-¿Dios creó el
cerebro... o el cerebro creó a Dios?
-No puedo responder a
eso.
-Usted es
neurobiólogo...
-Y sí puedo decirle
que toda experiencia espiritual tiene base cerebral.
-¿Por ejemplo?
-El éxtasis místico.
Hay estructuras concretas del hemisferio
derecho de nuestro cerebro directamente implicadas en ese estado.
-Entonces, ¿también yo
puedo ser místico?
-Es una capacidad
universal, ciertamente, pero hay cerebros más lábiles, más proclives que otros a
entrar en ese estado de éxtasis.
-¿En qué consiste un
éxtasis místico?
-En una experiencia
(transitoria) de disolución de la dualidad Yo-Naturaleza (o sea, desaparece tu
ego, fundido en uno con el todo) y de suspensión del flujo del tiempo.
-O sea... siento que soy
infinito y eterno.
-Y que todo encaja,
todo se ilumina, todo está bien. Es un arrobo que han descrito muchas personas:
poetas, artistas, eremitas, santos, herejes, visionarios, místicos
célebres...
-Y relatan que han
conectado con Dios.
-Eso los formados en
culturas con Dios. Pero si eso lo vive un budista (el budismo carece de Dios),
le hablará de "iluminación".
-¿Qué ha sucedido en
esos cerebros?
-Se ha estimulado el
lóbulo temporal derecho (más visuo-espacial, y de emociones, afectos...) y se
suspende la actividad del lóbulo parietal izquierdo (el lógico-matemático,
analítico, que capta la dualidad, las antinomias como arriba-abajo,
antes-después...).
-El arrobo místico
altera nuestra percepción cotidiana de espacio y tiempo, pues...
-Quizá
espacio y tiempo sean las gafas con que el cerebro mira la realidad. ¡Un filtro
construido por el cerebro! Quizá el cerebro nos restrinja lo real, cosa útil
para sobrevivir como especie. Y, en el éxtasis místico, ¡el cerebro se quita un
ratito esas gafas, ese filtro!
“El cerebro es la sede
de todo lo espiritual”
FRANCISCO J. RUBIA,
NEUROBIÓLOGO
Como
bien saben los lectores de éste blog, no me gusta en absoluto provocar,
escandalizar, ni nada de lo que tenga que ver con la prensa amarilla, rosa o de
cualquier otro color. En general trato, de acuerdo a mis conocimientos y
posibilidades, de dar a los lectores –teniendo en cuenta que una buena parte
pueden ser jóvenes ex -alumnos míos, una información que sea veraz, seria y
siempre razonada. Pero en éste caso, como trataremos de demostrar en la
presente entrada, la frase que le da título, con ser insuficiente y excesivamente
simplificada, puede servirnos como punto de partida.
Veamos.
Veamos.
Hace unos años, leí en la red éste titular:
"El orgasmo es Dios y el
orgasmo debe ser adorado”. Desde luego captó mí atención, no pude evitar
seguir leyendo: “Esta es la 'palabra de Dios' que proclama
Carlos Bebeacua,
un uruguayo que vive en Suecia y que es el líder de un culto
religioso conocido como la "Iglesia de la Virgen del Orgasmo". Este credo particular de nombre tan extático
ha saltado a los medios de comunicación suecos porque está a punto de conseguir
ser registrado, en igualdad de condiciones, con el resto de cultos e iglesias
del país, según The Local. Un juez así lo ha decretado, después de que con
anterioridad la 'religión del orgasmo' quedara fuera de la egregia lista porque
ofendía a los cristianos. Carlos Bebeacua, nacido en Montevideo hace 54 años,
se proclama "cardenal" del esta iglesia. Artista plástico, decidió
iniciar el culto a raíz de que una de sus obras, La Virgen del Orgasmo,
despertara fuertes protestas en la Expo de Sevilla 92. En esa oportunidad,
intervino la policía para evitar disturbios”. Que país el nuestro que se escandaliza por el titulo de una pintura y que se obstina en declarar "fiesta nacional", la tortura de animales, o que mantiene una de las cotas más altas del mundo de violencia doméstica!...
Decidí buscar tan
provocativa obra:
No me pareció tan
escandalosa, claro que han pasado mas de veinte años desde el 92, y yo nunca he sido ni muy
remilgado, ni muy católico y además, pienso que la irreverencia –hasta cierto
punto - es buena, porque cuestiona las
cosas y rompe tabúes.
Seguí leyendo la notícia:
“La Iglesia del
orgasmo cuenta con tres centenares de fieles entre Suecia, España y
Latinoamérica, y en su nómina de sacerdotes sólo hay mujeres, que son las
encargadas de interpretar el Catecismo del Orgasmo, sus sagradas escrituras”.
Seguramente,
tal como a tí mismo –amigo lector, te pueda estar ocurriendo, primeramente me
sentí sorprendido, casi inmediatamente después, me vino el pensamiento perverso
de: Carai!, como se lo montan algunos!”. Pero paralelamente, era consciente de
que más allá del fácil recurso al cachondeo, se escondía algo que “ya sabía” y
que era muchísimo més importante y que merecía algo de reflexión.
En otra
publicación digital, leí: "A través del amor
por su esposa, el hombre, después de alcanzar su propia satisfacción, debe
acariciar los labios y clítoris de la mujer hasta que ella llega al
orgasmo".
No, no es una novela erótica, sino un libro escrito por un
fraile capuchino polaco, Ksawery Knotz, en el que se muestra cómo practicar
sexo "como Dios manda", Knotz aseguró que "Dios está en el
orgasmo"!!! (no hemos de olvidar que éstas palabras fueron dichas por un religioso católico!!!)
No muchos días después de éstas noticias, me encontré con ésta imágen que un grupo de feministas andaluzas que han organizado la "Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso", al cual sacaron en procesión por la ciudad de Sevilla, provocando un gran escándolo público, la detención de tres de las portadoras de tan significativo "paso" y su imputación por varios delitos...
No muchos días después de éstas noticias, me encontré con ésta imágen que un grupo de feministas andaluzas que han organizado la "Anarcofradía del Santísimo Coño Insumiso", al cual sacaron en procesión por la ciudad de Sevilla, provocando un gran escándolo público, la detención de tres de las portadoras de tan significativo "paso" y su imputación por varios delitos...
O incluso esta otra "La Madre de Todo Dios", algo más esquemática:
pero con el mismo significado.
Independiente del carácter reivindicativo, jocoso, irreverente o provocador que tienen éstas imágenes que no deberíamos sacar de su contexto, en otras entradas, ya hemos hablado de las relaciones entre mística y orgasmo, entre religión y sexualidad, de la delgada línea que separa el éxtasis espiritual del sexual, hemos reproducido, testimonios y textos, pero, hasta ahora siempre hemos puesto el acento, en los aspectos religiosos formales.
Independiente del carácter reivindicativo, jocoso, irreverente o provocador que tienen éstas imágenes que no deberíamos sacar de su contexto, en otras entradas, ya hemos hablado de las relaciones entre mística y orgasmo, entre religión y sexualidad, de la delgada línea que separa el éxtasis espiritual del sexual, hemos reproducido, testimonios y textos, pero, hasta ahora siempre hemos puesto el acento, en los aspectos religiosos formales.
Hoy
pretendo dar un paso més, sumergirnos en el interior del ser humano en su
conjunto cuerpo-mente-espíritu, hasta llegar a ese fondo único y profundo, para
observar que efectivamente el Orgasmo es Dios, o por lo menos que en el orgasmo
está Dios, por mucho que esos dos “conceptos”, puedan parecer alejados y es que, sj todo es Dios, si Dios está en todo, ¿porqué no habría de estar o ser el Orgasmo?.
En uno de los foros
que leí, Schabtai dijo:...”Siempre he creído que si Dios
existe es lo más parecido a un orgasmo.
De hecho pienso que la materia en el espacio está en continuo orgasmo dando lugar a la creación del universo. Por lo que afirmo rotundamente que las religiones existentes en la Tierra están completamente alejadas o contrarias a la existencia de Dios. Y como consecuencia digo que Dios existe, pero no es lo que las religiones dicen que es. Según mis investigaciones, a través de mis inspiraciones espirituales Dios es el orgasmo del caos”.
De hecho pienso que la materia en el espacio está en continuo orgasmo dando lugar a la creación del universo. Por lo que afirmo rotundamente que las religiones existentes en la Tierra están completamente alejadas o contrarias a la existencia de Dios. Y como consecuencia digo que Dios existe, pero no es lo que las religiones dicen que es. Según mis investigaciones, a través de mis inspiraciones espirituales Dios es el orgasmo del caos”.
En alguna otra parte leí: “Los pocos segundos que dura un orgasmo es la
plenitud del ser humano. En ese momento, el hombre y la mujer son lanzados
fuera de la mente. En ese instante no existe el mundo, los problemas. En ese
instante la mujer y el hombre se funden en uno solo y es el momento de la
comunión con la eternidad. Sólo en ese momento los seres humanos son capaces de
crear vida. Sólo en ese momento fugaz los seres humanos se parecen a Dios”.
“En el instante que desaparecen los
labios y solo quedan los besos. En el momento en que desaparecen los ojos y
solo queda la mirada. En el momento en que desaparecen los sexos y solo quede
el orgasmo, infinito, eterno, sólo en ese momento la condición humana se eleva
a la categoría de Dios”.
“Todo lo que esté por fuera de la
consciencia no podrá experimentar esta plegaria a la eternidad que es el
instante supremo de la existencia humana: el orgasmo que además de sacurdinos
los huesos, la carne, el corazón y el alma, nos convierte en dioses creadores
de vida humana”.
Como os habréis dado cuenta, el teme ofrece muchos aspectos que merecen ser reflexionados.
Como os habréis dado cuenta, el teme ofrece muchos aspectos que merecen ser reflexionados.
Si bien existen
infinitas razones por las que todos buscamos tener sexo y más allá de cuántas
parafilias enfermas existan, siempre hay una única meta en la mente de cada uno
de nosotros: alcanzar el orgasmo. No existe una definición universal que
pueda describir por completo lo que es un orgasmo, ya que todos somos muy
distintos y bla bla bla... Sin embargo, suelen señalarse muchas cosas en común en
la gran mayoría de los casos y todos podemos coincidir en que se trata de una
experiencia de un placer intenso y de una satisfacción increíble.
Para alcanzar el
orgasmo muchas partes del cuerpo trabajan en conjunto a distintos niveles,
entre ellos el cerebro. ¿Alguna vez te has preguntado qué ocurre en el
cerebro durante el orgasmo? Pues hoy quiero invitarte a conocer la respuesta a
esta y a otras preguntas al respecto.
La química del orgasmo
El orgasmo es el momento más placentero del acto sexual en el que la excitación alcanza su punto álgido.
Durante la
excitación sexual, los nervios de los genitales envían información al cerebro a
través de la médula espinal. Las células del cerebro producen dopamina,
activando los centros del hipotálamo que estimulan la liberación de oxitocina,
incitan a las glándulas suprarrenales a producir adrenalina, y se produce un
decapéptido, la GRH (Hormona liberadora de gonadotropinas), que actúa sobre la
hipófisis anterior controlando la secreción de LH (hormona luteinizante) y FSH
(hormona estimuladora de los folículos) que estimulan la secreción de las
hormonas esteroideas gonadales (testosterona, estrógenos y progesterona). El
hipotálamo (células nerviosas en el núcleo para-ventricular) estimulado por las
hormonas esteroideas liberan más oxitocina (retroalimentación positiva).
La oxitocina es una
hormona de función estimulante, actúa en muchas partes del cerebro y la médula
espinal, incluyendo la amígdala, hipotálamo ventromedial, septum y tallo
cerebral. Responsable del buen humor, la risa, estimula la circulación del esperma
y la contracción de la musculatura pelviana femenina, y por otro lado, provoca
un aumento de la frecuencia cardiaca, la sudoración de zonas como axilas o
ingles y la respiración se acelera. Como respuesta a esto el cerebro comienza a
segregar endorfinas y encefalinas que son polipéptidos neuromoduladores
liberados en la glándula pituitaria y el hipotálamo, y producen analgesia y una
sensación de bienestar. Ya que se reduce el flujo sanguíneo a la corteza
orbitofrontal responsable del control y la razón.
La oxitocina se
libera en grandes cantidades durante el parto y la lactancia; y está
relacionada con la afectividad, la ternura y la fidelidad.
Por otra parte,
también se libera feniletilamina, presente en el chocolate, y que eleva la
energía y el humor. Nuestro cerebro produce enormes cantidades cuando estamos
enamorados.
Durante la relación
sexual aumentan los niveles de dopamina que disminuyen después del orgasmo al
igual que los niveles de oxitocina. Al mismo tiempo suben los niveles de
prolactina que disminuye la libido, causa la saciedad sexual y controla la
secreción de la leche materna.
El sistema nervioso y el orgasmo
El sistema nervioso y el cerebro son de suma importancia en todos los aspectos de nuestra vida y por supuesto, ocurre lo mismo con los orgasmos. Sin el envío de impulsos nerviosos a la médula espinal y el cerebro, no habría orgasmos y... ¡ay de la humanidad sin orgasmos! ¿Imaginas?
La zona de los
genitales está plagada de diferentes nervios que envían información al cerebro
para que éste entienda la experiencia que se está viviendo. Según los
diferentes nervios se producen diferentes sensaciones. Ello explica que, por
ejemplo en las mujeres, un orgasmo producido por la estimulación del clítoris
sea distinto al producido por una penetración, lo que se debe a que distintas
terminaciones nerviosas producen distintas sensaciones.
Sabemos entonces
que en el orgasmo, los nervios juegan un rol fundamental y es por esto que en
la zona genital existe una enorme cantidad de nervios. Por ejemplo, solo en el
clítoris existe una concentración de más de 8000 terminaciones nerviosas y
estos a su vez están conectados por nervios más largos que se comunican con la
espina dorsal.
Los nervios de la zona genital que más trabajan durante la transmisión del orgasmo son:
Los nervios de la zona genital que más trabajan durante la transmisión del orgasmo son:
El nervio
hipogástrico: que transmite desde el útero y desde el cuello del útero en las
mujeres y desde la próstata en hombres.
El nervio pélvico:
que transmite desde la vagina y el cuello del útero en las mujeres y desde el
recto en ambos sexos (con mayor intensidad en los hombres).
El nervio pudendo:
que transmite desde el clítoris en las mujeres y desde el escroto en los
hombres.
El nervio vago:
transmite desde el cuello del útero, el útero y la vagina.
Todos estos nervios
trabajan en la transmisión de estímulos hacia la espina dorsal, razón por la
cual aquellas personas cuya espina dorsal está dañada suelen tener problemas
para lograr un orgasmo.
El centro de placer
en el cerebro se enciende
Existe un centro de placer en el cerebro. Este se encarga de señalar qué es lo placentero y hasta de motivar a uno mismo para tocarse buscando placer. A este centro de placer también se lo llama circuito de recompensa y funciona con distintos tipos de placer, desde el sexual al que se produce mientras nos reímos o hasta cuando se consume alguna droga. Se pone en marcha frente al placer y algunas de las áreas del cerebro afectadas por éste son:
La amígdala: que es
la encargada de regular las emociones.
El núcleo
accumbens: que es el encargado de controlar la liberación de dopamina.
El área tegmental
ventral: que es la encargada de la liberación de dopamina.
El cerebelo: es el
encargado de controlar las funciones musculares.
La glándula
pituitaria: es la encargada de la liberación de endorfinas beta (disminuyen el
dolor), la oxitocina. (aumenta el sentimiento de confianza) y la vasopresina
(aumenta el sentimiento de unión).
“¿Dios en el
cerebro?”
Los autores, basados en observaciones clínicas y experimentales, suponen que las experiencias religiosas, atribuidas por la gente al diálogo con Dios, son debidas a fenómenos neurológicos de nuestro cerebro. La conclusión que suelen sacar es que no es Dios el autor de tales fenómenos sino nuestro cerebro, en definitiva, que no es Dios quien nos ha creado sino nosotros los que creamos a Dios. Veamos cuales son las experiencias en que se basan.
Cerebro y
experiencias religiosas
Los neurólogos vienen observando que los epilépticos, con focos epileptógenos en el lóbulo temporal, perciben escenas (en el aura que suele preceder a los ataques) y alucinaciones,
Michael Persinger es
uno de los neurólogos, que ha recogido de sus pacientes con epilepsia temporal
relatos de alucinaciones de tipo religioso. Algunos han querido reproducir
experimentalmente estas auras epilépticas mediante estimulación de la corteza
temporal. Michael Persinger lo hacía con un campo magnético de débil intensidad
y los sujetos de experimentación referían que notaban como si en la habitación
en que se encontraban hubiera algún ser no corporal, experimentaban a veces una
iluminación repentina, o temor espiritual, pérdida de la noción de tiempo, etc.
Por su parte, un investigador suizo, mediante "electric zaps" a la
altura del gyrus angularis (zona de confluencia del lóbulo temporal y el lóbulo
parietal), aplicados a una epiléptica, ésta experimentaba la sensación de
"fuera del cuerpo" a la que enseguida me voy a referir.
Si la epilepsia
temporal produce experiencias religiosas, algunos autores han pensado que las
experiencias místicas de ciertos santos, como San Pablo, Juana de Arco, Santa
Teresa de Jesús, etc. posiblemente fueron provocadas por el "pequeño
mal" (ataques epilépticos débiles), es decir que lo que se atribuye a una
unión mística con Dios se reduce, según ellos, a una actividad patológica de la
corteza cerebral.
Algunos grandes mísiticos y/o reformadores religiosos, de los que se sospecha tuvieron epilépsia en algún grado:
Algunos grandes mísiticos y/o reformadores religiosos, de los que se sospecha tuvieron epilépsia en algún grado:
En la entrevista a Francisco J. Rubia de la que reproducíamos un fragmento en la cabecera de ésta entrada, también se decía: "-¿Todos los fundadores
o reformadores religiosos han sido psicópatas, o qué?
-¡La gente que
"ve" diferente es la que mueve el mundo! Pero no tilde el éxtasis
místico de patología: es una función más del cerebro, igual que tiene la otra,
la analítica.
-Seguro, pero más
exótica...
-Quienes la viven
sienten que esa vivencia es más "real" que la gris realidad
cotidiana. Y eso les insufla tal convicción, tal entusiasmo.., ¡que se entiende
que convenzan a los demás y que lleguen a fundar religiones!
-¿Y desde cuándo
existen éxtasis místicos?
-Desde que existe el
ser humano. Desde los chamanes prehistóricos. ¡Es una actividad del sistema
límbico de nuestro cerebro!
-Entonces está usted
sugiriendo que el ser humano es religioso por naturaleza...
-Sí. La sensación de
trascendencia, de unicidad, va con nosotros. Por eso todo intento de extirpar
la espiritualidad... ¡fracasará!
-Pero existen los
ateos...
-Eso es una opción
cultural, claro. El psicólogo Michael Persinger estimuló electromagnéticamente
el lóbulo temporal derecho de mil personas: unos dijeron sentir la presencia de
Jesús o la Virgen, otros de Elías, Mahoma, el Espíritu del Cielo..., según su
trasfondo cultural. Y había ateos y agnósticos... ¡que hablaron de abducción
por alienígenas...!
-¿Puedo provocar yo en
mi cerebro un estado de éxtasis místico y ver a Dios?
-A lo largo de los
siglos se han empleado diversas
técnicas: danzas, músicas, ejercicios respiratorios, rezos, posturas,
ayuno y castidad, aislamiento, ciertas drogas...
-¿Y puede declararse
espontáneamente?
-Sí. O por un
"shock" emocional. La edad más favorable es entre los 30 y 35 años. Y
los pueblos ágrafos, arcaicos, eran más proclives a ese estado: usaban más el
sistema límbico del cerebro (hipocampo, amígdala), lo que facilita la
conciencia no-egoica, y, así, sentirse animal o roca o árbol... Nosotros usamos
más el cerebro binario, que separa e individua las cosas: yo, el mundo, esto,
aquello...
-¿Y qué sucede en
nuestro cerebro al morir? Hay quien en ese trance ve a Dios...
-Ese trance se parece
a un éxtasis místico: hay anoxia (ausencia de oxígeno), y eso lo notan antes
las células pequeñas, las interneuronas, cuya función es inhibir a las grandes,
a las neuronas, que así quedan desmadradas, desinhibidas: esto excita la
corteza visual y nos da sensación de avanzar por un túnel hacia una luz blanca
(el cielo, Dios...) al fondo (a causa de la fisiología de la fóvea), y, a la
vez, ese estrés cerebral provoca que el hipocampo repase rápidamente su memoria
episódica: y por ello ves escenas de tu vida.
-¿Una experiencia
grata o desagradable?
-Muy gratificante,
placentera: ¡se multiplica por 300 el volumen de endorfinas, inhibidoras del
dolor! Pero en algunos casos, si solamente resulta excitada la amígdala, hay sensaciones de
pavor, terrores desagradables...
-¿El infierno?
-Sí: místicos
cristianos hablan del demonio, del infierno... Jesús mismo, mientras ayunaba en
el desierto, charló con Satanás.
-Asombra hablar de
esto con un científico.
-Pues anote lo que
dijo Einstein: "Lo místico es la fuente de toda ciencia verdadera"
Otra fuente de
información, para conocer la génesis de las experiencias religiosas, la ofrece
la neuroimagen, en sujetos que hacen meditación. La neuroimagen, ya sea la PET
(Positron Emission Tomography) o bien la RMf (Resonancia Magnética funcional)
permite conocer cuales son las áreas o centros nerviosos que se activan cuando
realizamos actividades físicas o intelectuales. Newberg y Col han registrado
las áreas cerebrales que se activaban en 14 monjes budistas tibetanos y en M.
Baime (que desde los 14 años hace meditación zen). Algo parecido ha hecho
Austin valiéndose asimismo de monjes tibetanos. En todos estos casos se
vio que se activaba el lóbulo temporal mientras que en el lóbulo parietal
disminuía la actividad. Como el lóbulo parietal tiene que ver con la
orientación espacio-temporal, concluyen que la sensación de levitación, de
estar fuera del espacio y del tiempo, que suelen experimentar los místicos, se
debe a la falta de actividad de este lóbulo. En 2004, Dean Hamer publicó (ed. Double Day) un libro titulado: "The God gene", libro, que a finales de 2006, la editorial Esfera de los Libros, ha publicado en español. El núcleo del libro lo constituye el trabajo experimental que Hamer y colaboradores hicieron con un grupo de sujetos. Buscaron si en aquellos que mostraban mayor inclinación a la "self transcendence", al misticismo (en la significación que Hamer da a este término: facilidad para salir de sí mismo, sensación de estar en conexión con un amplio universo y con una mente abierta a sucesos no fácilmente explicables) alguna modificación genética en alguno de los 10 genes que investigaron. El resultado fue que en los individuos con mayor tendencia al misticismo aparecía, con más frecuencia que en los demás, una variante en el gen VMAT2 (variante 3305). Esa variante implicaba un aumento en el número de receptores monoaminérgicos, alguno de los cuales favorece la "self transcendence". A ese gen es al que ha denominado el "gen de Dios".
Cómo se explican,
neurológicamente, las experiencias religiosas.
En la meditación (me voy a referir a la cristiana, que entre los occidentales es la habitual) siempre se parte de la consideración de escenas de la vida de nuestro Señor, o de experiencias vividas. Tal consideración supone la activación de los centros de la memoria (cara medial del lóbulo temporal), y esos recuerdos activan a su vez las áreas de la corteza prefrontal y de la amígdala, relacionadas con el mundo afectivo-emotivo. Estas activaciones son las que observan los que han registran la actividad cerebral durante la meditación. Naturalmente, la intensidad de activación de todos esos centros corticales varía según la fuerza con que se viven las escenas que han sido traídas a la memoria. Es lo mismo que ocurre cuándo, en vez de considerar motivos religiosos, se recuerdan hechos de la vida pasada. En ello no hay nada extraordinario y es que "la experiencia religiosa" entra en la categoría de los fenómenos de la vida ordinaria. Algo distinto es el caso de los místicos, que no por esfuerzo personal sino porque son arrebatados por Dios, llegan al estado unitivo con nuestro Creador.
Estos éxtasis, lógicamente, no los experimentan todos aquellos que hacen meditación sino muy pocos, los que Dios se lo concede cuando quiere. Los místicos, desde luego, no se prestarían a que registraran su actividad cerebral con alguno de los métodos de neuroimagen. No lo harían, por un lado, por humildad y, en segundo, porque nadie sabe cuando pueden tener lugar. Además, por ocurrir fuera del cuerpo, no se registraría ningún cambio en la actividad bioeléctrica del cerebro. De aquí que atribuir los éxtasis de algunos santos, como los antes mencionados, al "pequeño mal", es querer explicar todo bajo el punto de vista de la pura materia, negando a priori cualquier hecho o intervención sobrenatural.
Otro fenómeno que
algunos relacionan con experiencias religiosas es lo que se viene denominando
"Out body experience" (experiencia de fuera del cuerpo) al que
brevemente me voy a referir a continuación.
Sensación de
"fuera del cuerpo"
La sensación de fuera del cuerpo la suelen describir los que la han experimentado, como si su yo, o su alma, hubiera salido del cuerpo, y que ven y observan las cosas, incluso el propio cuerpo, desde fuera de él. También suele ser corriente que describan la visión de una luz potente, de vagar por el cosmos, de sentir una gran paz, etc. Susana Blackmore, que ha estudiado este fenómeno, lo achaca a que, por la razón que sea, no llegan a las áreas sensoriales del cerebro los correspondientes impulsos, por lo que al faltar la información de nuestro cuerpo y mantenerse la capacidad de imaginar, de recordar, etc. se experimenta el "yo" descorporeizado y como vagando en el espacio. En la imagen siguiente, podemos ver las zonas que se activan en el cerebro durante una experiencia "fuera del cuerpo"
Tales sensaciones de "fuera del cuerpo" se dan con más frecuencia en los epilépticos que en los sujetos normales, así como en los que se encuentran en trance próximo a la muerte, también los cardíacos, que fueron resucitados de muerte clínica, lo suelen experimentar en un 12% de las casos, según un estudio holandés.
Experiencias
parecidas a "fuera del cuerpo" se tienen, a veces durante el sueño
REM, fase en que la relajación muscular es máxima, y en la transición del
estado de duermevela al primer estadio del sueño. En todas estas situaciones de
relajación muscular, al llegar muy escasas sensaciones propioceptivas al córtex
de la sensibilidad general, y, por otra parte, las sensaciones visuales,
acústicas, etc. están muy reducidas, se crea una situación propicia para llegar
a la sensación de incorporeidad.
A manera de una primera conclusión
Los neurocientíficos ateos, al no admitir la existencia de Dios, ni que el hombre sea un ser dotado de alma espiritual, se ven obligados a una interpretación sesgada de los hechos que trascienden la materia: tienen que explicar las experiencias religiosas y el estado místico como simple actividad del cerebro. Son, pues, según ellos, los que meditan y los místicos quienes, a partir de unos simples fenómenos neurobiológicos, crean a Dios.
Es habitual que los reduccionistas no se planteen si su postura es acientífica, al admitir como única realidad la materia, más bien sucede lo contrario, toman a los que, además de la "fisis", piensan que existe lo metafísico, como acientíficos, incluso de forma velada los llegan a considerar de "retrasados mentales". No quieren darse cuenta de que, para que fueran admitidas como científicas sus conclusiones, tienen que demostrarlas experimentalmente, y son numerosos los hechos, no sólo en lo que respecta a la actividad mental sino también en la evolución, que no son capaces de demostrarlos ni lo podrán demostrar desde su visión reduccionista.
Pero Paco Traver nos da la opinión complementaria: "Cuando hablo de la creación me refiero pues a lo que sucedió un segundo -un poco antes de que hubiera tiempo propiamente dicho- antes del big-bang, ¿qué habia alli?, ¿que fue lo que explotó?
Los fisicos dicen
que lo que habia alli es una singularidad y una singularidad desde el punto de
vista fisico es un estado en el que no se cumple ninguna ley de la fisica tal y
como la entendemos hoy, no habia materia, ni luz, ni teoria de la relatividad,
ni física cuántica que fueran aplicables en aquel momento previo a la
explosión. Lo que explotó entonces fue “algo” que seguramente estaba sometido a
una energia intolerable y que precisó desplegarse en un universo lleno de
materia, energia y Luz que no ha dejado de expandirse desde entonces.
O sea que de existir Dios es aquello que
alli explotó, ese es el Dios en el que yo creo, esa singularidad fisica donde
ninguna ley conocida por el hombre parece cumplirse...
Pero imaginemos por
un momento que en lugar de Dios creemos en una conexión entre todo lo vivo, que
creemos que nuestra mision en el mundo es comprender cual es la naturaleza de
las relaciones entre esos vínculos, que deseamos contribuir al bienestar de
nuestro entorno, que queremos ampliar el conocimiento que legaremos a los
demás, que estamos convencidos de que los malestares del hombre pueden llegar a
desaparecer cuando lleguemos a frontalizarnos a voluntad, que podemos desafiar
la enfermedad y la violencia de nuestra condición de simios, que podemos
reinventarnos a nosotros mismos dia a dia y podemos morir y renacer tantas
veces como precisemos a pesar de seguir siendo mortales.
El sentimiento
religioso está determinado biológicamente y es por eso que prevalecerá a la
deriva evolutiva.
Dicho de otra
manera, si el sentimiento religioso es tan resistente a la extinción es
precisamente a causa de que está prescrito genéticamente, como el color de la
piel, los rendimientos intelectuales, la tendencia a la hipertensión o la
zurdera.
Dicho de otra
manera, la religiosidad es un sentimiento que consta de una creencia nuclear:
la existencia de un ser superior al que llamamos Dios ( al que otras religiones
como el budismo llaman Nirvana, más bien un estado que una entelequia o
entidad), con el que podemos comunicarnos a través de ciertas prácticas como la
plegaria y la oración, que es principio y fin de la vida y que incluye un
amplia gama de creencias que tienen que ver con “la otra vida” es decir la
convicción de que existe una vida después de la muerte cuyo sentido es la
reunión con ese principio activo que llamamos Dios que preexistió a todas
las cosas que derivan de El.
Y también: que la religiosidad -volviendo a su
etimologia, religare- es un vínculo de reunión de algo que se perdió -en
la convicción de que en algún momento estuvimos fundidos con él-
Investigando el
cerebro y el orgasmo
Entre finales de 1990 y mediados del 2000 se llevaron a cabo una serie de complejas investigaciones en la Universidad de Groningen, en Holanda, para estudiar la relación entre el cerebro y el orgasmo. Se utilizaron distintos artefactos de última generación para analizar mediante escaneos cerebrales lo que ocurría en el centro de placer del cerebro durante el orgasmo en hombres y mujeres antes, durante y después del orgasmo. Uno de los factores que se logró determinar es que el cerebro de la mujer y el del hombre no presentan diferencias significativas frente al orgasmo y que ambos responden de manera muy similar.
En ambos, la zona
del cerebro ubicada detrás del ojo izquierdo conocida como corteza
orbitofrontal, sencillamente se apaga.
¿Qué significa esto? La corteza orbitofrontal es la parte del cerebro encargado de los procesos que implican la razón y el control. Cuando se tiene un orgasmo, se pierden la razón y el control nos abandona por completo. Además, lo qué le ocurre al cerebro durante el orgasmo se puede comparar a lo que le ocurre bajo los efectos de la heroína, o de otas substancias enteogénicas como la LSD-25, como veremos más adelante.
¿Qué significa esto? La corteza orbitofrontal es la parte del cerebro encargado de los procesos que implican la razón y el control. Cuando se tiene un orgasmo, se pierden la razón y el control nos abandona por completo. Además, lo qué le ocurre al cerebro durante el orgasmo se puede comparar a lo que le ocurre bajo los efectos de la heroína, o de otas substancias enteogénicas como la LSD-25, como veremos más adelante.
Neurología del
éxtasis místico
Tronco cerebral y misticismo
En primer lugar, NPR habla del tronco cerebral (Parte 1 en el mapa), que es la mayor ruta de comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos. En esta región del cerebro es donde se encuentra el sistema de la serotonina, un neurotramisor neuronal que se sabe ayuda a regular el estado de ánimo y el sueño.
Investigadores de la Johns Hopkins University, de Estados Unidos, señala el mapa del NPR, han conseguido influir en los niveles de serotonina utilizando una sustancia alucinógena llamada psilocybin - de efectos muy semejantes pero menos potentes que el LSD-25, con la que lograron provocar experiencias místicas en un grupo de voluntarios.
En segundo lugar, el NPR explica que los científicos han analizado una parte del cerebro situada en el lóbulo temporal, (Parte 2 en el mapa) que, según ellos, podría ser la sede de la espiritualidad humana.
Meditación y parte frontal del cerebro
En tercer lugar, el NPR se refiere a los estudios realizados en la rama de la neuroteología, que han establecido que el cerebro de las personas que meditan o rezan con asiduidad funciona de forma distinta al de las personas que no lo hacen.
Concretamente, NPR menciona un estudio realizado por Andrew Newberg, de la Universidad de Pennsylvania, que reveló que cuando se desarrolla la concentración propia de la meditación o de la oración, la actividad neuronal se intensifica en la parte frontal del cerebro, al tiempo que decrece la actividad en la región de los lóbulos parietales (Parte 3 del mapa).
Esta reducción de actividad neuronal es lo que origina percepciones espaciales anormales, así como la pérdida del sentido habitual de uno mismo que se tiene en estado de vigilia.
Ambas condiciones del cerebro propiciarían la llamada “experiencia mística”, que es la que permite a un sujeto trascender su identidad individual e identificarse con la totalidad que se supone sustenta al universo físico conocido, explican los investigadores.
Otros aspectos de la espiritualidad
A este respecto, el
Institute of Noetic Sciences (NPR) ha realizado un interesante mapa en
el que se especifican las diferentes partes del cerebro que hasta ahora han
sido vinculadas a diversos aspectos de la espiritualidad.
Científicos de prestigiosas universidades como la universidad de Penssylvania, la Johns Hopkins University o la Universidad de Harvard, entre otras, están utilizando las tecnologías más punteras para analizar el cerebro de personas que afirman haber conocido la espiritualidad (cristianos, monjes budistas, personas que han sufrido experiencias cercanas a la muerte o ECMs, etc.).
La así llamada “ciencia de la espiritualidad” está consiguiendo con estos estudios establecer la disposición de la actividad neuronal correspondiente a diversos aspectos de la religiosidad humana.
Científicos de prestigiosas universidades como la universidad de Penssylvania, la Johns Hopkins University o la Universidad de Harvard, entre otras, están utilizando las tecnologías más punteras para analizar el cerebro de personas que afirman haber conocido la espiritualidad (cristianos, monjes budistas, personas que han sufrido experiencias cercanas a la muerte o ECMs, etc.).
La así llamada “ciencia de la espiritualidad” está consiguiendo con estos estudios establecer la disposición de la actividad neuronal correspondiente a diversos aspectos de la religiosidad humana.
Tronco cerebral y misticismo
En primer lugar, NPR habla del tronco cerebral (Parte 1 en el mapa), que es la mayor ruta de comunicación entre el cerebro anterior, la médula espinal y los nervios periféricos. En esta región del cerebro es donde se encuentra el sistema de la serotonina, un neurotramisor neuronal que se sabe ayuda a regular el estado de ánimo y el sueño.
Investigadores de la Johns Hopkins University, de Estados Unidos, señala el mapa del NPR, han conseguido influir en los niveles de serotonina utilizando una sustancia alucinógena llamada psilocybin - de efectos muy semejantes pero menos potentes que el LSD-25, con la que lograron provocar experiencias místicas en un grupo de voluntarios.
En segundo lugar, el NPR explica que los científicos han analizado una parte del cerebro situada en el lóbulo temporal, (Parte 2 en el mapa) que, según ellos, podría ser la sede de la espiritualidad humana.
A esta conclusión se ha llegado gracias al estudio de enfermos de epilepsia. El
lóbulo temporal es el centro de la actividad epiléptica y se ha constatado que,
a menudo, los ataques epilépticos vienen acompañados de diversas experiencias
religiosas (como escuchar la voz de Dios o de los ángeles). Por eso, los
científicos han establecido una relación entre ambas experiencias.
Meditación y parte frontal del cerebro
En tercer lugar, el NPR se refiere a los estudios realizados en la rama de la neuroteología, que han establecido que el cerebro de las personas que meditan o rezan con asiduidad funciona de forma distinta al de las personas que no lo hacen.
Concretamente, NPR menciona un estudio realizado por Andrew Newberg, de la Universidad de Pennsylvania, que reveló que cuando se desarrolla la concentración propia de la meditación o de la oración, la actividad neuronal se intensifica en la parte frontal del cerebro, al tiempo que decrece la actividad en la región de los lóbulos parietales (Parte 3 del mapa).
Esta reducción de actividad neuronal es lo que origina percepciones espaciales anormales, así como la pérdida del sentido habitual de uno mismo que se tiene en estado de vigilia.
Ambas condiciones del cerebro propiciarían la llamada “experiencia mística”, que es la que permite a un sujeto trascender su identidad individual e identificarse con la totalidad que se supone sustenta al universo físico conocido, explican los investigadores.
Otros aspectos de la espiritualidad
Otro aspecto de la espiritualidad humana, cuya relación con el cerebro se está
investigando actualmente (Parte 4 del mapa), es el del efecto de los
pensamientos espirituales y de las oraciones sobre la capacidad del ser humano
para recuperarse de las enfermedades, señala el NPR.
En la misma línea, los científicos están analizando las experiencias cercanas a la muerte (ECMs) y las visiones que éstas suelen conllevar. Mientras algunos investigadores mantienen que dichas visiones son sólo alucinaciones, un grupo pequeño pero creciente de científicos afirma que las ECMs demuestran que la conciencia está relacionada con el cerebro, pero que no es exclusiva de éste.
En la misma línea, los científicos están analizando las experiencias cercanas a la muerte (ECMs) y las visiones que éstas suelen conllevar. Mientras algunos investigadores mantienen que dichas visiones son sólo alucinaciones, un grupo pequeño pero creciente de científicos afirma que las ECMs demuestran que la conciencia está relacionada con el cerebro, pero que no es exclusiva de éste.
Para resumir, podríamos convenir que: Los nuevos estudios
en neurología, han concluido que el gozo sagrado o el profano, comparten la
disminución de la auto-observación, alteran la percepción corporal y disminuyen
la sensación de dolor. Y aunque el lóbulo izquierdo frontal es el ligado al
gozo, las otras tres características son bilaterales. La ausencia de dolor está
ligada directamente al placer, pero las otras dos, perder la auto-identidad y
los límites corporales son menos obvios.
Roy Baumester
escribió un libro completo dedicado a la premisa de que la auto-conciencia es
considerada frecuentemente una carga. Frecuentemente desafiamos a la
auto-conciencia con alcohol, drogas, rituales compulsivos, etc. Ahí es donde
entra la meditación y el yoga que ofrecen un alivio a estos comportamientos y
son de las pocas herramientas que crean un aumento en la felicidad. La
meditación crea una disminución en las regiones implicadas con el juicio, las
comparaciones, la planeación y el auto-escrutinio. En las técnicas de
meditación budistas tántricas se produce una gran actividad en el corteza
prefrontal solamente teniendo pensamientos de amor, bondad y compasión.
De la misma forma, la meditación activa los centros de placer en el cerebro. Este placer manifiesto es acompañado en un cambio en los hábitos. Los meditadores están más atentos de sus pensamientos y sentimientos de manera conceptual y al mismo tiempo les afectan menos. El placer está ligado a la sensación de conciencia en los límites del cuerpo y esto envuelve a los dos lados del cerebro. El orgasmo y la meditación disuelven la sensación de límites físicos, pero los patrones de activación son distintos. La meditación modifica la auto-observación al aumentar la actividad en regiones específicas del cerebro. Modifica en particular un lugar llamado el giro angular derecho, una región que se activa significativamente en los intentos de imaginarnos a nosotros mismos desde una perspectiva externa o desde afuera del cuerpo.
A diferencia de las meditaciones en donde el cuerpo se relaja al máximo, el orgasmo agudiza la sensación de estar dentro del cuerpo. Desde esa perspectiva orgasmo y meditación son antitéticos, opuestos. Y mientras estas meditaciones desean disolver las sensaciones del cuerpo físico para profundizar en la experiencia del Ser, el orgasmo involucra más la experiencia corporal extendiendo los límites hasta su pareja. Tomado de la Agencia Quadratín : https://mexico.quadratin.com.mx/el-sexo-y-el-cerebro-la-neurobiologia-del-extasis/
El éxtasis místico, el orgasmo y el consumo de enteógenos
De la misma forma, la meditación activa los centros de placer en el cerebro. Este placer manifiesto es acompañado en un cambio en los hábitos. Los meditadores están más atentos de sus pensamientos y sentimientos de manera conceptual y al mismo tiempo les afectan menos. El placer está ligado a la sensación de conciencia en los límites del cuerpo y esto envuelve a los dos lados del cerebro. El orgasmo y la meditación disuelven la sensación de límites físicos, pero los patrones de activación son distintos. La meditación modifica la auto-observación al aumentar la actividad en regiones específicas del cerebro. Modifica en particular un lugar llamado el giro angular derecho, una región que se activa significativamente en los intentos de imaginarnos a nosotros mismos desde una perspectiva externa o desde afuera del cuerpo.
A diferencia de las meditaciones en donde el cuerpo se relaja al máximo, el orgasmo agudiza la sensación de estar dentro del cuerpo. Desde esa perspectiva orgasmo y meditación son antitéticos, opuestos. Y mientras estas meditaciones desean disolver las sensaciones del cuerpo físico para profundizar en la experiencia del Ser, el orgasmo involucra más la experiencia corporal extendiendo los límites hasta su pareja. Tomado de la Agencia Quadratín : https://mexico.quadratin.com.mx/el-sexo-y-el-cerebro-la-neurobiologia-del-extasis/
El éxtasis místico, el orgasmo y el consumo de enteógenos
Una evidencia de la práctica del trance chamánico ha querido verse ya en la pintura de la cueva de Lascaux, y algunos especialistas en prehistoria consideran que las pruebas del chamanismo tienen en Europa unos 30.000 años de existencia. Además existe una sospechosa similitad entre los pictogramas aparecidos en diversas paredes de cuevas en diversos lugares del mundo y las visiones sugeridas por la ingestión de sustancias enteógenas. Esto es lo que mantienen Closs y Narr, para quien se remontaría a la transición entre el Paleolítico superior e inferior.
Nadie puede probar que sea cierta, pero a nosotros nos gusta creer que nuestros rudos antepasados rompían la monotonía y la dureza de la vida de humanos de la Edad de Piedra consumiendo, masticando estas setas y percibiendo un mundo de imágenes coloreadas de fantástica belleza, sintiendo que verdades absolutas se abrían a sus ojos, intuyendo así lo que ellos pensaron que debía ser un mundo más allá de la vida.
Quizás esto contribuyó a la creencia de otro mundo, de la vida eterna, del más allá, donde los humanos se unirían a los dioses, a las divinidades. Tal vez, incluso, como afirma Roger Wasson, este prodigioso milagro fue un detonador para sus almas, capaz de despertar en ellos sentimientos de temor y respeto, de ternura y amor, y de llevarlos hasta el máximo grado que la humanidad es capaz, y constituirse en sentimientos y valores considerados desde entonces como el más alto patrimonio de la especie.
En los sistemas de creencias vertebrados en una droga psicoactiva es evidente que la iluminación, los contactos con el más allá o el conocimiento de Dios ocurren porque los principios activos de dicha droga operan en función de que su estructura química puede confundirse con la de los neurotransmisores que vehiculan la información de un lado a otro del cerebro. Un complejo triptamínico suple a la serotonina mientras alcaloides betacarbolinos, como la harmalina, inhiben la enzima reguladora monoaminaoxidasa (MAO), permitiendo con ello la acción alucinogénica de la ayahuasca, o de cualquiera otra de las sustancias psicoactivas.
Bajo los efectos de un enteógeno, el trasiego de información por vía química en nuestros cerebros se ve distorsionado o alejado de los modos de percepción normales para entrar en un estado alterado de conciencia que nos transporta a mundos aparentemente ficticios, pero que son sentidos tan reales como los de nuestra vida cotidiana.
Una experiencia mística convocada por el LSD-25
Mi primera experiencia con
LSD se desarrolló en la casa de un amigo que me sirvió de guía. El ambiente me
resultaba familiar, la atmósfera era cómoda y relajada. Tomé dos ampollas de
LSD (200 microgramos), mezcladas con medio vaso de agua pura. El efecto de la
droga duró casi once horas, a partir del sábado a las 20 hs. hasta poco antes
de las 7 hs. de la mañana siguiente. Desde luego, no tengo posibilidades de
comparación... pero estoy convencido de que ningún santo ha tenido visiones más
sublimes o hermosas ni vivido un estado más dichoso de trascendencia que yo. Mi
talento para comunicarles estas maravillas a otros es muy reducido; soy incapaz
de hacerlo. Tendrá que bastar un bosquejo casero, mientras que en realidad
haría falta la rica paleta de un gran pintor. Debo disculparme por el intento
de expresar con débiles palabras la experiencia más impresionante de mi vida.
Mi aire de superioridad al ver la falta de recursos de otros para explicarme
sus propias visiones celestiales se ha convertido en la sonrisa sabia del
conspirador —las experiencias comunes no necesitan palabras-.
Mi primer pensamiento
después de haber bebido el LSD fue que la droga no tiene ningún efecto. Me
habían asegurado que unos treinta minutos después se presentarían los primeros
síntomas: una comezón en la piel. No sentí comezón alguna. Formulé una
observación al respecto, pero me contestaron que aguardara tranquilo el curso
de los acontecimientos. Como no tenía nada mejor que hacer, miré fijamente el
dial iluminado de la radio y meneé la cabeza al compás de una canción de moda
que desconocía. Creo que pasaron unos minutos antes de que notara que la luz
del dial variaba sus colores como un calidoscopio. Veía colores rojos y amarillos
claros que acompañaban a los tonos agudos, y púrpura y violeta con los tonos
graves. Me reí. No tenía idea de cuándo había comenzado el juego de colores.
Sólo sabía que ahora era un acontecimiento. Cerré los ojos, pero los tonos de
colores no desaparecieron. Estaba dominado por el extraordinario poder lumínico
de los colores. Quería hablar, explicar lo que veía, describir los colores
vibrantes, brillantes. Pero luego eso no me parecía tan importante. Mientras lo
observaba, unos colores radiantes inundaban el cuarto y se disponían en capas
horizontales al ritmo de la música. De pronto fui consciente de que los colores
eran la música, pero este descubrimiento no pareció sorprender-me. Quise hablar
de la música de colores, pero no pude proferir palabra alguna, sino sólo un
balbuceo monosilábico, mientras que atravesaban mi conciencia con la velocidad
de la luz unas impresiones polisilábicas.
Entraron en movimiento las
dimensiones del cuarto, se modificaban continuamente, se desplazaron primero
formando un rombo tembloroso, luego se dilataron en un óvalo, como si alguien
inflara la habitación con aire hasta que las paredes amenazaran con estallar.
Me costaba concentrarme en los objetos. Se derretían en una nada turbia o
salían volando al espacio; hacían excursiones en cámara lenta que me
interesaban sobremanera. Quería mirar el reloj, pero las manecillas huían de mi
mirada. Quería preguntar la hora, pero no lo hice. Estaba demasiado fascinado
con lo que veía y oía: sonidos alegres y armónicos... caras únicas.
Estaba fascinado. No tengo
idea de cuánto duró este éxtasis. Sólo sé que lo siguiente fue el huevo.
El huevo —grande,
palpitante, verde brillante— ya estaba allí antes de que lo descubriera. Sentí
que estaba. Estaba suspendido en medio del cuarto. Yo estaba embelesado con su
tremenda belleza, pero temía que pudiera caerse al suelo y romperse. Pero antes
que pudiera completar este pensamiento el huevo se disolvió y descubrió una
gran flor colorida. Jamás había visto una flor así. Pétalos de increíble
delicadeza se abrían en el espacio y esparcían los colores más hermosos en
todas las direcciones. Sentía los colores y los oía cuando acariciaban mi cuerpo,
frescos y tibios, sonantes y aflautados.
El primer sentimiento de
miedo sobrevino después, cuando el centro de la flor fue comiéndose lentamente
los pétalos. Era negro y brillante y parecía estar formado por las espaldas de
innumerables hormigas. Se comía los pétalos con una lentitud torturadora. Quise
gritar que lo dejara o se apresurara. Me daba pena ver extinguirse lentamente
estos hermosos pétalos, como si los devorara una enfermedad insidiosa. Luego,
en una iluminación repentina, reconocí con es-panto que esta cosa negra estaba
deglutiéndome a mí. ¡Yo era la flor, y éste algo extraño y reptante estaba
devorándome! Grité o chillé; no lo recuerdo exactamente. La angustia y el asco
desplazaron todo lo demás. Oí que mi guía decía: «Tranquilo, acompáñame, no te
apoyes, acompáñame». Intenté seguir su consejo, pero esta asquerosa cosa negra
me causaba tal repugnancia que grité: «¡No puedo! ¡Por Dios, ayúdame!». La voz
me calmó y consoló: «Déjalo llegar. Todo está bien. No tengas miedo. Acompáñame
y no te resistas».
Sentí que me disolvía en
esta horrible aparición. Mi cuerpo se derretía en olas, se unía con el núcleo
de este algo negro, y mi espíritu era liberado del yo, de la vida e incluso de
la muerte. En un único momento de claridad total reconocí que era inmortal.
Pregunté: «¿Estoy muerto?». Pero esta pregunta no tenía sentido.
De pronto hubo
luz radiante y la belleza resplandeciente de la unidad. Todo estaba lleno de
esta luz, luz blanca de una claridad indescriptible. Yo estaba muerto, y había
nacido, y todo era un encanto puro y sagrado. Mis pulmones estallaban en el
alegre cántico del ser. Era unidad y vida, y el amor sagrado que llenaba mi ser
era ilimitado. Mi conciencia era aguda y universal. Vi a Dios y al diablo y a
todos los santos, y reconocí la verdad. Sentí que salía volando al cosmos,
ingrávido y sin ataduras, liberado, para bañarme en el resplandor
bienaventurado de las apariciones celestiales.
Quería dar gritos de
júbilo, cantar acerca de la nueva vida y el sentimiento y la forma. Sabía y
entendía todo lo que puede saberse y entenderse. Era inmortal, más sabio que
la sabiduría y capaz del amor que supera a todo amor. Cada uno de los átomos de
mi cuerpo y de mi alma había visto y sentido a Dios. El mundo era calidez y
bondad. No había tiempo ni lugar ni yo. Sólo existía la armonía cósmica. Todo
estaba en la luz blanca. Con cada fibra de mi ser sabía que esto era así.
Incorporé esta iluminación
dentro de mí y me entregué a ella por completo. Cuando comenzó a empalidecer me
sentí impelido a retenerla, y me resistí obstinado a la invasión de la realidad
de espacio y tiempo. Para mí las realidades de nuestra limitada existencia ya
no eran válidas. Había visto las verdades últimas, y no podrían subsistir otras
frente a ellas. Mientras me retornaban lentamente al reino despótico de los
relojes, agendas y pequeñas maldades, intenté informar sobre mi viaje, mi
iluminación, el susto, la belleza, todo. Debo de haber balbuceado como un
demente. Mis pensamientos se arremolinaban con una velocidad impresionante, y
mis palabras no lograban guardar el paso. Mi guía sonrió y dijo que había comprendido".
El alma judeocristiana, islámica y budista no tiene un asiento corporal determinado; el Camino es un camino ajeno a nosotros. Pero en la enteogenia ese camino se inicia en el cerebro y gracias a una sobreactivación de sus funciones podemos acceder al Paraíso. En el primer caso no cabe más que el estudio teológico; en el segundo, si aceptamos el cerebro como sede del alma, podemos implicar no sólo a la propia Teología, sino a la Psiquiatría, la Neurología, la Bioquímica, la Botánica, la Antropología, la Lingüística... Podríamos entender que esa parte insustancial del cerebro que llamamos mente abarca un ámbito mayor del que veníamos suponiendo. De hecho, si el alma duerme en nuestra cabeza, ¿no sería razonable pensar que puede ser activada por medios electroquímicos, exactamente igual que se hace hoy con diversas partes de ambos hemisferios cerebrales? Considerada como la función más compleja del cerebro, tal vez no resulte un disparate afirmar que la estimulación o alteración de la actividad neuronal por medio de alcaloides psicoactivos nos ayuda a abrir el cofre donde guardamos nuestro yo trascendente y alcanzar la realidad superior a la que en última instancia pertenece.
Como estamos tratando de demostrar, existe una similitud, un mismo campo de experiencia entre el orgasmo, el psicoviaje y la vivencia mística.
De momento nos hemos ceñido bastante a las explicaciones científicas, a partir de aquí nos abriremos a los aspectos más trascendentes.
QUE ES UNA
EXPERIENCIA MISTICA?
Desde mi perspectiva personal una experiencia mística es el mejor regalo que puedes recibir, ya que una vez experimentado ese sentimiento tu vida nunca volverá a ser la misma, digamos que es un fractal de iluminación que toca tu ser para siempre.
Pero ya hablando más
seriamente te digo que una experiencia mística es un acontecimiento que “te
pone cara a cara en un encuentro con la divinidad”.
Es un estado
repentino (que puede durar desde un par de segundos hasta un período más prolongado) en el que la
conciencia advierte de modo diferente la realidad y la relación de esta
realidad con el tiempo y el espacio, fundiendo en un momento holístico (cuerpo,
mente y espíritu) el pasado, el presente y el futuro creando simplemente
un instante fuera del tiempo, en donde todo, pero absolutamente todo, es decir,
la circunstancia y todos tus sentidos están integrados creando una unidad!
La experiencia es
algo más profundo que la ciencia, puesto que ésta última, en principio sólo se
puede ocupar de lo que se ve o se comprueba, mientras que la primera puede
basarse en la dimensión del hombre no visible al ojo humano, entiéndase, la
parte espiritual (entre otras cosas, por supuesto).
Y quiero aclarar
que una experiencia espiritual no es buscar a Dios sino “sentirlo en la propia
carne”, sentir su presencia en cada célula, en cada poro de la piel, y que por
ende sólo es demostrable para la persona que lo experimenta; ya que
externamente parece que nada cambió, pero internamente se produce una
revolución tan intensa, que “todo el sistema de creencias” en las que basas tu
existencia mundana se transforman con suma rapidez. Como me decía uno de mis
maestros cuando me enseñó a tomar fotografías: una vez que puedes ver a través
del lente, ya nada es igual!!!… eso es cierto y lo tengo perfectamente
comprobado.
Una experiencia
mística es una vivencia tan honda que lo único que se desea a partir de ese
momento es repetirla, recrearse en ella, poder permanecer más tiempo en ese
estado de conciencia abierto, y que se convierte en un motor más potente que
cualquier otra motivación que hayas podido experimentar para seguir ad
elante con tu misión de vida. Algunos lo conocen como “el gran llamado a…”
Sin embargo, lo que científicamente es un hecho contrastado para casi cualquier religión, no lo es tanto para las así llamadas Religiones del Libro: Cristianismo, Judaísmo e Islam, y la razón no es otra que la fe, una fe al margen de todo procedimiento científico. Cristianos, judíos y musulmanes creen en un ser inmanente a la creación, que la contiene y a la vez está por encima de ella, al que llaman Dios. Este Dios es a la vez un creador y un legislador, y la contemplación de su divinidad se halla terminantemente prohibida; es más, la contemplación de siquiera un atisbo de su divinidad, como le ocurrió a Moisés, depende única y exclusivamente de Su voluntad, nunca de la voluntad de Sus siervos. De manera que todo esfuerzo voluntario de los hombres por comunicarse con Dios es vano, ya que es unicamente Dios quien elige a sus comunicandos y el momento que más le place para establecer la comunicación.
elante con tu misión de vida. Algunos lo conocen como “el gran llamado a…”
Relacions
erotisme misticisme
Ése ha sido el objetivo fundamental de la Mística de todas
las tradiciones: lograr un conocimiento de lo transcentende, llámese éste como
se llame, contemplar a Dios, diluirse en el Nirvana. Podremos conseguirlo por
un esforzado sacrificio físico y mental o merced a la acción del Espíritu
Santo, como una gracia divina exterior a nosotros. Pero a pesar de lo que nos
han dicho hasta la saciedad, no sólo de este modo.
Sin embargo, lo que científicamente es un hecho contrastado para casi cualquier religión, no lo es tanto para las así llamadas Religiones del Libro: Cristianismo, Judaísmo e Islam, y la razón no es otra que la fe, una fe al margen de todo procedimiento científico. Cristianos, judíos y musulmanes creen en un ser inmanente a la creación, que la contiene y a la vez está por encima de ella, al que llaman Dios. Este Dios es a la vez un creador y un legislador, y la contemplación de su divinidad se halla terminantemente prohibida; es más, la contemplación de siquiera un atisbo de su divinidad, como le ocurrió a Moisés, depende única y exclusivamente de Su voluntad, nunca de la voluntad de Sus siervos. De manera que todo esfuerzo voluntario de los hombres por comunicarse con Dios es vano, ya que es unicamente Dios quien elige a sus comunicandos y el momento que más le place para establecer la comunicación.
Esta convicción teológica cierra el camino a la
voluntariedad de la experiencia mística, que se constitutye así en un arrebato
sublime proporcionado por Dios sin que el afectado pueda ni siquiera rechazar
la experiencia que se le ofrece, puede que muy a pesar suyo. Dios es, pues, una
especie de benevolente tirano que no consiente a nadie abrir las puertas de su
casa.
El estudio comparado de las religiones nos lleva cada vez
más a la certeza de que su variedad es un disfraz del Uno, y que los distintos
dioses que han poblado y poblarán nuestro planeta no son sino, parafraseando a
Joseph Campbell, las diversas máscaras que el único Dios, la única verdad,
utiliza para manifiestarse.
Los monjes del monte Athos saben, como los
budistas, los yoguis, jainas, sufíes y confucianistas, que la respiración es
parte del motor que mueve la máquina del espíritu, saben que controlar dicha
actividad fisiológica les conduce a la áscesis, a la contemplación de lo
divino. Y Teresa de Jesús, Juan de la Cruz, los estilitas, los hesicastas y los
padres del desierto sabían, como lo sabía Patanjali, redactor de los famosos
yogasutras, que el ayuno prolongado y el sometimiento a un modo de vida austero
también les acercaba a Dios. Y es que tanto un desfase por exceso o por defecto
en la cantidad de oxígeno que recibe el cerebro, como la voluntaria restricción
de alimentos, unida a una intencionalidad de búsqueda religiosa, proporcionan
experiencias enteogénicas sin necesidad de recurrir a fármacos naturales o
artificiales. Con ello quiero decir que en el fondo todo puede que se reduzca a
lo mismo, porque, si la fe es lo único necesario para saber de Dios, ¿qué
sentido tiene que los santos eremitas recurran a modificar su percepción
emborrachando su cerebro aunque sólo sea con aire y ayunos?
La experiencia mística de hacer el amor
Sencillamente… la meditación es la observación consciente de todo lo que se presenta y ocurre, vivir en el aquí y el ahora. “Solamente el momento presente es importante”. Es inminente aprender a tomar conciencia de todo lo que ocurre en el momento presente a través de las seis puertas de los sentidos – ojos, oídos, nariz, boca y lengua, cuerpo y mente –todo lo que nos rodea debe ser notado, atendido y observado como objeto de meditación.
La meditación es la
forma por la cual la mente logra alcanzar un plano de realidad y entendimiento
de todo lo que sucede.
Lo vuelvo a
repetir: Si vas a comer, medita! Si vas a cantar, medita!… si vas a manejar tu
auto, medita!! Lo cual significa… “Vive lo que haces”… no te distraigas
de tu foco, no te desalinees del flujo en el que te encuentras…
Después de leer
todo esto entenderás por que la meditación es fundamental para poder acceder al
sexo sagrado que realmente es el punto que quiero tratar hoy, porque para
lograrlo necesitas “Estar presente” con todos tus sentidos físicos y a la
vez alineado con la conexión de tu alma para poder así ver de frente a la
divinidad que vive en ti.
Meditar mientras
hacemos el amor es uno de los actos más sutiles, tranquilos, silenciosos y
amorosos que existen, y es además cuando la meditación resulta más fácil, por
que cuando te aproximas a una situación orgásmica, se detienen los
pensamientos, te transformas más en energía, en fluido, en pura palpitación.
Y es en ese momento
en el que has de hacerte más consciente, por que pase lo que pase, la
palpitación, el orgasmo (conocido en francés como La petite mort - hace
referencia al periodo refractario que ocurre durante y después del orgasmo
sexual. Este término ha sido interpretado generalmente para describir a la
pérdida del estado de conciencia o desvanecimiento post-orgásmico que sufren
las personas en algunas experiencias sexuales) cada vez más cercano y sabiendo
que hay un punto sin retorno, ahí es cuando se manifiesta uno de los momentos más
perfectos para aprender a observar y a reconocer en ese “éxtasis” lo poderosas
que son las vibraciones sublimes del placer aunado al amor que
indiscutiblemente te llevan a la paz interior.
De manera más
amplia se puede referir al gasto espiritual que ocurre luego del orgasmo, o a
un corto período de melancolía o trascendencia, como resultado del gasto de la
“fuerza de la vida o esencia vital”.
Un estudio reciente
sobre los patrones de activación del cerebro usando una tomografía (PET) da
completo apoyo a la experiencia de “la petite mort” como la experiencia más
cercana al momento de dejar el cuerpo físico.
Esta es la
vigilancia más secreta e interna que existe… “Si uno puede percibir esa
conciencia durante el orgasmo, se puede percibir todo lo demás en la vida”, porque
el sexo es la experiencia más intima y absorbente que existe… es donde se
origina la vida y es la misma energía para entrar en la muerte al soltar, dejar
ir, tener la confianza, la seguridad en el último momento y expandir nuestro
ser a otra dimensión.
La mística del
orgasmo
En las profundidades de la sexualidad, se encuentra una “Frecuencia” que puede ser recordada para retomar todo tu poder personal, esta energía ha sido buscada durante miles de años y ha sido y puede ser muy mal interpretada. Se denomina Orgasmo.
El orgasmo ha sido
distorsionado de su propósito original. Se interpreta superficialmente como una
sensación física de placer pero es algo mucho más que eso, el orgasmo es una
conexión cósmica o un encuentro con la divinidad.
Pero el gran problema
es que tu cuerpo ha olvidado el orgasmo divino porque la sociedad y sobre todo
las religiones te han enseñado durante miles y miles de años que la sexualidad
es mala…. Es pecado!!
Nos han domesticado
con el fin de controlarnos para impedir que busquemos la libertad que se puede
conseguir a través de la sexualidad, ya que la sexualidad te conecta con
la frecuencia del éxtasis, lo cual te conecta a su vez con la fuente divina y
con la “información del universo” a través de la activación de la creatividad y
eso es algo muy peligroso para el sistema que todo lo controla.
Por ende, la
sexualidad ha sido desacreditada desde hace mucho tiempo, hasta el punto que
esta información ha quedado muy bien enterrada en nuestras memorias celulares.
Obviamente este comando se ha ido almacenando a través de las generaciones ya
que son miles de años de interpretación errónea.
Es necesario que
despejes con toda conciencia la negatividad que rodea a la sexualidad, y que
experimentes y examines tu forma de utilizar la energía sexual y su expresión
en todos los niveles de los que estas conformado. Te lo repito, el sexo no es
únicamente un acto físico, “es el encuentro con la vida y con el origen de
todas las cosas”.
Te lo explico de
esta manera sencilla: Las partes sexuales de tu cuerpo son puertas que conducen
al placer y crean frecuencias que sanan y estimulan al cuerpo y potencialmente
lo conducen hacia su yo espiritual más elevado.
Además, el sexo
(aunque sea en un acto aislado, es decir una noche de copas o una noche loca)
forma conexiones energéticas llamadas cordones de plata que te unen a la otra
persona por un espacio de 7 años aproximadamente. Durante este tiempo la
conexión psíco/energetica que literalmente se enchufa, hace que esas dos personas
se sientan y se vibren en la distancia en muchos aspectos de la vida aunque no
estén uniendo sus cuerpos sexualmente; te imaginas toda la carga energética que
puedes llevar a cuestas si tienes relaciones sexuales con muchas parejas?, y te
das cuenta también que no solamente se transmiten los sentimientos bonitos sino
toda la carga eléctrica del otro ya sea preocupación, miedo estrés, etc… esta
es una de las principales razones de que alguien se sienta cansado o deprimido
sin motivo aparente: “transmisión de energía”, por increíble que parezca.
En este tema he
investigado bastante. He dialogado con muchas personas que caminan en el
sendero de la luz, e invariablemente me comentan que cuando han encontrado a su
pareja adecuada en una situación monógama es cuando han sido capaces de lograr
los estados más elevados de su ser. “Honestidad y amor” dos puntos
fundamentales para el desarrollo de la espiritualidad y la conciencia.
Definitivamente en
la relación sexual pese a lo que piensan muchos y porque lo he vivido, me
atrevo a decir que la sexualidad debe de ser practicada solamente con una
persona a la vez, alguien a quien de verdad ames y que sea afín a tus sueños y
aspiraciones, ya que su espíritu te ayuda a encontrarte vibracionalmente con tu
ser al convertirse en el reflejo de tu propio corazón.
El orgasmo no es
solo una sensación física en la zona genital, es ante todo la explosión de tu
libertad y la expansión de tu energía en la entrega a la confianza absoluta de
que vives “el momento presente” y por ello una llave hacia la afirmación de tu
yo y tu esencia.
Solo recuerda que
el éxito en una relación de Sexo Sagrado es fundamentalmente la confianza,
cuando dejas pasar al otro a tu parte más vulnerable, a esa parte donde no
necesitas protegerte de nada ni de nadie y simplemente te entregas a la música
de existir, entonces pero solo entonces, puedes aplicar esa energía a todos los
ámbitos de tu vida, diseñando por ende la plenitud de todos tus actos… lo que
sea, ya sea cocinar, dibujar, cantar, bailar, trabajar, etc…
Cuando el orgasmo
aparece en tu vida y te impulsa a volar, se te muestra una imagen de “quien eres”
y esa energía amorosa es la que te puede llevar a ver lo más profundo de tu
alma. Cabe mencionar que el orgasmo no solamente es de índole sexual, el
orgasmo existe para todo cuanto existe porque es una manifestación del placer.
Y no voy a negar
que a veces el sexo superficial o rápido, lleno de emoción y adrenalina es
maravilloso, estoy diciendo que el sexo es algo más que eso y que si te das la
oportunidad de honrar y ver en otra dimensión, puedes abrir una puerta
inimaginable que te conducirá a tu jardín secreto, derribando con ello todas
tus limitaciones y enseñándote a manifestar en otros planos la realidad que
quieras generar.
Ahora se que la
sexualidad es una frecuencia del amor y que representa aquello que nos fue
arrebatado como raza de luz.
Ahora entiendo
que uno de los medios que nos quedó para descubrir quiénes somos fue la
experiencia sexual, ya que es la energía más fuerte que existe, imagínate, es
la energía que crea y continua la vida. Esto, por supuesto, nunca nos lo dijo
nadie.
Los niveles del
espíritu son lugares de existencia a los que el cuerpo no tiene acceso. Como la
sexualidad es una oportunidad para los seres humanos de experimentar el orgasmo
que es una conexión directa con frecuencias de vibración muy altas, capaces de
hacernos recuperar la memoria, o frecuencias capaces de conectarnos con el yo
espiritual y el creador, o para encontrar el camino hacia la iluminación y el
entendimiento. Podríamos ser libres si recordáramos como conectarnos con la
fuente del amor universal. Así que aparecieron las religiones y promovieron la
sexualidad únicamente como forma de procreación. Nos dijeron que la única
razón de ser de la sexualidad era la de producir pequeños seres humanos y
fuera de ahí todo sería pecado o perversión (de ahí el degenere, la pornografía
o la prostitución).
La sexualidad fue
presentada como algo malo. A las mujeres se nos dijo que la sexualidad era algo
por lo que debíamos pasar para servir al hombre y que no teníamos control sobre
el proceso del nacimiento. “Las mujeres se hicieron para parir hijos,
para crear la familia perfecta y continuar con la especie como maquinitas”…
El amor es la “esencia
qué debe crearse en todas las relaciones”, sea la relación que sea, con mayor
razón en aquella que se comparten las partes más intimas del ser (visibles o
invisibles, tangibles o intangibles).
Si amas y honras a
alguien, no importa cuál sea tu forma física, lo que importa es la vibración
del amor y cómo exploras ese amor que está dotado idealmente de Admiración,
Generosidad, Incondicionalidad y sobre todo Respeto por el otro.
El ideal es que la
sexualidad se explore a través no solo del cuerpo sino a través de los
sentimientos y todos los sentidos. El tercer y el cuarto chakra te conectan
con el yo compasivo y con el yo emocional, que te conectan, a su vez con el yo
espiritual. El yo espiritual es una parte de ti mismo que es multidimensional a
través del cual existes simultáneamente en muchas formas. Ser consciente de
estas realidades en la identidad que eres es tu misión, tu tarea y lo que has
acordado hacer. Cuando eres consciente puedes sintonizar con distintas
frecuencias, recordar quién eres, transformarte en una mejor persona y con ello
ayudar a cambiar la velocidad vibratoria de este mundo tan olvidado de lo
primordial…
Si tú te sueltas hacia
esa sensación multidimensional es solo tú decisión y el nivel de confianza que
tengas en tú sabiduría interna. Comprende que si odias una parte de ti por
pequeña que sea, no lograrás este vuelo, puede haber ciertas cosas que no te
agraden de ti mismo, pero puedes transformarlas o resignificarlas amorosamente
para tu beneficio. Piensa que tus problemas, tus enfermedades o lo que tanto te
choca de ti, son los tesoros de tu vida ya que son tus maestros y la mejor
manera de aprender.
Observa tu cuerpo y
mira lo que intenta enseñarle a tu Yo superior. Lo ideal es que sanes las
heridas y crees un lugar más cómodo y gozoso a medida que vas aprendiendo a
vivir más completamente en tu cuerpo físico y a tener una nueva identidad en tu
sexualidad.
La sexualidad es
una clave muy importante en la libertad.
Cuando te amas a ti
mismo y dejas de estar trastornado por la necesidad de tener a alguien que te
quiera, entonces eres capaz de aceptar lo que alguien te ofrece.
Entretanto, vibra
con el amor por ti mismo, hónrate, y comprende que en este viaje se trata del
descubrimiento de uno mismo en las relaciones con los otros. No se trata sólo
de maridos y esposas, mujeres y hombres o noviecitos y noviecitas de novela. En
este viaje se trata de honrar tu cuerpo físico y la “unidad del yo” mientras
tocas las vidas de muchos. Permítete siempre trabajar con el yo y permítele
evolucionar.
No tengas miedo a
la intimidad contigo mismo, de estar solo con tu yo y explorar quien eres. Solo
hasta que sepas quien eres y te conozcas a la perfección, que hayas
desarrollado un silencio interior y un amor por tu propio ser, que sepas
contener y expandir tu energía (empezando por supuesto con la energía base de
todo que es el orgasmo) entonces querrás que tu intimidad con otra persona
tenga esa calidad. No tendrás sexo con cualquiera porque comprenderás que la
sexualidad es sagrada y es un ritual para encontrar a Dios. Honrarás tu cuerpo
y el de tu compañero y agradecerás al universo cada ves que experimentes el
placer del orgasmo que la vida te está presentando, la comunión del espíritu
con la tierra.
El sexo no se nos
dió para pecar, ni para sufrir, ni para controlar y mucho menos para herir…. El
sexo se nos dió para manifestar nuestros cuerpos en la frecuencia más alta, se
nos regalaron los orgasmos para recordar que somos más que un cuerpo físico de
carne y hueso, se nos dieron sentimientos y emociones así como nuestros cinco
sentidos para experimentarlo, somos los humanos los seres más perfectos de esta
creación, somos el milagro mas grande, atrévete a recordarlo…
La iluminación se encuentra en los organos sexuales femeninos.
En sánscrito,
“Buddhatvam Yosityonisamasritam” significa “la iluminación se encuentra en los
órganos sexuales femeninos”, y fue dicho por alguien que realmente sabía de
iluminación espiritual: BUDA. Quizás ahora entendamos algo mejor las imágenes con las que iniciábamos éste post.
Con esto te puedes dar una idea del valor de la sexualidad en oriente como un camino hacia la luz.
Con esto te puedes dar una idea del valor de la sexualidad en oriente como un camino hacia la luz.
Lamentablemente el
budismo occidental no ha sabido como interpretar estas palabras, a diferencia
de las filosofías orientales influenciadas por el budismo original como el
Tantra y el Taoísmo, donde siempre han sabido que la energía Yin (femenina) del
universo es inagotable y esencial para una vida saludable, feliz e iluminada
tanto en hombres como mujeres.
Uno de los
objetivos del Tantra es despertar a la kundalini, esa energía representada por
una serpiente que permanece “dormida” en el primer chakra (muladhara). Y una de
las formas de despertar esa energía es a través de la sexualidad… obviamente
una sexualidad bien enfocada.
Si en la cultura
occidental se aprendiera a ver el sexo como algo puro, mágico y sagrado te
darías cuenta de que es uno de los caminos a la iluminación espiritual más
rápido y amoroso.
Durante el acto
sexual con inocencia, sin maldad ni morbo, no solo los cuerpos de dos personas
que se aman se juntan, también se funden ambas energías (ying y yang) y las
almas se funden en el Todo, en la convergencia o como quieras llamarlo, lo
importante es que te unificas con el universo y parece que el tiempo se
detiene, te llenas por completo del momento presente y sientes la presencia de
la divinidad en todo tu ser.
Con práctica, buena
intención y una mente abierta al cambio de estructuras preestablecidas, es posible hacer circular la energía sexual del primer chakra
hacia arriba, a través de los demás centros energéticos hasta llevarla al
séptimo chakra, en la cabeza, donde se puede sentir un orgasmo que va más allá
de las simples sensaciones físicas, ya que el orgasmo no se limita a la
genitalidad sino que se puede sentir en todo tu cuerpo y en todo tu ser.
La práctica de la
sexualidad como un camino a la iluminación espiritual o como camino a la
experiencia mística (que es la experiencia en el encuentro con Dios), es una
práctica muy antigua utilizada por Taoistas y los seguidores del Tantra y que
afortunadamente se han conservado hasta la fecha.
Es muy importante
que recuerdes que en los órganos sexuales femeninos se crea la nueva vida y que
a través de la sagrada vagina venimos al mundo, de ahí te puedes dar una idea
del portal maravilloso que esto significa.
El Tao del amor o
el encuentro con Dios
El sexo sagrado conocido también como Tao del Amor o Sexo Tántrico, es legendario en oriente como un camino para recordar a la divinidad que vive en ti.
La sexualidad bien
manejada, es decir, con amor y respeto es una de las principales entradas a la
experiencia mística, lo cual significa “la experiencia de Dios, la experiencia
de conocer a Dios o de Reconocer al propio Dios que tú eres”.
Filosóficamente
hablando es la convergencia de la energía femenina con la energía masculina, el
encuentro del Yin y del Yang para lograr la unidad en todas sus
manifestaciones, recuerda que a los humanos se nos otorgó el regalo de la
dualidad.
Desafortunadamente
por nuestra cultura y por la falta de información y de discernimiento, la
práctica sexual se ha convertido mas en una experiencia centrada en la pulsión
básica del individuo (tradúzcase instinto o calentura), que en una práctica
espiritual con el fin de encontrar mediante el orgasmo la belleza del universo
y la naturaleza de todas las cosas.
Llenos de tabúes y
de culpas, se nos ha inculcado que el sexo es malo, es pecado, es prohibido y
en el mejor de los casos que “solamente” es para procrear, cuando en las
culturas más antiguas se tenía perfectamente claro que lo que se generaba con
la unión de los opuestos es el alineamiento con tu propio ser y con todo
potencial creativo.
El orgasmo conocido
es la muestra más clara de lo que es vivir el tiempo presente, es poder entrar
en la dimensión en la que tocas ese punto en “donde se encuentra todo y donde
no hay nada a la vez”, donde puedes tener toda la experiencia del vacío y de la
totalidad. Es el momento en que las dos energías, la femenina y la masculina se
juntan formando un todo, y que al unirse forman una sinergia tan grande
que se genera lo más hermoso que puede existir que es “la vida misma” y la
vivencia inminente del “aquí y el ahora”.
Cuando aprendes a
manejar tu sexualidad responsablemente y con discernimiento, y encuentras a la
persona que complementa tu ser mediante el alineamiento del amor, se puede
crear el paraíso, el nirvana… el jardín secreto. Y cuando tocas este
espacio sagrado, entonces se te brinda la preciosa oportunidad de conocer
verdaderamente lo que significa la confianza, la comunicación y la plenitud…
Esto explica porque
cuando viajas a Oriente se pueden ver esculturas de interacciones intimas en
algunos templos, ya que desde una visión muy diferente y más amplia, esto es un
“acto sagrado que nos conduce al conocimiento de nuestra propia esencia”.
Por supuesto que el
ingrediente principal para este encuentro divino es el amor de pareja pero
también tiene mucho que ver con el amor, el respeto que sientas por ti mismo y
la oportunidad que te das de volar, que al conjuntarse con el conocimiento del
flujo correcto de la energía, la intención y una técnica especifica nos dan
como resultado constatar que la gloria se puede alcanzar. (Tomado y resumido de diversas entradas del blog: http://www.centroanunaya.com/tag/el-blog-de-francia-gonzalez/)
Para finalizar ésta entrada, me gustaria recordar algunas de las manifestaciones que nos han dejado escritas, representantes del misticismo occidental:
Para finalizar ésta entrada, me gustaria recordar algunas de las manifestaciones que nos han dejado escritas, representantes del misticismo occidental:
“Vi a
un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal... No era grande,
sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles
muy subidos, que parece todos se abrasan... Veíale en las manos un dardo de oro
largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía
meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas: al sacarle
me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de
Dios. Era tan grande el dolor que me hacía dar aquellos quejidos, y tan
excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor que no hay desear que se
quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino
espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un
requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad
lo dé a gustar a quien pensare que miento... Los días que duraba esto andaba
como embobada, no quisiera ver ni hablar, sino abrasarme con mi pena, que para
mí era mayor gloria, que cuantashayan tomado lo criado.
"Nuestro Señor, mi esposo, me concedía tales excesos de placer que me
impuse no añadir nada más ni relatar que todos mis sentidos eran complacidos…"
"Mientras que Cristo me hablaba, no me cansaba de contemplar la
belleza extraordinaria de su humanidad… Probaba un placer tan fuerte que es
imposible poder probar semejantes en otros momentos de la vida…"
"Durante los éxtasis el cuerpo pierde todo movimiento, la respiración se debilita, se emiten suspiros y el placer llega por intervalos…" Teresa de Ávila.
"Durante los éxtasis el cuerpo pierde todo movimiento, la respiración se debilita, se emiten suspiros y el placer llega por intervalos…" Teresa de Ávila.
Santa Mechtilde de Magdeburgo: “Señor, ámame con fuerza, ámame con frecuencia y por largo tiempo. Te llamo, abrasada de deseo. Tu ardiente amor me inflama a todas horas. Soy sólo un alma desnuda y Tú, en ella, eres un huésped ricamente ataviado.”
Santa Margarita María Alacoque: "Un día que Jesús se puso sobre mí con todo su peso, respondió de esta forma a mis protestas: «Quiero que seas el objeto de mi amor, sin resistencia de tu parte, para que pueda gozar de ti».”
Santa
Ángela de Foligno: “Era como si fuese poseída por un instrumento que me
penetrase y se retirase rasgándome las entrañas. Mis miembros se quebraban de
deseo… Y para este tiempo, Dios quiso que muriera mi madre, que era un gran
impedimento para mí. Al poco tiempo, mi marido y todos mis hijos murieron.
Sentí un gran consuelo. Dios hizo esto por mí, para que mi corazón estuviese en
su corazón.” A continuación, cuando regresaba de estos encantos de amor,
me sentía tan ligera y satisfecha que amaba incluso a los demonios… "
Santa
Ángela de Foliño, tan consciente que los placeres que probaba durante sus
éxtasis eran de carácter sexual, declaró ser la víctima de un "Vicio que
no me atrevo a nombrar", un vicio de concupiscencia del cual intentaba
liberarse metiéndose "Carbones ardientes sobre la vagina para apaciguar
los ardores"!!
Santa María
de la Encarnación, después de haber solicitado a Jesús, su esposo, a
unirse con ella con palabras que tienen realmente muy poca espiritualidad: ¿"Entonces,
mi adorado amante, cuándo haremos este acoplamiento?", así escribe en su
biografía lo que sentía en la histeria de sus éxtasis, "Durante estos
encantos me parecía tener dentro de mi ser, unos brazos que tendía para abrazar
al que tanto deseaba".
Santa
Guyon, asceta y penitente, escribió que durante una éxtasis Jesús la
había llevado a un bosque de cedros donde había una habitación con dos camas y
ella le pregunto para quién era la segunda cama, este le respondió:
"Una
es para ti, que eres mi esposa, y la otra es para mi madre", y al
referirse a continuación a los placeres sexuales que alcanzaba en las éxtasis,
escribe aún en su libro: "Llegaba a poseer a Jesús, no de la manera
que se entiende espiritual por medio del pensamiento, sino de forma tan
tangible que sentía la participación del cuerpo como en la realidad ".
Desde
que los seres humanos adquirieron, en la noche de los tiempos, la capacidad de
concebir la existencia de un universo inmaterial en torno suyo, las experiencias
que les proporcionaban el contacto con esa otra realidad, la posibilidad de
llegar a percibirla, se convirtieron en muchas ocasiones y circunstancias en el
aspecto central de las vivencias religiosas. En si mismas, tales experiencias
no son más que el resultado de estados alterados de la conciencia o, si se
prefiere, de un psiquismo extra-ordinario, alcanzando su punto más álgido en el
llamado trance extático.
En
palabras de E. Rhode: “En el éxtasis, liberación del alma de las ataduras del
cuerpo y comunicación con la divinidad, al alma le nacen nuevos impulsos de los
que nada sabe en su existencia cotidiana, cohibida como está en la envoltura de
su cuerpo. Pero ahora que vive en libertad como un espíritu entre los demás
espíritus, alzada sobre el tiempo y sus limitaciones, el alma se encuentra en
condiciones de lanzar su visión a cosas lejanas en el espacio, a donde sólo
pueden mirar los ojos del espíritu”.
Bueno, hasta aquí la entrada de hoy. Soy perfectamente consciente de que no se dice todo lo que se debería decir y de que lo que se dice, quizás no esté lo suficientemente bien dicho, pero como he reflexionado muchas veces con vosotros, en otras entradas del blog, el instrumento tiene sus limitaciones.
Como siempre, espero que os sea útil e interesante.
Bueno, hasta aquí la entrada de hoy. Soy perfectamente consciente de que no se dice todo lo que se debería decir y de que lo que se dice, quizás no esté lo suficientemente bien dicho, pero como he reflexionado muchas veces con vosotros, en otras entradas del blog, el instrumento tiene sus limitaciones.
Como siempre, espero que os sea útil e interesante.
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