsables de la elaboración de estructuras concretas.



La Luna nueva inicia el terreno representando la necesidad, el instinto. La Luna llena abre el terreno de la identidad espiritual y de la inmortalidad, lo que llevaría a la Realización, a la Conciencia iluminada.
El hemiciclo creciente se ocupa de construir las estructuras orgánicas, actividad emanada del espíritu. El hemiciclo menguante tiene una significación creadora, individual, consciente y controlada por el hombre. El ciclo creciente trae crisis en la acción. El ciclo menguante trae crisis de conciencia. En síntesis, la Luna distribuye el potencial solar a través de agentes orgánicos y psicológicos que ella misma construye.
La Astrología esotérica, basándose en el principio de correspondencias, relacionó la Luna con la mente, ya que objetiviza las efusiones del espíritu. Por ello se identificó la investigación intelectual como un proceso lunar. Las fases de la Luna marcarían el incremento gradual en la percepción intelectual. La actividad creadora del Sol espiritual se convierte, al llegar la Luna llena, en un concepto claro en la mente del hombre, el cual constituye a su vez el cerebro de nuestro planeta.
La mente es una imagen del espíritu en el hombre y la Luna su símbolo celeste. Intermediaria entre el espíritu y la naturaleza físico instintiva del hombre, permite que se establezca contacto con el Sol interior, el espíritu creador. Tal identificación se da sólo a través de la Iniciación, una trasferencia directa de energía solar desde el iniciador al iniciado.
La liberación solar ocurre en la Luna nueva -conjunción Sol-Luna-. En la fase creciente se desarrolla dentro de la matriz lunar de la mente y en la Luna llena deberá ocurrir la revelación. Las fases decrecientes se relacionarían con la entrega o transmisión a la sociedad para ayudarla a evolucionar, iluminando la oscuridad del entorno.




La Luna administra a los órganos terrestres las ideas y el potencial solar de la manera en que puedan recibirla, a través de una corriente intermitente, oscilatoria y alternativa. Cargados en lo más profundo de sus estructuras vitales por medio del proceso oscilatorio representado en el ciclo de las lunaciones, las criaturas terrestres somos alimentadas con el poder solar.
La Luna es un medio para alcanzar un fin. Es Mediatriz, Madre y Musa. Es la servidora de la Tierra y el Sol, y sirve a la necesidad orgánica y psíquica de las criaturas terrestres. Si el hombre pudiera identificarse a voluntad y de forma inmediata con el espíritu no habría necesidad de que la Luna sirviera de mediatriz, de constructora de estructuras orgánicas o intelectuales transitorias.
La Vida de una forma o de otra, nos empuja, sugiere, inspira y enseña cuál es la senda, el sentido de la existencia, la finalidad a alcanzar. Recoger, cuidar, desarrollar y compartir sus semillas es la lección a aprender.
Si afrontamos las tormentas con entendimiento, valor y fe, podremos pasar de la oscuridad del instinto inconsciente hasta la luz de la inteligencia consciente, desde la posesividad del egoísmo hasta la generosidad del Amor, desde la ceguera del orgullo y de la guerra hasta la lucidez de la cooperación y de la paz.
El Camino de la Luna llena es el Camino Consciente, la vía del Tao, y todos debemos recorrerlo. Ella ilumina nuestro sendero y nos tiende su mano generosa para acercarnos un poco más al Sol, a la conciencia de nuestra inmortalidad.
Tal como decía un viejo texto egipcio: "De Isis a Osiris. De la oscuridad a la Luz. De la muerte a la Inmortalidad". Es la Danza de la Vida, ciclo tras ciclo, en una espiral ascendente y fecunda hacia Dios.

La Luna en el Tarot





Este es el Arcano llamado la Luna en prácticamente todos los Tarots. 

Su sentido general lógicamente se refiere a las atribuciones, cualidades o similitudes que la Luna posee en una influencia muy marcada sobre los asuntos de la Tierra, especialmente los humanos. 
Este Arcano es punto de reflexión o meditación, así como de especulación, desde tiempos inmemoriales, lo cual es evidente si estudiamos la historia de la humanidad, con la salvedad de que muchas veces los que la escriben tienen muy pocos conocimientos del lenguaje de los símbolos, en el cual se transmiten los grandes pilares del pensamiento y del conocimiento de los antiguos. 
La Luna ha constituido objeto de adoración, ayuda para las operaciones mágicas de los Sabios Antiguos, tema preferido de poetas y enamorados, etc. 
En todo ello queda patente que la Luna posee una marcada influencia sobre la vida humana y las culturas, unas veces inconscientemente y otras de forma consciente. 
Por lo general suele estar ligada en todos esos campos a varios temas fundamentales, entre los que se encuentran los esquemas de tipo matriarcal, todos los valores mágicos y esotéricos de la gestación y la feminidad, los mundos del inconsciente, la psiquis humana, los romances y enamoramientos, los estados psíquicos de exaltación o desequilibrio, los cambios de estados emocionales, el poder de lo nocturno e inconsciente, etc. 
La Luna se ha asociado tanto a lo dulce y emocionalmente elevado como a ritos extraños en los cuales se pretende invocar a fuerzas tenebrosas con el fin de dar satisfacción o lograr pasiones o caprichos personales. 




La Luna representa también la memoria, gran parte de la cual es inconsciente. Por lo tanto, las discusiones bizantinas en cuanto a la existencia o no del inconsciente, las considero sobrantes. En realidad se discute más que nada una denominación, es decir, si se le llama inconsciente o bien memoria. Lo que sí es claro es que el ser humano tiene en su mente varios niveles de dificultad dependiendo del contenido, en lo que se refiere a la recuperación de datos almacenados en la memoria. Por supuesto que el factor tiempo es importante, pero no es el único, ya que hay ciertos datos o experiencias que los recordamos perfectamente después de muchísimo tiempo, mientras que otros más recientes se han olvidado o, por lo menos, si los vamos a buscar en la memoria no los encontramos. La cuestión es si aquello que no recordamos puede tener una influencia real en nuestro nivel consciente. La Luna está en analogía con el estómago y en general con la alimentación y el proceso digestivo. Por analogía podríamos basar nuestros estudios al respecto partiendo del hecho de que también existe una digestión psíquica y emocional. Hay hechos y experiencias que se mantienen en los estratos subconscientes durante muchísimo tiempo influenciando nuestros comportamientos, lo cual seguirá sucediendo así hasta que la persona asimile correctamente esas vivencias. Parece que el propio mecanismo de la memoria impide que algo pase a un olvido real antes de que la conciencia lo haya registrado correctamente. En este caso el Sol y la Luna son aliados. 
La Luna es también la imaginación o creación de imágenes en la mente. Esta facultad, a veces un poco dejada de lado, tiene aplicaciones y funciones muy importantes. Por un lado, si es imaginación de tipo creativo, hace que la a veces insípida y poco digerible realidad a secas tal como se presenta, sea mucho más asimilable. 



Lo anterior quiere decir que la Luna es la formación de imágenes en el plano psíquico y astral. ¿Quién puede decir que el romanticismo no es una verdadera bendición?. Una vez que se pierde, la relación entre los miembros de la pareja pierde algo que es insustituible. Eso que llamamos estar ilusionado o enamorado no sólo es aplicable a la relación afectiva, sino a la actividad profesional creativa, al trabajo por los ideales, etc. aunque bien es cierto que en este Arcano nos referimos más que nada al ámbito afectivo. Cuando ese platonismo bien entendido se encaja sobre todo en el plano mental, lógicamente que hay una mayor cercanía al Arcano precedente, es decir, el 17, regido por el idealista signo del Aguador.

La Luna en el Tarot Rider



Análisis de la Imagen. Una gran luna viviente cubre el cielo, INFINIDAD DE ENERGÍAS surgen a borbotones del astro de la noche, aunque se encuentra fundida en un sol de día.   Algunas de estas energías son luminosas y sutiles, otras resultan más visibles, como si fueran GOTAS DE ROCÍO. En este paisaje tres diferentes seres se encuentran bajo su influjo, un chacal que aúlla, SIGUIENDO SU INSTINTO, un perro que VE LA LUZ y queda fascinado, y un cangrejo  que es el único que TOCA con sus pinzas el sendero. Este sendero serpenteante se dirige hacia dos torres, una de ellas representa  LA MENTE que DUERME, la otra LA MENTE que SUEÑA. Más allá de las torres LA MENTE DESPERTARÁ, una vez despierta el universo aparecerá como un océano de pura CONCIENCIA, de PURA EXISTENCIA, entonces en lo alto de la montaña azul, allá donde el sendero se ve blanco, se descubrirá el secreto de ESTA misteriosa luna.

Simbolismo

Cuando sentimos que nos encontramos perdidos en la noche de la vida, ¿puede una sola carta del Tarot darnos claves precisas para encontrar la luz?.La respuesta es "Sí", y la carta es esta: "La Luna".Este arcano, nos orientará a través del sinuoso camino de la superación, utilizando unos pocos símbolos. Ellos son:- Un sendero.- Un pantano.- Un cangrejo.- Una tierra fértil.- Dos perros, o quizás un perro y un lobo.- Dos torres.- La luna. - Gotas de energía que suben hacia la luna.Iremos viendo cómo estas imágenes, en vez de ser símbolos dispersos, se van entrelazando y reforzando mutuamente hasta formar en nuestra mente, durante la lectura, un todo superador distinto para cada uno de nosotros. Ese es el gran poder del símbolo: ser siempre el mismo y al mismo tiempo decir verdades diversas. Así veremos como aparece Hércules y dos de sus famosos trabajos. Ellos están simbolizados en "el pantano", "el cangrejo" y "el perro Cerbero".Veremos cómo el significado del inconsciente, y de lo primitivo que existe en nosotros, aparece no sólo en las aguas del pantano, y en la Luna, sino también a través de los animales. El cangrejo y los perros hacen referencia clara a nuestra naturaleza inferior.Veremos referencias al mundo del más allá. Al ir recorriendo el sendero de la vida aparecerá su contrapartida, la muerte. Aparecerá el Mundo de los muertos cuya entrada se encuentra custodiada por el perro Cerbero. La luna, que nos mostrará su cuarto menguante, dirigiéndose inexorablemente hacia su muerte. Tendremos también otra referencia a los límites del mundo humano en las Torres que indican el portal a "otro mundo". Finalmente el pantano, siempre listo para tragarnos y llevarnos contra nuestra voluntad a submundos infraterrenos. Veremos cómo todo el viaje se realizará en el mundo de la dualidad: la vida y la muerte, el perro blanco y el negro y las torres. Hechas estas primeras aproximaciones comencemos con la primer clave, o sea con el nombre de la carta denominada "La Luna". Es la primera advertencia de este arcano.





Nos indica que durante todo el recorrido que propone esta carta, estaremos influenciados por LA LUNA. ¿Somos seres independientes, o nuestra vida se halla dentro de un ecosistema planetario dentro del cual La luna, entre otros elementos, nos condiciona y orienta?. Indudablemente la ficción de independencia es útil para ciertas tareas, y peligrosa para otras. Todos sabemos, o deberíamos saber, como lo sabían nuestro abuelos, cuan importante y dependiente es nuestra vida de este astro. Los seres humanos que nos precedieron fueron descubriendo cómo la Luna influenciaba con sus distintas fases, los ciclos de la vida y cómo esta influencia se manifestaba en los distintos reinos de la naturaleza. Así cada cultura fue transmitiendo este conocimiento para beneficio de la siguiente. Los agricultores a fuerza de errores y aciertos descubrieron que si plantaban o cosechaban en luna creciente los resultados eran diferentes que en luna menguante. Una vez descubierta la conexión comenzaron a someter sus actividades a los mandatos que la Luna les imponía. De este modo un calendario que incluyera las fases de la luna fue elemento indispensable en el hogar de cada agricultor. Las matronas, y luego las parteras, pudieron observar que se incrementaba la cantidad de partos en luna llena, y los hospitales y la policía verificaron que se producían hechos de mayor violencia que en otras fases de la luna. Ellos también adaptaron sus actividades a esos ciclos. Los marinos descubrieron que la Luna, reina de la noche, tenía el poder de ordenar a las aguas del mar que subieran y bajaran bajo su férreo mando. También ellos aprendieron a someter su voluntad al astro nocturno y a utilizar esa información para su propio beneficio. Como ustedes saben, la luna produce sobre la vida en nuestro planeta muchos otros efectos. De este modo percibimos cómo la naturaleza y la luna forman un todo inseparable que no podemos y no debemos ignorar. La primera advertencia, para comenzar nuestro viaje dentro del territorio de la luna es actuar en armonía con sus mandatos. La Luna es la Reina, y en sus territorios, queramos o no, somos sus súbditos. Existe una segunda advertencia, antes de emprender el viaje, sus territorios son terrenos nos con sus imágenes invertidas, puede hacernos entrar en su mundo de fantasías. Un mundo irreal, de formas equivocadas y distorsionadas. Mundo ilusorio y de imaginación. 




Así el que confunde la realidad con su reflejo, se perderá irremediablemente. Estas aguas que simbolizan el inconsciente puede ahogarnos. Pero el pantano no es sólo símbolo de las aguas del inconsciente, simboliza también otras aguas: las aguas uterinas y, por lo tanto, hace referencia al nacimiento y a la maternidad. Además de referenciar a la creación del humano también remite desde la pequeña planta, a la creación del mundo todo. De este modo, el arcano se encuentra asociado con el nacimiento de todas las cosas. Además nos relaciona y vincula con lo femenino que hay en nosotros. Llama a las mujeres y a los hombres a descubrir la profundidad de sus propias energías femeninas: lo pasivo, la intuición. Pero la intuición no es suficiente, para evitar caer en el pantano. Mientras se encuentre la realidad oculta por la tenue luz de la luna, tendremos que aprender a movernos en este mundo de tenues luces y de grandes sombras utilizando nuestro intelecto. Éste, como instrumento para nuestro pensamiento, nos permitirá llegar a la verdad, razonando aquello hacia lo que nos empuja el instinto y la intuición. La intuición que viene dada desde lo alto y que nos conecta directamente con Dios, está amplificada y simbolizada por La Luna. A través de ella nuestra intuición se manifiesta. ¿Cómo puede ser que la luna, con su tenue luz nos llene de error y confusión y al mismo tiempo sea la portadora de la intuición para avanzar?. Es que el límite entre la verdadera voz de Dios que está en nuestro corazón y las fantasías de una mente debilitada es muy tenue. Así muchas personas creyendo escuchar a Dios han emprendido un supuesto camino espiritual que los ha conducido a los peores pantanos de la existencia humana. Hemos hablado de intuición y de intelecto, dos características de nuestro ser que nos permitirá avanzar, falta ahora analizar el tercer factor: el instinto, esa característica que es propia del reino animal.




Ha llegado ahora el momento de referirnos a la otra: el instinto. Cuando nos referimos a los instintos, enseguida asociamos el concepto con "los animales", pues están totalmente sometidos a ellos. En esta carta los animales aparecen a través de tres géneros distintos:- El cangrejo- El perro- El lobo ¿Qué simboliza que aparezcan animales? Desde la antigüedad los animales han sido utilizados para representar a los hombres y a los cuatro elementos de la naturaleza. A los hombres buscando analogías con sus distintas características, o tipologías de carácter. Así los animales son utilizados para representar todo tipo de virtudes y defectos. Es que a través de ellos es fácil mostrar aquellas partes más "animales" que poseemos, tantas veces negadas y pocas veces superadas. A los elementos de la naturaleza, de acuerdo al medio en el cual se mueven dichos animales.
Hechas estas aclaraciones comencemos con el primer animal. Se trata de un cangrejo. Su lugar preponderante en el centro de la carta, nos indica que antes de continuar avanzando tendremos que entender su simbolismo. Analizaremos:- El agua y la tierra.- La transformación.- Nuestros poderosos instintos básicos.

EL AGUA Y LA TIERRA:


El cangrejo está relacionado con el elemento agua y el elemento tierra, porque su naturaleza dual lo lleva a ser un animal acuático y terrestre, dado que vive en los dos elementos. El cangrejo nos remite entonces por una parte a lo acuático, a nuestra naturaleza emocional e inconsciente, por la otra a la tierra, a lo sólido, a lo concreto de nuestra vida, a nuestra parte consciente. Al vivir en los dos elementos, agua y tierra, nos indica que el ser humano debe aprender a vivir con los pies sobre la tierra y a meterse en las aguas del inconsciente, sin perderse en él, para encontrar lo que busca y poder volver a la tierra.



El cangrejo representa también la transformación. En el Antiguo Egipto lo adoraban en forma de escarabajo. Para ellos era un Símbolo de Transformación, significaba "cambiar". Nos recuerda así a la gran ley de la transformación, la renovación constante de la existencia y, por tanto, el emblema de la vida humana y de las transformaciones del alma en éste y en el otro mundo. El símbolo de transformación a través del cangrejo, está reforzado por el color rojo de su cuerpo, que representa la vida y el fuego de los alquimistas: el famoso fuego interior que permite la transmutación. ¿Y que transformación nos propone el cangrejo?.Se trata de eliminar la parte de nuestro pasado, que ya no es útil en nuestra psique. Ha sido simbolizado en el caparazón petrificado, de gran utilidad para proteger sus partes interiores tan sensibles durante su vida, pero que ahora son un obstáculo para el crecimiento. También ha sido simbolizado en la tarea del cangrejo en el pantano: comer todo lo que ya no sirve, lo que está corrompido, purificando el lugar. Ya no se trata de continuar acumulando conocimiento, como cuando éramos uno de los niños escuchando al Sumo Sacerdote, carta número V del Tarot. Ahora somos adultos y debemos seleccionar ese conocimiento incorporado. Identificaremos así, a aquellos que están muertos, y en consecuencia en proceso de descomposición para eliminarlos. Para lograr este objetivo el cangrejo avanza y retrocede. En el proceso de retroceder analizamos y depuramos nuestros actos pasados, es un retorno, un reflujo hacia el pasado. Luego podremos volver al sendero para avanzar y acumular un nuevo saber.

NUESTROS PODEROSOS INSTINTOS BASICOS





Hemos visto al cangrejo en su valiosa misión como medio de transformación. Así lo vemos por arriba del pantano, mostrando que ha logrado salir de la posible esclavitud del inconsciente, emergiendo sobre él. Ha superado así su parte inferior. Aquel que, en cambio, quede sometido a lo primitivo del cangrejo, no logrando "aplastar" lo peor de su naturaleza inferior, lo padecerá en su misión destructiva.El cangrejo nos remite a nuestros instintos básicos. Hace referencia al enorme poder de ellos, y en especial a nuestro poder sexual. Es sabido que el hombre puede ser dueño o esclavo de su sexualidad. Tanto el pantano como el cangrejo está presente en uno de los trabajos encomendados a Hércules: matar a la Hidra. Sabemos que Hércules debe emprender los doce trabajos, como compensación por los daños que había ocasionado en su "confusión". Así nosotros muchas veces, como él, nos sentimos confundidos, actuamos como si en nuestro interior habitaran distintas personas, cada una con deseos y modos de pensar diferentes. A tal extremo que cuando salimos de la "confusión", no logramos entender por qué "hicimos lo que hicimos". Para destruir estas distintas cabezas que habitan en nuestro interior, y que pueden llevarnos a la confusión, es que deberemos hacer como Hércules: ir y matar a la Hidra. Ella vivía en un pantano en Lerna, y era un monstruo de nueve cabezas. Una cabeza era inmortal y, cuando le cortaban cualquiera de las otras, crecían dos en su lugar. Mientras luchaba para terminar con la vida de Hidra, el cangrejo intentaba impedirle realizar su trabajo. Así, cuando peleamos por salir de la confusión, el pasado con sus peores recuerdos y lo más primitivo del cangrejo nos "aguijonea" entorpeciendo nuestro avance en el sendero. Hércules finalmente pisa al cangrejo, y mata a Hidra. Esto es lo que tuvo que destruir Hércules para avanzar en su camino y esto es lo que debemos eliminar nosotros para avanzar en el sendero de la noche hacia el perro y el lobo. 
Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

EL ARCANO 18 DEL TAROT COSMOPSICOLOGICO. 



En primer plano encontramos una mujer desnuda y de espaldas en posición recostada, relajada y en actitud de receptividad respecto al paisaje y los elementos que hay frente a ella. Esta femenina mujer representa la fecundidad, tanto física como emocional, mental y espiritual. 
Los elementos que conforman la lámina sugieren tranquilidad interna, romanticismo, intimidad, protección de la Naturaleza y una sensibilidad grande. 
A la vez, la simetría de las figuras del Arcano sugiere la idea de que todo lo que existe se manifiesta en una polaridad dual, la del consciente y la del inconsciente. Las dos palmeras representan el elemento tropical y romántico desde el punto de vista estético. Su presencia por lo general se encuentra asociada al elemento agua y a la humedad, con frecuencia en lugares donde el preciado líquido es escaso. No es éste el caso, ya que nos encontramos frente a una playa. 
El agua indica lo afectivo y la humedad lo que ablanda y hace maleable. 
La palmera, por otro lado, coloca sus preciados frutos bien alto.

Ella desde el punto de vista esotérico representa el elemento masculino exaltado y, según la Kábbalah hebrea, el fruto del dátil es por fuera representación del sexo femenino y por dentro su simiente es el símbolo del órgano masculino. 

Estas dos palmeras, con sus troncos en forma de media luna hacen como de guardianes de la mujer, a la vez que la exaltan. 
El gran huevo que se encuentra casi como una figura central, representa uno de los ejemplos más bellos y completos de la naturaleza respecto a este Arcano. 




El huevo contiene en sí todo lo que el nuevo ser necesita para desarrollarse, pero para que este proceso llegue a término se necesita que esté fecundado, es decir, que haya recibido la semilla de la vida. En su interior algo mágico se está gestando. La bahía o la concha que el mar forma tiene la apariencia de un cangrejo con sus pinzas o de un útero de mujer. Las olas llegan mansamente a la orilla, pero sólo las que han podido sobrepasar la estrechez. 
Dos pirámides de cristal majestuosamente guardan la entrada a la concha, velando porque todo lo que a ella penetre tenga la pureza cristalina suficiente. 
Una Luna llena completa el marco en la parte superior y, por supuesto, es de noche, queremos pensar que noche de amor puro y de cristal, nunca de engaño muy bien disfrazado. Nuestra psiquis es como esa concha de playa de la lámina, la cual filtra en un sentido o en otro y en mayor o menor medida lo que del exterior recibimos. Las oleadas de impresiones psíquicas pueden estar mayor o menor amortiguadas por lo angosto de la entrada a la caleta, pero al final lo que importa es cómo llegan a la orilla las olas, si tranquilas, revueltas, etc., procurando que el agua que accede a ella sea limpia y no llena de desperdicios y restos que ensucien la playa.

Desde el punto de vista esotérico sabemos que los tres astros de nuestro sistema que tienen una mayor predominancia o que se pueden considerar como los más importantes son la Tierra, la Luna y el Sol. 

La Tierra afina y rige todo lo relacionado con el soporte material de la existencia terrestre, la Luna lo hace sobre la psiquis y el Sol sobre los mundos empíreos, divinos y de la conciencia-voluntad. 

Nuestro cuerpo astral posee una enorme dependencia del satélite de la Tierra, la Luna, la cual lanza poderosas oleadas de vibraciones sobre nuestro planeta, fundamentalmente en su propio plano, el astral, puesto que sus influencias gravitatorias o similares son en comparación con las primeras de un alcance minúsculo. 



La Luna representa también la memoria, gran parte de la cual es inconsciente. Por lo tanto, las discusiones bizantinas en cuanto a la existencia o no del inconsciente, las considero sobrantes. En realidad se discute más que nada una denominación, es decir, si se le llama inconsciente o bien memoria. Lo que sí es claro es que el ser humano tiene en su mente varios niveles de dificultad dependiendo del contenido, en lo que se refiere a la recuperación de datos almacenados en la memoria. Por supuesto que el factor tiempo es importante, pero no es el único, ya que hay ciertos datos o experiencias que los recordamos perfectamente después de muchísimo tiempo, mientras que otros más recientes se han olvidado o, por lo menos, si los vamos a buscar en la memoria no los encontramos. La cuestión es si aquello que no recordamos puede tener una influencia real en nuestro nivel consciente. La Luna está en analogía con el estómago y en general con la alimentación y el proceso digestivo. Por analogía podríamos basar nuestros estudios al respecto partiendo del hecho de que también existe una digestión psíquica y emocional. Hay hechos y experiencias que se mantienen en los estratos subconscientes durante muchísimo tiempo influenciando nuestros comportamientos, lo cual seguirá sucediendo así hasta que la persona asimile correctamente esas vivencias. Parece que el propio mecanismo de la memoria impide que algo pase a un olvido real antes de que la conciencia lo haya registrado correctamente. En este caso el Sol y la Luna son aliados. 




La Luna es también la imaginación o creación de imágenes en la mente. Esta facultad, a veces un poco dejada de lado, tiene aplicaciones y funciones muy importantes. Por un lado, si es imaginación de tipo creativo, hace que la a veces insípida y poco digerible realidad a secas tal como se presenta, sea mucho más asimilable. 
Lo anterior quiere decir que la Luna es la formación de imágenes en el plano psíquico y astral. ¿Quién puede decir que el romanticismo no es una verdadera bendición?. Una vez que se pierde, la relación entre los miembros de la pareja pierde algo que es insustituible. Eso que llamamos estar ilusionado o enamorado no sólo es aplicable a la relación afectiva, sino a la actividad profesional creativa, al trabajo por los ideales, etc. aunque bien es cierto que en este Arcano nos referimos más que nada al ámbito afectivo. Cuando ese platonismo bien entendido se encaja sobre todo en el plano mental, lógicamente que hay una mayor cercanía al Arcano precedente, es decir, el 17, regido por el idealista signo del Aguador.


Por lo general, aunque hay divergencias entre los autores, este Arcano se suele asimilar al signo de los Peces, pero en tal versión lo único que podríamos encontrar racionalmente como un apoyo es el hecho de que el signo de los Peces es un signo de agua y que la Luna tiene una clara afinidad con el mismo elemento. 

Si estudiamos un poco más a fondo nos daremos cuenta de que son insuficientes argumentos para apoyar tal afirmación. En el Tarot Cosmopsicológico enclavamos la regencia de este Arcano decimoctavo en el signo del Cangrejo, el cual se encuentra regido por la propia Luna. 
A partir de esta combinación entre la Llave de Oro y la de Plata, partiendo de la dualidad "Arcano 18-signo del Cangrejo", profundizaremos mucho más en el simbolismo de ambos. 
En el Taro Cosmopsicológico obtenemos tres niveles de estudio: LA MATRIZ COSMICA, LA LUNA y LA IRREALIDAD. 
Comencemos ahora a desarrollar el primero de los tres términos, LA MATRIZ COSMICA. 



El signo del Cangrejo mediante su planeta regente la Luna representa la recepción, asimilación y reflejo de la luz solar. El satélite de la Tierra recibe la luz del Sol y la devuelve al espacio exterior en un determinado tanto por ciento, pues lógicamente su superficie es mucho menos reflectante que un espejo, por ejemplo. De la misma manera la Matriz Cósmica recibe en su útero la simiente del Sol y la ha de conservar, alimentar y transformar adecuadamente, para posteriormente "dar a luz" el nuevo fruto. 
Este proceso no sólo es traspolable a la gestación como reproducción sexual, sino que va mucho más allá de lo que en principio se podía suponer. 
Ya que la Luna y el signo del Cangrejo están en clara afinidad con el plano astral, hay que entender que la ley de la gestación se relaciona igualmente con otros fenómenos del mencionado plano, como pueden ser todos los del inconsciente, las relaciones afectivas, los sentimientos humanos, etc. Existe una clara relación desde todos los puntos de vista entre los procesos de la digestión y asimilación, por un lado, y los de la gestación por otro. Ambos se encuentran regidos por la Luna y el signo del Cangrejo y en el estudio de la gestación de un nuevo ser encontramos la clarísima interconexión entre la nutrición que aporta la madre al hijo y la propia alimentación de ella, sin la cual la primera no existe. Hoy en día ya se ha comprobado de sobra que esa alimentación de la madre al niño no es sólo física, sino también astral o psíquico-afectiva. 
Desde el punto de vista esotérico hay que decir que durante la gestación o embarazo el nuevo ser no sólo se va formando de una estructura material física, sino de un soporte astral, a la espera de que la conciencia o espíritu vaya encajando o manifestándose poco a poco durante los primeros años de la existencia. Si el niño muere antes de los siete años es que eso último no ha sucedido así. 




El nuevo ser, desde que es un feto, ya es sensible de forma inconsciente a los cambios en el aureola psíquica de la madre, y por supuesto que no habrá que recalcar el hecho de que la alimentación física de la madre, así como la ingestión o no que ella haga de excitantes, son puntos clave en el buen desenvolvimiento del proceso. 
En el proceso de digestión y posterior metabolismo de los alimentos, se desechan una serie de substancias y se absorben otras, para luego comenzar los fenómenos del anabolismo, que suponen la construcción y reparación de estructuras orgánicas. En el desarrollo del embarazo, se producen las mismas fases iniciales (digestión y absorción) pero luego los nutrientes son encaminados hacia el nuevo ser en una parte importante. Bien, a partir de este momento podemos comenzar a realizar analogías a otras esferas por ley de correspondencia. En la esfera psíquica o astral lo que sucede es que también tenemos transcursos de digestión e, incluso, de gestación. Como ya se había comentado, la memoria procesa sus datos y experiencias en el nivel astral como un verdadero desarrollo de digestión. Mientras que en la memoria astral una experiencia no es digerida totalmente, ésta continúa en un nivel pujante de la memoria inconsciente hacia el consciente. En el momento en que su digestión es completada y queda registrada convenientemente en la conciencia, esa vivencia ha pasado a formar parte de nuestra estructura interna, al igual que sucede con los nutrientes bioquímicos. Esa experiencia entonces puede venir a reparar o completar algo dañado o inconcluso en el nivel del espíritu-conciencia. Igualmente, en el nivel de la memoria de datos, cuando estos no son asimilados convenientemente, la gran dificultad es recuperarlos de nuevo hacia el consciente. 




Por otra parte, igual que existe una memoria humana individual, existe una gran memoria universal, donde se encuentran escritos hasta los orígenes de la vida. Recordemos que la casa IV, en analogía con el signo del Cangrejo, contiene lo que son los ancestros o el pasado. 
Expliquemos algo más de LA LUNA. Como veníamos comentando, en el ser humano también se suceden acontecimientos no sólo de digestión psíquica sino igualmente de gestación astral: por supuesto que ya aquí nos referimos a algo tanto existente en la mujer como en el hombre, en concreto sucediendo en la polaridad femenina de cada uno de ellos. 
A través de muchos medios podemos recibir vibraciones que en sí son de carácter emotivo o bien que nosotros podemos traducir casi de forma inmediata a vivencias astrales o psíquicas. Por ejemplo, mediante la voz humana nosotros podemos recibir una serie de vibraciones que en sí son físicas, pero que en nuestro astral pueden amplificarse o sutilizarse a emociones o afectos. Igual sucede con la televisión, la cual evidentemente no transmite afectos en sí, aunque es claro que ciertas vibraciones físicas como la música o las imágenes sí pueden combinarse de manera que provoquen una inmediata respuesta o fenómeno astral-emocional. Todo esto entra dentro de las distintas fases de fenómenos de digestión psíquica. Una vez que hemos recibido, o bien generado en lo interno e independientemente del exterior, una serie de fenómenos astrales, comienza el proceso de digestión psíquica, por el cual si se realiza de forma saludable, sólo van a quedar en la memoria astral aquellas impresiones o vivencias afectivas que resultan realmente asimilables y nutritivas para el cuerpo astral. Pero ya podemos entrar de lleno en el fenómeno de la gestación psíquica. 





Evidentemente este es un proceso que, como en lo físico-orgánico, es mucho más largo en el tiempo que el de una simple digestión, siendo hasta cierto punto el resultado de muchas digestiones. Esto último tampoco es totalmente cierto, ya que en lo físico el resultado de muchas digestiones es un cuerpo más o menos sano y vigoroso, lo cual sucede exactamente igual en cuanto al cuerpo astral, el cual tiene una conformación interna más o menos sana dependiendo del tipo de vibraciones astrales de las cuales lo alimentemos. También hemos visto que la calidad del astral depende directamente de la materia de que se alimente el cuerpo físico, ya que esas substancias también poseen su astral. 
La gestación psíquica tiene su matriz o útero en nuestro subconsciente, por lo cual y como habíamos dicho el varón también entra en el estudio. 
El ser humano va alimentando en su inconsciente una gran variedad posible de hijos psíquicos. 
Diríamos que esas creaciones del inconsciente son como fieles amigos protectores o como fantasmas que no nos dejan dormir tranquilos. 
Continuaremos tratando el tema lo más a fondo posible en posteriores apartados. 

Seguimos ahora con LA IRREALIDAD. 




Cuando la imaginación alimenta y se alimenta de seres irracionales y faltos de conexión con la realidad solar, el ser humano vive en un continuo espejismo. También es cierto que "demasiada luz es perjudicial", pero igualmente "estar en sueños" -como dicen algunas escuelas esotéricas- toda la vida, es una enfermiza condición. 
Los hindúes se refieren a Maya, la ilusión, los espejismos con que la Luna engaña a los que no poseen una individualidad solar bien marcada. En la Biblia dice: "primero verás mis reflejos y luego me verás cara a cara". Hay que prepararse para ver la realidad cara a cara, porque algunos se quieren "saltar las tapias del cielo" y, como ya veremos en el siguiente Arcano, pueden salir enceguecidos. Lo ahora explicado quiere decir que si no existe un autodesarrollo personal ,el ser humano puede tratar de fundamentar su existencia sobre espejismos, lo cual no tiene nada que ver con el tópico prefabricado orientalista y mal interpretado de "todo es ilusión", el cual puede conducir como norma de vida a bastante sonambulismo y dejadez.



El consciente, el subconsciente y el inconsciente





A lo largo de su vida, Freud definió el aparato psíquico de diversas maneras. La primera de ellas fue el modelo topográfico, que lo dividía en consciente, subconsciente e inconsciente. Posteriormente, este modelo fue sustituido por el modelo estructural, que distinguía entre YO, ELLO y SUPERYO. En el modelo topográfico las operaciones y contenidos mentales se describían en relación a la conciencia.
Cualquier suceso mental que ocurría fuera de la conciencia y que no podía hacerse consciente mediante un esfuerzo de la atención, se consideraba perteneciente a otra región más profunda de la mente: el inconsciente. Los sucesos que podían hacerse conscientes mediante la atención se consideraban subconscientes. Todos aquellos que se producían en un nivel consciente estaban localizados en la superficie de la mente.
El consciente. El sistema consciente es aquella región psíquica en la que las percepciones que provienen del mundo exterior, del propio cuerpo o de la mente, se hacen conscientes. La consciencia es, en términos generales, un hecho subjetivo que puede comunicarse por el lenguaje y la conducta. Todo lo consciente es aceptado y reconocido como propio por el sujeto en el momento presente, dirige la atención y modula el comportamiento y la energía psíquica.
El subconsciente. El sistema subconsciente consiste en todos aquellos sucesos, procesos y contenidos mentales que son capaces de alcanzar o llegar a la consciencia si se realiza un esfuerzo para concentrar la atención. Freud aplicó el término subconsciente o preconsciente a los contenidos mentales capaces de hacerse conscientes de forma fácil y bajo condiciones que se produzcan con bastante frecuencia, lo que los diferencia de los contenidos inconscientes, que muy difícilmente llegan a hacerse conscientes. Una de las funciones del subconsciente es mantener una barrera represiva, que «censura» anhelos y deseos, para evitar el desagrado, retrasar la descarga instintiva y lograr que la energía mental concuerde con las demandas de la realidad exterior y los principios o valores morales y éticos con que cuenta toda persona.
El inconsciente. El inconsciente es la suma total de todos los contenidos mentales o procesos que quedan fuera de la consciencia y que son incapaces de llegar a ella a causa de una contrafuerza que es la censura o la represión. Estos contenidos mentales inconscientes suelen ser impulsos o deseos que resultan, en cierto modo, inaceptables, amenazadores o repugnantes para el sujeto desde el punto de vista ético o intelectual; pese a la censura, estos contenidos pugnan por hacerse conscientes, siendo permanentemente reprimidos; si llega un momento en que surge el conflicto, se pueden desencadenar síntomas neuróticos.
Lo inconsciente nunca puede llegar a hacerse consciente salvo en contadas excepciones: cuando la censura está dominada por la aparición de síntomas psiconeuróticos; cuando se relaja como en los estados de sueño, o cuando se la engaña.

EL INCONSCIENTE COLECTIVO UN ORÁCULO GLOBAL


El “inconsciente colectivo” es un concepto de la teoría desarrollada por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung. La teoría de Jung establece que existe un lenguaje común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido de la “psique” que está más allá de la razón. Jung escribió numerosas obras sobre la idea de los arquetipos inconscientes y ancestrales. 
Para hacer más fácil el entender el tema, es importante que contemplemos el modelo de la mente según Jung.





Jung veía la vida psíquica como un conjunto de “complejos” de diversos centros mentales, en donde se integra la conciencia, el inconsciente individual y el "inconsciente colectivo". Pudiéndose afectar la "psiquis" de una persona alterando el inconsciente colectivo. 
Según Carl Jung, nuestra mente está constantemente conectada al "Inconsciente Colectivo" por medio de la parte inconsciente de la función intuición-instinto, aunque el enlace con el Inconsciente Colectivo no es consciente. 
Para entender mejor el tema, sería conveniente imaginarnos al "Inconsciente Colectivo" como una gran biblioteca donde se encuentra almacenada de forma colectiva la información del planeta tierra, cualquier persona, objeto, o situación. Los libros se encuentran escritos en arquetipos o símbolos primitivos. 



Existiendo personas que son capaces de entrar a esta biblioteca, leer sus libros y/o incluso escribir nuevos libros. A estas personas se les conoce popularmente como Videntes, Profetas, chamanes, etc. Sin embargo Jung afirmaba que todos los seres humanos tenían la capacidad de acceder al "Inconsciente Colectivo" por medio de los sueños mientras dormían. 

Las ideas de Jung sobre los remanentes arcaicos, a los que él llamaba arquetipos o imágenes primordiales, fueron malinterpretadas en muchas ocasiones. El término arquetipo fue entendido como si se refiriera a motivos o imágenes mitológicos determinados. Jung se encargó de aclarar que si fueran "determinados" serían conscientes. Y que los arquetipos son en realidad una tendencia a formar representaciones sobre un modelo básico que puede variar constantemente y que produce asombro y desconcierto cuando aparece en la consciencia. Los arquetipos que él mismo señalaba como principales eran el ánima, o principio femenino, y el animus, principio masculino. La sombra era para Jung un arquetipo básico, que designaba justamente lo desconocido e inexpresable, es decir, el propio inconsciente colectivo.

La necesaria y requerida reacción de lo inconsciente colectivo se expresa en representaciones formadas arquetípicamente. El encuentro con uno mismo significa en un principio el encontrarse con la propia sombra. Por otra parte, esa sombra es un paso angosto, una puerta estrecha cuya precaria angostura no puede eludir nadie que descienda a lo hondo del pozo. Pero hay que conocerse a sí mismo para saber quién se es, puesto que lo que viene después de la muerte es, inesperadamente, una ilimitada extensión llena de inconcebible imprecisión, en la que al parecer no hay ni fuera ni dentro, ni arriba ni abajo, ni aquí ni allá, ni mío ni tuyo, ni bueno ni malo. Es el mundo del agua, en el que flota, suspenso, todo lo vivo, donde comienza el reino del «simpático», del alma de todo lo vivo, donde yo soy inseparable y soy éste y aquél, donde experimento en mí al otro y el otro me experimenta a mí como al yo. C. G. Jung. Sobre los arquetipos de lo inconsciente colectivo.




La tendencia a las representaciones arquetípicas es, en la teoría junguiana, tan evidente en los humanos "como el impulso de las aves a formar nidos". No se adquiere con la educación ni en contacto con la cultura, sino que es "innata y hereditaria". Este punto fue motivo de las mayores controversias, porque era indemostrable. La teoría no parece explicar de qué manera los arquetipos pasan de padres a hijos a través de las generaciones. No obstante, en las formulaciones de Jung se encuentra la defensa de este punto: si están ligados a los instintos, de cuya existencia no se duda, se transmiten de una generación a otra en forma de fantasías que necesariamente esos instintos generan, así como la sombra acompaña al cuerpo. En El hombre y sus símbolos, Jung escribió:
A semejanza de los instintos, los modelos de pensamiento colectivo de la mente humana son innatos y hereditarios. Funcionan, cuando surge la ocasión, con la misma forma aproximada en todos nosotros. C. G. Jung. Acercamiento al inconsciente.
El simbolismo de la muerte, los demonios, dragones y serpientes, círculos y triángulos, el ave como símbolo de liberación y de trascendencia, la peregrinación, el mito del héroe y una serie larguísima de otras figuras habitan lo inconsciente colectivo y constantemente acuden a la consciencia sin que sepamos interpretarlos, y con variantes de formas y detalles, así como fluyen los instintos primitivos en cada momento de nuestras vidas. Lo perturbador de los arquetipos es que no llegamos a conocerlos del todo. Y más perturbador resulta el hecho de que, aun conocidos, nunca agotan su significado. Sin embargo, para Jung, el sentido de armonía se consigue mediante la unión de la consciencia con los contenidos inconscientes de la mente. Esa es la "función trascendente de la psique", con la que se supera el ego para conquistar la plenitud del individuo.
Os adjunto una presentación con algunas sugerentes imágenes de éste Arcano:


Así pués, como se ha podido ver el Arcano  La Luna, ofrece un profundo caudal de conocimientos. Como siempre  espero que os sea útil e interesante.

2 comentaris:

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