dimarts, de gener 31, 2017

TODA LA TIERRA ES UNA TUMBA: APROXIMACIÓN A LA ESCULTURA FUNERARIA./2

viene de la entrada anterior 2/2



Otro bello ejemplo de lo que  se puede encontrar en el  Staglieno , es la tumba “Lavaggi” ejecutada por Mario Restelli, 





fiel seguidor y admirador de Edoardo  de  Albertis  quien  incursionara  de  forma  notable  dentro  del  estilo  Déco.
Este modelo de joven doliente, se fundamenta en una media escultura  (cintura para  arriba)  la  cual  emerge  de  una cruz  geometrizada  (portando en la parte media el nombre de la tumba: Lavaggi) que se repite en  cinco  ocasiones,  logrando  el  efecto  de  movilidad  (muy  utilizado  por  el  Déco) ataviada con una casulla con capucha - versión estilizada y elegante de  una  pleurante  medieval  ataviada  con  traje  talar  y  capucha  -  quien  parece estar arrobada en  sus pensamientos. 
Sus  manos  se  hallan  levantadas,  unidas  a  la  altura  de  las  muñecas  mismas que hacen el efecto de marco a su bello rostro: “...su estilo Déco tardío  se  refleja  en  la  doliente  de  Lavaggi,  de  Mario  Restelli...  uno  de  los  muchos  imitadores de Alberti en el Staglieno.”
El  llamado memento  mori (recuerda  que  vas  a morir)  lo  vemos  repetirse  a  lo  largo  de  la  historia  del  arte  funerario,  más  sin  embargo  un ejemplo en la necrópolis genovesa llama la atención de los caminantes: la tumba Lavarello  (1914) denominada “La visión de la  muerte”, 






realizada por el escultor Italiano Demetrio Paernio (1851–1914), consistente en la figura de  una  mujer  joven desnuda  sentada  sobre el  piso,  ligeramente  agachada  observa  un  cráneo  que  está  colocado  frente  a  ella  sobre  una  cruz. 
La  joven  doliente  en  actitud  pensativa  y  de  gran  reflexión  lleva  un brazo a un costado y el otro, hacia el corazón recordando con su actitud el “memento mori”.
Aunque   para   los  Simbolistas  la   desnudez   de   la   joven   doliente  pareciera tener otro significado: ... No obstante el contraste entre el memento mori y la desnudez de   la   figura   de   la   joven   mujer   da   a   los   Simbolistas   otra oportunidad  de  yuxtaponer  el  Eros  y  el  Thanatos...seguramente eran   capaces   de   inventar   su   propia   iconografía   Simbolista  ejecutándola  a  alto  nivel...  Demetrio  Paernio...cuyos trabajos corrieron  a  través  del  Realismo  hacia  el  Simbolismo  e  incluso  al proto  -  Art  Deco,  como La  visión  de  la  Muerte   que  seguramente fue uno de sus últimos monumentos para el Staglieno.




La belleza de la escultura femenina es evidente, el perfil de su rostro,
la  tiara  y  el  peinado,  formado  de  trenzas  recogidas  cubriendo  las  orejas son    reminiscencias    de    la    belleza    griega.        Motivos  utilizados  recurrentemente por el Déco, así como el volumen de la joven mujer hacen recordar a las doncellas de Miguel Ángel. 
Es  innegable  el  enfrentamiento  del  Eros   y  el  Thanatos   en  esta  obra.  La joven doliente desnuda, representada por una figura pletórica de fuerza y belleza, se contrapone con el horror de la miseria y muerte representada por una cabeza descarnada que yace al ras del suelo. 
El “Memento Mori” es explícito, a pesar de poseer todos  los atributos físicos deseados por cualquier ser humano, al final del día nada se llevará y terminará siendo nada;  el polvo al que hace referencia el cristianismo en su máxima:  “polvo eres y en polvo te convertirás”.
Finalmente, veamos la tumba de Maria Francesca Delmas de Luigi Orengo. Maria Francesca Delmas.





María murió joven –a los 25 años- en un accidente de coche el 13 de de marzo de 1908 en la Piazza Statuto en Turín . Los periódicos lo llamaron una horrible catàstrofe de automóvil y ocuparon varias columnas de la época, también en la prensa extranjera. El conductor, Bacicalupo Francisco, dijo que cuando regresaban de un viaje en el Mont Cenis, en algún momento  Giovanni Castagnino, su maestro, tomó el control de la máquina. Llegaron a una buena velocidad sobre el puente que atraviesa el túnel ferroviario en Milán, ansioso por volver al Hotel de Europa. En un momento dado, después de una maniobra brusca el coche se estrelló contra la barandilla de hierro y el coche volco cayendo sobre todos los ocupantes. Siete pasajeros María y otra mujer murieron en el acto.




En esta escultura, conocida como “el último beso”, un hombre medio desnudo se inclina sobre el cuerpo igualmente desnudo de una mujer joven besandole la cabeza, mientras que la mano de una niña está descansando en la ingle, cubierto por una cortina. No se aprecian signos de dolor o gran tristesa en los rostros de las figures.
Luigi Orengo combina el simbolismo y el  liberty y resulta de un erotismo casi necrófilo, en una interpretación sensual del dualismo Eros-Tánatos (Amor-Muerte).
Para finalitzar el recorrido, debemos  concluir  que  el  cementerio-museo Staglieno  es  una  fuente  de  conocimientos  a  nivel  artístico.  Su  haber  presupone  uno  de  los  más  vastos  conjunto de estilos  en  cuanto  a  escultura,  arquitectura  y  artes  decorativas  funerarias  de  los  siglos  XVIII  XIX  y  XX.  Por  lo  mismo,  es  conocido  el  esfuerzo que se está realizando por parte del Ayuntamiento de Génova por recuperar “el enorme acervo cultural  a través de su centro permanente de restauración  y  del  fichaje  automatizado  y  fotográfico  de  su  patrimonio  artístico”.



Tipologias de la estatuària funerària: Ángeles, Dolientes, Vanitas...


“Detente pasajero!
¿Por qué te pasas sin hablarme?
Si porque soy de tierra y tú de carne
Apresuras el paso tan ligero
Escúchame un momento, compañero,
El pedido que hago es
corto y voluntario,
Rézame un Padre Nuestro y un sudario
Y continúa tu marcha... ¡Aquí te espero!”

Los  cementerios  más  lujosos  se  transfiguraron  en  templos  del  romanticismo decimonónico, con sus estructuras neoclásicas, sus rosetones  y  figuras  art  Nouveau  que  estimularon  ese  halo  de  tragedia   y   misticismo   que   implica   este   género   de   lugares.  
Gustavo  Adolfo  Bécquer,  una  pluma  bien  sintonizada  con  su  época,  nos  heredaría  una  famosa  frase,  escrita  luego  de  haber  asistido a un cementerio: “Ante aquel contraste de vida y misterio, de  luz  y  tinieblas  medité  un  momento:  ¡Dios  mío,  qué  solos  se  quedan los muertos!”
La escultura es, por naturaleza, el arte más sencillo y más claro: un  cuerpo  humano  desnudo,  sola  y  exclusivamente  un  cuerpo  humano  desnudo  –  llámese  Venus o  Diana,  Marte  o  Mercurio;  llámese  la  Verdad  o  el  Trabajo  –  es,  hace  más  de  veinte  siglos,  tema  constante  del  estatuario,  y  es  razonable  presumir  que  lo será  otros  veinte,  con  todo  lo  cual  apenas  produce  cada  siglo más de una figura de esta especie que inmortaliza el Arte.
El  deseo  de  trascendencia  y  de  la  propia  inmortalidad,  ha  llevado   al   ser   humano   a   dejar   plasmado   en   diferentes   expresiones artísticas  figuras  e  imágenes  que  ofrezcan  consuelo  en  los  momentos  de las grandes pérdidas.

Ángeles





El ángel ha aparecido siempre en relación con los temas funerarios, cumpliendo diversos cometidos: como conductor y guía de las almas, como guardianes de las tumbas, o como expectativa y promesa del paraíso celestial. Sin embargo, poco tienen que ver esas representaciones de ángeles, desde el contenido estrictamente religioso, con el tratamiento que esta imagen va a recibir en la cultura europea de fin de siglo. Un tratamiento mucho más acorde con una visión o estado poético, en el que se mueven las distintas artes, capaz de integrar lo más espiritual con lo mundano y de reducir a intereses exclusivamente de orden estético, elementos de la reflexión sobre la muerte, el silencio, el dolor del adiós, el destino y la fugacidad de las cosas.
El ángel del arte modernista puede sufrir trasvases de contenido, sin que se alteren para nada sus capacidades de expresión. Se encuentran lo mismo en la escultura de cementerios, que en los monumentos a poetas ejerciendo el papel de "La Musa", lo mismo encarnan esa visión poetizada de la muerte, intimista y subjetiva, que son metáforas del amor ideal, dentro de un caso de máxima ambigüedad y polisemanticidad, respecto a sus contenidos iconográficos.
Los elementos icónicos distintivos del "ángel" son esencialmente dos: la referencia a su condición de espíritus, es decir, "luminosidad" o resplandor, traducido también por "blancura" especialmente en las túnicas; y "alas", esto es, ligereza, capacidad de volar, con todo lo que supone en relación con la " elevación", sea el sentido religioso, laico o neoplatónico.
Además, el ángel modernista va a contar con algunos motivos iconográficos específicos y constantes, básicamente su encarnación femenina y su simbiosis con la flor.

ÁNGEL de la muerte.






Tratado como ángel de la muerte. Este tipo se asimila más bien a las amenazadoras figuras híbridas de la pintura de Khnopff (Medusa dormida, por ejemplo, de 1896).
No es, sin embargo, una figura del ángel caído, cuya representación más relevante es la realizada por Basterra para el cementerio de Derio (Bilbao), en un agitado remolino y lleno de referencias rodinianas.

ÁNGEL-AMOR 






El amor ha sido representado en la pintura simbolista a menudo como una figura alada. Ya no es el niño travieso, el "eros" renacentista, sino figuras de jóvenes masculinos o femeninos. Solomón lo representó así en Aube (1871), y Burne Jones, con el tipo andrógino característico, en El amor conduciendo al peregrino, alusión explícita al viaje de la vida y por ello implicado en esta visión relacionada con la muerte. Es una iconografía formalmente intercambiable por la de Tobías y el ángel, a cargo de los mismos elementos compositivos: el viaje, encontrar el camino perdido, el ángel como ayuda y mensajero celeste, y la fe como seguimiento confiado de las rutas marcadas.
Sin duda aparecen otras variantes, pero su grado de constantes a lo largo de la iconografía religiosa, hace que no entren en esta revisión de lo que es más específico de la visión modernista. Son los ángeles-victorias, ángeles infantiles o puttis, ángeles acompañando el calvario, etc.
En la escultura modernista funeraria, convive el ángel cristiano con el ángel exclusivamente poético o heterodoxo, relacionado con los datos de una mística distinta: poesía, ensueño, deseo inefable de la eterna juventud y elevación a un mundo sublime.
Sus antecedentes próximos están en William Blake, donde encontramos casi todos los perfiles del ángel simbolista. 






El ángel-sueño, el ángel protector y, sobre todo, el ángel energía, deseo, en la heterodoxa visión que confunde ángel y demonio, o invierte sus conceptos. Un ejemplo aparece en el panteón de Muros de Nalón de A. Martínez (Oviedo) con dos ángeles en bajorrelieve cuya dependencia de la miniatura medieval es claramente perceptible, pasada por la aportación de W. Blake.
Un elemento indispensable en la iconografía del ángel funerario es el acompañamiento de flores. Guirnaldas, cestillos, coronas, ramos que llevan en las manos y que tienden a esparcer en un gesto constante sobre las tumbas.

Más sobre las dolentes


Entre   dichas   representaciones,  una   es   la   que   guarda   un   lugar preponderante   en   la   iconografía   funeraria   y   esta   es   la   del   cuerpo  femenino. Las  formas  femeninas  pueden  ser  reconocidas  de  manera  frecuente adornando  edificios  públicos,  museos,  templos,  parques,  avenidas  y  por supuesto  también,  cementerios.   





Y  es  en  este  punto  prudente  recalcar  nuevamente, la figura del Eros y Thánatos: En  la  antigua  Grecia,  el  desnudo  era  el  epítome  de  la  belleza física   perfecta,   poseía   una   clase   de   inmunidad   sobre   la  depredación del tiempo; significaba la imposición del orden sobre los  caprichos  de  la  naturaleza: y  simbolizaba  la  nobleza  del  espíritu   humano.   Era   un   arte   generalmente   reservado   para   representar  deidades,  mientras  que  los  retratos  de  las  personas eran frecuentemente ataviados.
El  tema  recurrente  de  la  muerte  y  de  las  doncellas  ó  vírgenes  proviene de la mitología Griega, específicamente de la saga de Perséfone y  Hades: Perséfone  era  la  diosa  griega  del  Inframundo  y  la  esposa  de  Hades. Hades se enamoró de ella tras verla recogiendo flores en un   llano   de   Sicilia.   Hades   decidió   raptarla   y   llevársela   al  Inframundo.    Demetria,  la hermana  de  Zeus,  era  la  madre  de Perséfone. Luego del rapto de Perséfone, Demetria fue por todo el  mundo  en  su  búsqueda.  Finalmente  se  enteró  del  destino  de  su  hija  y  le  rogó  a  Zeus  que  liberara  a  Perséfone  del  reino  obscuro del Inframundo.  Hades accedió con la condición de que no  comiera  nada  durante  su  estancia  en  el  bajo  mundo.  Por  desgracia,  Perséfone  comió  algunas  semillas  de  granadas  que  Hades  le  había  ofrecido.  Después  de  mucho  llanto  y  tristeza,  Zeus accedió a que Perséfone pasara la mitad de un año bajo la luz  del  día  junto  a  su  madre  en  la  Tierra,  y  la  otra  mitad  en  el  Inframundo, en donde reinaba como Reina del Inframundo junto a su esposo el dios Hades (Plutón para los Romanos). 
Durante la mitad del año que está con su madre, la primavera y el verano  cubren  a  la  Tierra  calidamente;  las  flores  florecen,  los  árboles  se  cubren  de  frutas  y  los  pájaros  alimentan  a  sus  crías.
Durante el otoño y el invierno, la Tierra está cubierta de hielo. Las flores  mueren,  los  árboles  se  secan,  y  los  pájaros  desaparecen  de  sus  nidos.  Por  lo  tanto,  esta  leyenda  está  relacionada  con  la  creación mitológica de las estaciones. Es claro que Perséfone entra en una relación “sensual” con la muerte (Hades)  y  con  ello  el  mensaje  se  da  a  través  de  la  idea  que  la  vida  es corta,  como  corta  es  la  belleza  exquisita  de  la  doncella  (Perséfone).  Esta  belleza  habitualmente  será  representada  desnuda. 




A  través  del  recorrido  de  diversos  panteones  en  América  y  Europa, fueron  persistentes  compañeras  de  camino,  esculturas  femeninas  de  líneas voluptuosas, apenas cubiertas por algún delgado lienzo de tela, que, fuera  de  ocultar  la  espléndida  línea  de  sus  cuerpos,  remarcan  con  innegable propósito, la sinuosidad de sus figuras. 
En  otros  casos,  fue  evidente  la   total  desnudez  de  las  mismas,  sumándole  a  ello  las  sugerentes  posturas  en  que  generalmente  suelen  estar  representadas:  yacientes,  recostadas  o  tendidas  con  expresión  de  abandono,  hincadas  con  la  mirada  y  los brazos  orientados  al  cielo,  ó  de pie, en poses sensualmente románticas. 
¿Quiénes  son  estas  bellas  jóvenes  mujeres  que  siguen  adornando  cementerios  pertenecientes  al  siglo  XIX  y  principios  del  XX  y  que  tantas  preguntas  nos  surgen  al  contemplarlas?  ¿Quiénes  son  esas  distinguidas  figuras  que  vigilan  el  reposo  del  valiente,  de  la  buena  madre  y  ama  de casa,  del  poeta,  de  jóvenes  niñas,  de  la  científica  y  del  deportista,  entre  otros?
Todas  ellas  son  las  “dolientes”,  esculturas  funerarias  que  inundaron los panteones desde fines del siglo XIX y principios del XX, y que bajo  los  estilos  Art  Nouveau    y   Art  Déco   velan  y   custodian  sueños truncados, lágrimas amargas, glorias hechas realidad, historias de amor y sobre  todo,  seres  humanos  cuyo  deseo  fue  el  de  afirmarse  en  la  tierra  a  través  de  un  homenaje  postrero  engalanado  por  la  etérea  figura  de  estas  singulares  doncellas  y  que  a  través  de  su  inacción,  se  puede  percibir  la  ansiedad   y   vanidad   humana,   y   sobre   todo,   el   enorme   temor   a   lo   desconocido:  “Las  mujeres  tienen  una  parte  esencial  en  la  imaginería  funeraria,  tanto  en  la  figuración  misma  de  los  rituales,  donde  se  las  ve  lo  más  cerca  posible  del  difunto,  como   en  las  escenas  de  ofrenda,  donde  asumen,  con  más  frecuencia  que  los  hombres,  la  tarea  de  mantener  la  relación con los muertos.”




Es  bien  sabido  el  papel  fundamental  que  a  través  de  los  siglos  ha  tenido el cuerpo femenino en el arte. Haciendo un repaso de la historia del arte occidental comprobamos su reiterativa presencia. 
En  infinidad  de  ocasiones  lo  hemos  admirado  en  lienzos,  bocetos,  esculturas, bajorrelieves, fotografias y para aquellos con gran imaginación, hasta  en  las  notas  musicales.
Ni  que  decir,  si  éste  se  presenta  sin  atavío alguno;  obras  maestras  que  han  pervivido a  través  de  los  siglos  nos  lo  muestran como la excelsitud de la representación humana.
Épocas más, épocas menos, el tema  del la figura femenina ataviada o no,  connota  al  arte.  Y  son  precisamente  las  esculturas  funerarias  Art Nouveau y Art Déco,  dos estilos artísticos, hermanados por el tiempo y la iconografía,   que   tendrán   por   bandera   a   la    figura   femenina,   y   cuya   influencia  alcanzará  más  allá  de  los  altos  muros  que  resguardan  a  los  camposantos. 
El cuerpo femenino, ícono de la cultura occidental, tema perfecto para la  obra  de  arte,  ha  venido  transformándose  a  través  de  los  años,  en  los  cuales persiste una visión de goce esteticista sobre el cuerpo de la mujer; luego es evidente, que el tipo femenino encontró su nicho en los estilos ArtNouveau  y  Art  Déco:  mujeres  jóvenes,  de  medidas  “perfectas”   con  cabelleras  largas  y  onduladas,  en  posturas  retorcidas  (la  llamada  “línea  látigo”),  de  formas  redondeadas  (tipo  orgánico),  entrelazándose  con  el  motivo central -presentes especialmente en el periodo Nouveau-  ataviadas con tules o satines que dejaban ver más allá de lo permitido en una época de grandes cambios en el campo de la moral.  




Presentes  están  también  el  mito  de  la  juventud  y  de  la  nostalgia  por  ella,  incorporada  a  la  obra  escultórica  a  través  de  volumetrías  netas  y  articuladas,  superficies  suavemente  pulidas  y  geometrías  compuestas  (representadas  especialmente  durante  el  período  Déco).  Siendo  por  ello,  que  la  generalidad  de  las  esculturas  funerarias  de  dichos  periodos,  muestran esculturas femeninas lozanas y frescas.
El  “romántico”  siglo  XIX  “creador”  de  los  estilos  Simbolista y   Art Nouveau,  colmó  de  expresiones  sobre  la   muerte,  libros,  periódicos,  epitafios  y  epístolas,  en  el  que  fallecer,  era  una  experiencia  de  exquisita  emoción  y  última  expresión  de  amor.  Temática  que  aportaría  una  visión muy particular sobre la mujer fatal, lo sobrenatural, el amor, y la muerte.
Es así como puede avistarse el pensamiento de la bella muerte, tema omnipresente  durante  el  último  tercio  decimonónico,  en  el  que,  morir,  podía  ser  apreciado  como  un  refugio,   una  liberación,  o  un  renacer:  “La  muerte  era  asociada  con  un  renacimiento,  con  la  concepción,  con  el  nacimiento y con la expresión sexual.   La transición de la muerte a la vida eterna era vista como un renacer y vino a ser simbolizado en la liberación del placer sensual expresado por la “pequeña muerte” –el orgasmo-...
La representación de la mujer durante el periodo del Art Nouveau fue asociada   al   elemento   floral,   cuya  silueta   cual   planta   trepadora,   va   enredándose   en   el   tronco   formando  movimientos   cadenciosos   que terminan  por  crear  un  efecto  “latigueante”,  fundiéndose  en  la  base  que  le  ha dado soporte. 
Las bellas dolientes que ha decir de Kenneth Clark “...en el siglo XIX, el  desnudo  había  llegado  a  significar  casi  exclusivamente  el  desnudo femenino...” engalanan, bibliotecas, hospitales, universidades, rotondas, catedrales, museos y parques entre otros sitios.  Por lo anterior se llega a comprender, como, la escultura urbana Art Nouveau y  art Déco, fue a dar a los panteones. El componente sexual  de estas jóvenes y bellas féminas pudieron adaptarse nuevamente al concepto de la bella muerte y del Eros y Thanatos: 





Las  musas  del  Art  Nouveau  padecían  del  "mal  du  siécle":  la  melancolía.   Sofisticadas   como   las   cortesanas   de   los   cafés   parisinos  aparecían  representadas  con  dramática  sensualidad,  posando    en    éxtasis    con    los    párpados    entornados.    Sus    representaciones  estaban  cargadas  de  un  fuerte  componente  sexual. La mujer fue vista como eje de la vida, como condición de la    reproducción    y    asociada    a    los    ritos    de    la    fertilidad   indispensables  a  la  evolución.  El  sexo,  a  partir  de  las  teorías  freudianas, fue descubierto como esencia de la individualidad. La mujer,  estilizada  en  el  frágil  tipo  de  hombros  estrechos  despertó  en la época una contradictoria visión, su exótica y débil apariencia fue  interpretada  con  un  algo  mórbido  y  demoníaco  por  muchos  artistas del estilo. Ser de transformación y metamorfosis, por ello siempre  reflejada  con  extrema  fantasía  y  asociada  a  la  pasión  sobrenatural...
Esta  sensualidad  contenida  puede  contemplarse  en  innumerables ejemplos de escultura urbana y funeraria Art Nouveau y ArtDéco Destacándose en ellas,  la fugacidad de las expresiones, de  la  exploración  del  sueño  y  del  imaginario;    nada  como  la  idea  de  la  muerte  ha  prodigado  más  amor  y  nostalgia,  de  ahí  que  los  artistas  hayan  adoptaron  un  tratamiento  más  sumario  de  las  formas,  lo   que  apoya  una  expresión  poética  de  la  interioridad;  muestra  de  ello  es  el  monumento  funerario  dedicado  a  la  joven  de  origen  argentino,  Rufina  Cambaceres,  (1887-1903)  






el  cual  guarda  cada  una  de  las  características  anteriormente  citadas.
Ubicado  en  el  cementerio  de  “La  Recoleta”,  en  la  ciudad  de  Buenos  Aires,  Argentina,  este  bello  ejemplo  Art  Nouveau,  composición  muy  bien  lograda  tanto  en  lo  arquitectónico  como  en  lo  escultórico,  con  factura  del  alemán  Richard  Aigner  (1867-1925),  muestra  la  figura  de  una  joven,  la  cual, abre la puerta de Hades, o de la que será su nueva morada. 
El contorno que rodea el marco de la puerta fue detallado con largos motivos  florales.  Elementos  naturales  que  brotan  como  retoño,  capullos  que  germinan,  bulbos  ovoideos,  todos  símbolos  de  vida  y  desarrollo.  A  la  par,  cae  melancólicamente  una  estilizada  guía,  de  largo  tallo  y  pálidos  capullos, que insinúa la profundidad en la apropiación visual del plano y del espacio. El rostro de la bella doncella, muestra resignación, melancolía y sobre todo,   una   gran   tristeza.   





Su   cuerpo,   oculto   por   una   túnica,   deja   al   descubierto   el   hombro   izquierdo,   permitiendo   con   ello  despuntar   la   sinuosidad  del  pecho  de  la  infortunada  Rufina,  mientras  que  su  mano  derecha, toma de forma indolente la manija de la puerta, conocedora de su inexorable destino. 
Iconográficamente  hablando,  es  ahí  en  donde  resalta  el  eclecticismo  del estilo Art Nouveau, quien hereda la impronta renovadora de la década anterior.  La  sinuosidad  de  la  línea,  el  disfrute  de  las  formas  de  gran  tendencia  a  la  sensualidad  y  complacencia  de  los  sentidos,  se  muestran  innegablemente,  en  el  contorno  corporal,  de  la  inocente  y  bella,  Rufina  Cambaceres: 






Rufina  era  una  de  las  más  preciadas  damas  de  la  alta  Sociedad porteña  por  su  juventud  y  belleza.  El  31  de  mayo  de  1902,  mientras   se   preparaba   para   una   salida   al   teatro,   perdió   el  conocimiento.    Su  madre,  alarmada,  llamo  a  los  doctores  para  que   revisaran   el   estado   de   la   joven.   La   conclusión   fue   demoledora:  Rufina  Cambaceres  había  muerto.  Sólo  tenía  19  años.    Esa  misma  noche  su  ataúd  fue  depositado  en  la  cripta  familiar  del  Cementerio  de  la  Recoleta,  junto  a  los  restos  de  su  padre.  Unos  días  después  se  descubrió  que  el  féretro  estaba derribado. Temiendo que alguien hubiera robado las joyas que lo cubrían,  el  cuerpo  fue  retirado  de  la  tumba.  Con  horror,  los presentes  pudieron  ver  los  arañazos  que  la  propia  Rufina,  presa  del pánico, había marcado sobre su cara y las paredes del ataúd al despertar en su propia tumba, para luego morir asfixiada. Había sido víctima de un ataque de catalepsia...





El  bello  ataúd  que  guarda  los  restos  de  la  señorita Cambaceres,  es  digno  de  ser  descrito.    Se  encuentra  dentro  de  la  capilla  familiar  y  puede  ser apreciado a través de la puerta lateral del monumento. Fue hecho con mármol  blanco  italiano,  y  juegan,  a  lo   largo  y  ancho  del   féretro  unas  “cintillas”  o  tallos  largos,  que  de  forma  ondulada,  recorren  todo  el  cuerpo  rematando  en  moño,  conjuntamente  con  dos  agarraderas  dispuestas  en  cada extremo.  Estos tallos generan lo poético y sensual del estilo, labrados sobre el lechoso e inmaculado mármol, los que parecieran capturar la humedad de la  atmósfera,  humedad  que  marchita  con  el  tiempo  y  a  la  vez,  nutre  y  da  vida. 
A  pesar  de  la  edad  del  monumento,  la  blancura  y  el  terminado “cremoso”   de   la   piedra   siguen   intactos.   Tanto   la   línea,   el   material  empleado,    y  el  diseño  con  un  acercamiento  a  la  morfología  de  la  naturaleza,  nos  hablan  de  una  libertad  creativa  emblemática  del  Art Nouveau de principios de siglo XX.
La  presencia  del  vocabulario  formal,  dinámico  cuya  atracción  hacia las espirales, es evidente en este  fino ejemplo de monumento funerario Art Nouveau, que hace de la inspiración floral, un tema paralelo a la dulzura y delicadeza del rostro de la desventurada Rufina: Al final de un gélido pasillo, una joven blanca de belleza entreabre las  puertas  de  su  última  morada.  Así  la  imaginó  su  familia,  para  expiar  el  espanto  de  una  muerte  brutal  y  absurda,  abriendo  las  puertas de su infierno. La bóveda de los Cambaceres consta de dos  partes,  una  antigua  que  data  de  mediados  del  Siglo  XIX,  la  otra  construida  después  de  la  muerte  de  Rufina  en  1903  por Richard   Aigner.   Es   una   de   las   primeras   construcciones   Art   Nouveau de Buenos Aires con abundantes detalles florales.
Todos y cada uno de los detalles tanto de la vida, como de la muerte de  la  bella  señorita  Cambaceres  se  ajustan  al  ideal  del  Romanticismo.
Las  prodigiosas  manos  del  escultor  logran  transmitirnos  ideas  de  elegancia,  distinción,  y  ciertos  dejos  de  arrogancia  y  altivez  en  sus  esculturas funerarias Déco. Sin lugar a dudas, un estilo decorativo que  en  el  campo  de  lo  fúnebre,  marca  una  ambivalencia  entre  la  imagen descarnada de la muerte y la celebración de la vida, después de la vida, a través de las formas voluptuosas y estilizadas de sus altivos modelos. 
Una  época  que  “reverenciaba”  la  imagen  del  ser  humano  joven,  vigoroso,    pleno    de    vida    y    fortaleza;    evitando,    así,    iconográficamente  hablando,  representar   imágenes  tan  poco  atractivas  como,   seres   descarnados,   agonías   interminables   o   desfiguraciones   provocadas por el perpetuo dolor.




A  diferencia  de  lo  anterior  podemos apreciar  tanto  en  ellas  como  en  ellos,  físicos  estilizados  que  tratan  de  comunicarnos un  dolor,  inexistente,  una  pena  “teatral”  y  no  real  ante  el  inevitable  triunfo  de  la  muerte.  Los  rostros  no  demuestran  abatimiento  ante  lo  inevitable,  no  desdeñan  la  dimensión física ni la sensualidad.
La  muerte  macabra,  el  sufrimiento,  la  descomposición  física  no  tendrán  espacio  dentro  del  estilo  ArtDéco  funerario.  Los  temas  lúgubres  ya  no  son  invitación  a  la  “conversión”  de  los  infieles,  la  reacción  que  conlleva  el  estilo  Art  Déco  es  la  sensualidad,  parte  de  ello  debido  al  sentimiento  de  desilusión  y  desaliento  que  trajo  el  periodo  histórico  de  entreguerras  del  siglo  XX,  por  lo  que recrear  nuestra  finitud  no  era  tema  oportuno y elegante a tratar . 
O  quizá,  hayan  sido  creadas  estas  bellas  esculturas,  manifestando  una  “resignación”  poco  mística,  por  la  pérdida  y  aceptación  de  la  muerte  del ser querido, en el cual  su principal rol fuera, ser la primer testigo de la “espiritual” partida del difunto: El vacío que la muerte causa, este hueco o forma en negativo es semejante  a  la  huella  que  se  genera  y  permanece  cuando  un  cuerpo  se  ausenta...  De  algún  modo,  estas  formas  en  negativo  recuerdan,  nostálgicamente,  la  plenitud  de  un  cuerpo  que  se  ha ido...   Podíamos   decir   coloquialmente   que   el   arte   funerario   (tumbas  y  las  efigies)  llenan  el  vacío  provocado  por  la  muerte  y  mantiene  la  ilusión  de  que  el  difunto  no  ha  sido  devorado  por  el  tiempo.  La  presencia  de  éste,  de  algún  modo,  se  mantiene,  aunque sea con tristeza.
Sentadas,  recostadas,  de  pie  ó  hincadas ;  vestidas,  semi  vestidas  ó  desnudas, todas estas bellas figuras nos participan algo, todas nos comunican  claves  interpretando,  a  través  de  la  simple  postura  de  sus  hombros, de sus brazos, de sus manos, o de sus rostros. Aunque menos estoicas que sus expresivas “hermanas” del periodo Nouveau,  la escultura funeraria Art  Déco  se  constituye  como  un  espejo  de  la  sociedad  de  ese  momento (1925-1940). 




Una  sociedad  burguesa,  poseedora  de  un  deseo  por  demostrar  su  poder   económico,   ocupando   parte   del   mismo   en   la   creación   de   monumentos    funerarios    “modernos    y    vanguardistas”,    hechos    con   materiales finos, como el mármol, la  bakelita, y el baño de oro que dieran el efecto óptico de lo metálico y vítreo.
La sociedad de la época temía el paso de la muerte. De esa muerte fea y villana que sería representada dentro el estilo Art Déco  bajo la  idea  de  que  hasta  en  la  migración  del  alma,  habría  que  conservar  el  estilo, el garbo, la pose y la elegancia.
Bien dice el proverbio latino, “De mortui nihil nisi bene”: De los muertos, nada  que  no  sea  bueno.  Quizá,  tener  tan  bellas  y  fieles  compañeras silentes, resguardando el sueño eterno, permita que el difunto, realmente, y finalmente, descanse en paz.


Vanitas y “Memento Mori”

Una  de  las  ideas  principales  del  pensamiento  filosófico  y  religioso  de casi  todos  los  tiempos  es  la  convicción  de  que  todos  los  bienes  son  perecederos,  y  en  especial,  la  vida.  Con  el  cristianismo  adquirió  gran desarrollo  el  tema  de  la  transición  a  la   otra  vida,  la  vida  eterna,  que  se  aseguraba  con  la  práctica  de  las  virtudes  cardinales  (Prudencia,  Justicia, Templanza y Fortaleza).
A causa de su importancia, esta idea ha jugado un papel primordial en la formación de las bases espirituales del arte, encontrando una expresión variable a través del tiempo, condicionando tanto las abundantes imágenes existentes en las alusiones simbólicas, como las estremecedoras alegorías barrocas, de mayor expresividad.
Una  oración  bíblica  (Eclesiastés  1:2)  describe  lo  anterior:  Vanitas vanitatum,  omnia  vanitas :  “Vanidad  de  vanidades,  todo  es  vanidad”,  que  nos  recuerda  que  las  preocupaciones  mundanas  son  vanas  e  inútiles,  porque la muerte está a la vuelta de la esquina. 
A lo largo de la historia del arte, en las representaciones escultóricas,pictóricas    o    de    grabados,    generalmente    los    programas    iconográficos se inician con una reflexión sobre la brevedad de la vida y el triunfo  de  la  muerte, empleándose  elementos  tradicionales  luctuosos,  enfatizando  lo  temporal,  incluyendo  la  belleza  y  el  saber,  la  riqueza  y  los  placeres. 





Algunos  de  los  elementos  más  comunes  en  estos  lienzos o esculturas   son:  los  cráneos  simbolizando  la   muerte  humana,  las  burbujas  representando  lo  efímero, los relojes que nos indican el paso del tiempo, la fruta muy madura sinónimo  de  envejecimiento;  y  otros  como  el  humo  y  las  flores  marchitas  dentro del mismo concepto de finitud. 
Asimismo  están  presentes  los  libros,  la  clepsidra,  los  caracoles,  los  insectos  y  las  velas,  todos  ellos  recordándonos  el  concepto  de futilidad,   de   lo   pasajero   de   la   vida,   reconociéndose   a   ese   tipo   de expresiones plásticas, como Vanitas. 
Unido a este concepto podemos encontrar otro, denominado Memento Mori,   palabras  provenientes  del  latín,  que  a  decir  del  diccionario  de  la  Lengua   Española      “Memento”   significa  “...detenerse   a   discurrir   con  particular   atención   y   estudio   lo   que   importa”   y   “mori”   encuentra   su   traducción como muerte; por lo que la oración completa es un recordatorio de la hora o el tiempo de morir. 
Así, la Vanitas  y el Memento mori  llegarían a formar “un estilo artístico que derivara a posteriori en el bodegón”,  dentro del cual, se potencia una apreciación  cuasi  animista  del  elemento  frutal-fugaz,  como  en  las  Vanitas del barroco.
En  la  naturaleza  muerta,  vanitas  o  memento  mori,  abundan  los símbolos,  los  dobles  sentidos,  y  si  su  lectura  puede  parecer lineal,  hay  matices  e  historias  que  sólo  la  mitología  y  la religión,  junto  con  la  historia  de  una  civilización  cada  vez  más  compleja,  pueden  desentrañar.  Si  Vincent  Van  Gogh  llegó  a  pintar naturalezas muertas, tal vez su sentido, no sea sencillamente tan simple.  Tal  vez  tengan  un  sentido  renovado  los  cientos  de  naturalezas  muertas  que  estos  artistas,  y  otros  muchos,  llevan  hechas en sus cortas y efímeras vidas contemporáneas.




...La frase tiene su origen en una peculiar costumbre de la Roma antigua. Cuando un general desfilaba victorioso por las calles de Roma,   tras   él   un   siervo   se   encargaba   de   recordarle   las   limitaciones  de  la  naturaleza  humana,  con  el  fin  de  impedir  que incurriese  en  la  soberbia  y  pretendiese,  a  la  manera  de  un  dios  omnipotente, usar su poder ignorando las limitaciones impuestas por  la  ley  y  la  costumbre.  Lo  hacía  pronunciando  esta  frase,  aunque   según   el   testimonio   de   Tertuliano,   Apologético,   probablemente la frase empleada era "Respice post te! Hominem te  esse  memento!":  "¡Mira  tras  de  ti!  Recuerda  que  eres  un  hombre" (y no un dios).
Así  pues,  las  ideas  de  vanidad  y  de  fugacidad  fueron relacionados  desde el principio, con el pensamiento de la muerte y a menudo con la idea del futuro renacer, por medio de la continuidad de la especie, de la entrada en  la  vida  de  la  naturaleza,  o  bien,  en  una  dimensión  más  trascendental,  por  medio  de  la  vida  situada  más  allà   de  los  sentidos  a  la  que  tendrá  acceso  el  alma  inmortal  después  de   haberse  liberado  de  esta  existencia  terrenal, mortal y miserable: 





«Yo soy la muerte, gran princesa, que arroja al vacío la soberbia humana: mi nombre se extiende por todo el mundo. Y cuando suena, la tierra tiembla...»
Los  escultores  ante  el  reto  que  significa  realizar  un  recordatorio fúnebre,   consciente   o   inconscientemente   utilizan   un   lenguaje  formal,  donde  tanto  la  presentación  de  los  personajes  como  la  técnica utilizada contribuyen a halagar los sentidos, prestando una forma   que   sea   rápidamente   apropiada   por   el   observador   y  sustituya la ausencia. Esta sensualidad funeraria se encarna mejor en  la  figura  del  ángel,  uno  de  los  personajes  más  representados  en los cementerios del mundo. 



En la parte final de éstas entradas vamos a ver un


Breve Diccionario de símbolos en la estatuària funerària.

“Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais... 
atacar naves en llamas más allá de Orión, 
he visto rayos C brillar en la oscuridad
cerca de la puerta de Tannhäuser. 
Todos esos momentos se perderán en el tiempo
como lágrimas en la lluvia. 
Es hora de morir.”
Philip K. Dick

Aunque a lo largo de ésta entrada ya hemos ido haciendo referencia a muchos de los símbolos que aparecen en el arte funerario, queremos recoger aquí lo más esencial en forma de una pequeña guia interpretativa que nos pueda ser útil.
En algunas ocasiones se presentan  dudas en cuanto al significado de símbolos  utilizados  en  el  campo  funerario  cuyo  origen  es  ambiguo  u  oscuro.  Para un mejor entendimiento sobre el tema iconográfico mortuorio se  desarrolló  una  guía  sobre  los  símbolos  y  atributos  con  los  que  se  encuentran  revestidas  tumbas  y  monumentos  pertenecientes  a  las  últimas  décadas del siglo XIX  y las primeras cuatro décadas del siglo XX.  Siendo ello  de  gran  importancia,  ya  que  a  través  de  la  iconografía  funeraria  se transmiten     diversas     alusiones     simbólicas,     algunas     de     ellas,     estremecedoras y otras, llenas de expresividad.
De  este  modo,  se  intentarán  desvelar  los  variados  simbolismos  y  mensajes  que  un  espacio  arquitectónico,  una  imagen  o  un  programa  iconográfico pueden llevar implícitos y que, al mismo tiempo, nos pondrán en  contacto  con  el  pensamiento  y  las formas  de  sentir  de  un  momento  histórico determinado.




Figuras  antropomórficas,  dolientes,  ángeles,  almas,  figuras  sacras  y    alegóricas, elementos anatómicos, animales, flores, árboles, frutas, granos y vinos, se analizaran como producto cultural, atendiendo a la historia, a la angelología,  es  decir,  como  un  documento  más  de  lo  histórico  y  de  las  formas estéticas que nos remitirán a un significado oculto. 
Sobre  la  ejemplaridad  del  mensaje  que  yace  en  las  esculturas  y  la  arquitectura  de  los  cementerios,  se  ha  dicho que, como imaginario, ejerce una  fuerte  evocación  que  trasciende  al  contexto  local.    Es  de  particular  importancia  resaltar  la  influencia  de  los  cementerios  Italianos  (Staglieno, Monumentale) tanto  como  ejemplos  tipológicos,  como  por  la  difusión  de afortunadas  imágenes  que  asumen un  propio  y  verdadero  carácter  de  modelo  (tumba  Oneto,   tumba  Olivari,  tumba  Ribaudo)  desde  finales  del  siglo XIX hasta principios del siglo XX.
Estos  símbolos,  reflejo  de  sus  valores  e  ideales,  ha  permitido  la  integración de un catálogo de íconos dentro de la escultura funeraria, que incluye  de  manera  enunciativa  más  no  limitativa  los  siguientes  elementos: 

Figuras Antropomórficas

. Dolientes
. Pleurantes.  Figuras  medievales  vestidas  con  traje  talar  y  generosas capuchas.    Sus    antecedentes:    sarcófagos    antiguos.    La    pleurante medievalizante constituye un arquetipo abstracto y despersonalizado de la idea   de   la   doliente,   con   lo   que   se   deseaba   asegurar   la   presencia  permanente del deudo junto a la tumba.
• Pleurante   abrazada   a   la   cruz.      Se   expresa   la   idea   del sufrimiento aliviado por la fe.
•Pleurante o doliente arrodillada rezando. Beneficia al muerto al tiempo que conforta al orante,
•Pleurante  o  doliente  depositando  una  flor  o  guirnalda  sobre  la tumba.  Ofrendas  que  son  una  demostración  de  cariño  que  no  puede  destruir la muerte. Signo de gratitud y de reconocimiento de los méritos del que  ha  partido,  lo  cual  adquiere  un  sentido  cívico,  si  se  trata  del  sepulcro de un personaje ilustre. 

Las Almas.





Según  Cesare  Ripa  (Perugia,  Italia,  1560-1645)  las  almas  debían  ser  representadas con una doncella “graciosísima” que debería tener el rostro cubierto de un finísimo y transparente velo, vestido claro y brillante; en los hombros, un par de alas y encima de la cabeza una estrella.  
• Figuras femeninas coronadas por una estrella, mirando hacia el cielo, con las manos juntas en actitud de oración.  (Adoratio Perpetua).
• Figuras femeninas con los brazos cruzados sobre el pecho, prontas a abandonarse al poder divino.
• Figuras femeninas señalando hacia arriba con los dedos.  No suelen tener alas, aunque hay sus excepciones. En ciertas ocasiones portan el áncora de la esperanza. 
Representación  del  alma  en  ascenso  al  cielo.    Conducida  por  un  ángel, si la escena se halla trabajada en relieve aparecerá sobre un fondo cuajado de estrellas y rayos solares.
Alma infantil, constituye un caso aparte. Son imprescindibles las alas,
significado de inmediata beatificación del niño, su transformación literal de angelito;  a  veces  las  alas  son  de  mariposa,  animal  que  para  los  griegos simboliza a  psikhé el aliento ó soplo vital.

Ángeles





Las  alas  son  atributo  exclusivo  de  los  ángeles,  mensajeros  y  guías celestiales que ayudan al ánima en su tránsito a la beatitud:  Los  ángeles  son  espíritus  puros,  es  decir  "libres  de  toda  materia", y por lo tanto de  naturaleza inmortal. Ellos existen para glorificar a Dios y ser sus mensajeros... de hecho su función más importante  es  ésta:  ser  el  nexo entre  Dios  y  el  Hombre,  y  en  segundo término proteger a los hombres y velar por su salvación.
La   mayoría   de   las   religiones   y   la   Teología   reconocen   su   existencia   desde   los   primeros   tiempos   a   través   de   escritos   bíblicos e históricos. Para la Iglesia Católica, los ángeles son una "verdad de fe".
A  veces  es  el  ángel  de  la  muerte  el  que  porta  la  espada  (Gabriel Mancera y esposa en el Panteón del Tepeyac, México, D.F.) o  se apodera del alma con gozo, que se antoja en ciertos momentos erotizada (tumba Oneto, Cementerio Staligeno, Génova, Italia).

* Ángel que desciende para llevarse las almas de los niños o con el fin de velar su sueño eterno.
• El   ángel   se   le   reservan   otras   funciones,   relacionadas   con   las   anteriores:
Psychopompos  o  conductor  de  almas  al  paraíso.
No  es  extraño que se orne la frente o el atavío del ángel con una estrella o con una banda estrellada, indicando el carácter de guía tutelar.
• El ángel apuntando con el brazo hacia lo alto, implicando consuelo a
los dolientes.
• Figura  de  ángel  con  la  trompeta,  vinculada  con  el  juicio  final  y  la revivificación de la carne.
• El ángel imponiendo silencio, llevándose los dedos de la mano a los
labios, o pareciendo meditar.
• El  ángel  con  una  actitud  de  dolor  o  de  plegaria.  Representado  a  través del ángel de la guarda popularizado en la época barroca.
•Thanatos.  Joven  alado  con  las  piernas  cruzadas,  que  porta  una antorcha invertida, representando con ello , la extinción de la vida.  
• Ángel  durmiente.    Resguardando  la  tumba  el  ángel  cae  rendido  y  entra en un profundo sueño.

Figuras sacras





. Las figuras de Cristo o de la Virgen no son tan abundantes como las de   las   almas   y   ángeles.   Aunque   esto   no   es   válido   para   todos   los panteones. Las referencias a Cristo son: La cruz, (martirio y triunfo, muerte y salvación).
El Crismón o símbolos eucarísticos de la vid y el trigo.  (La versión de la  iglesia  primitiva  consistía  en  una  “X”  atravesada  en  su  centro  por  la  I,  formando  de  este  modo  un  anagrama  que  correspondía  a  las  iniciales  griegas   de   Iesus   Xristos;   en   la   versión   que   surge   de   la   visión   constantiniana la “I” será sustituida por la P griega - el anagrama hace así referencia a las dos primeras letras de Xristos - además de que el conjunto quedará envuelto en un círculo).
En  esta  segunda  solución  hay  varios  matices  que  son  dignos  de  ser  analizados, el círculo es un símbolo solar que nos habla de Cristo como sol invictus. 
De igual manera, es obligado resaltar la actitud de culto y confianza en la palabra que el crismón supone: desde la existencia del anagrama como referente  inequívoco  de  la  persona  a  que  se  refiere,  hasta  el  alfa  y  la omega  -  que  posteriormente  le  adornarán  -  como  representación  del  alfabeto  completo  de  todo  lo  significativo  y,  como  tal,  de  todo  lo  que  es.   
Cristo aparece figurado bajo diferentes formas:
1.  De buen pastor infantil en tumba de niños.
2.  Bajo  la  advocación  del  sagrado  corazón  ya  sea,  señalando  con  la  diestra  su  pecho  abierto  (sugiere  la  idea  de  misericordia  y  perdón). 
3. Extendiendo las manos sobre el sepulcro, con gesto protector. 
Es raro encontrar en esta época (estilo Art Déco) a Cristo clavado en la cruz.
La  Virgen  suele  aparecer  en  relación  con  los  misterios dolorosos,  asociada a la pasión de Cristo, sea integrando el grupo de la piedad, sea afligida y solitaria al pie de la cruz (especialmente apropiado cuando una madre lo dedica a su hijo muerto). 
Escasean  las  imágenes  de  Santos  en  la  escultura  funeraria  del 
periodo analizado. 

Figuras alegóricas.





En el siglo XIX encontramos la personificación de virtudes, teologales
y  cardinales,  con  especial  presencia  de  las  primeras.    Vehículo  apropiado  para  hacer  referencia  a  las  actividades   y  realizaciones  profesionales  de  difuntos distinguidos
• Fe.  Es representada con una mujer portando una cruz o en algunas
ocasiones, un cáliz o una vela (cargando una lámpara de aceite). Su color  es  el  azul,  la  esmeralda  o  la  niñez.  En  algunas  ocasiones  San Pedro aparece a sus pies.
• Esperanza.   Frecuentemente aparece retratada en el arte con alas, o con  un  ancla  (antiguo  símbolo  de  la  esperanza).    A  veces  un  barco  en la cabeza -aludiendo al buen viaje- o con una canasta de flores.
•Caridad.   En el arte se tiende a representar esta virtud con una mujer dándole de comer a un niño. En la era Victoriana, aparecía queriendo mostrar un pecho. Dependiendo del escultor o del cliente, la caridad aparecerá  portando  una  flama,  una  antorcha  o  una  vela,  o  con  comida para el hambriento, o con ropa para el harapiento.
•Templanza.      Frecuentemente  aparece  con  un   jarrón  de  agua, 
mostrando el vivir limpiamente. Algunas veces con una brida (freno) a manera de control o una funda de espada.
•Prudencia.   Son pocas veces vistas en el cementerio a diferencia de
su presencia en la pintura. Tiene dos cabezas y a veces es retratada con una víbora o un dragón, los cuales no se adaptan con las demás virtudes.  Otras  ocasiones  aparece  viéndose  al  espejo.  Las  dos  cabezas  no  son  símbolos  de  vanidad,  sino  por  lo  contrario,  son 
utilizadas para preguntarse  sobre sí mismo.
• Fortaleza.   Descrita como una mujer guerrera, portando un palo, un casco y un escudo. Los escultores en los cementerios la retratan con una mano en la cadera en actitud resuelta, y con la otra portando una espada,  o  palo  largo.  También  aparece  una  columna  a  su  lado  en  alusión al templo filisteo destruido por Sansón.
•Justicia.    Generalmente  son  expuestas  en  los  palacios  de justicia,  más  que  en  los  cementerios.  Es  una  de  las  virtudes  más  fácil  de  identificar  ya  que  siempre  carga  una   balanza.  El  arcángel  que  porta  una balanza es Miguel. En la época barroca a la figura de la justicia le fue agregada la venda en los ojos, como símbolo de que no sería influenciada por ningún elemento externo.

Elementos anatómicos



• Cabezas, semejantes a las Pleurantes que, a manera de modillones,
adornan los ángulos de tumbas neogóticas.
• Cabezas aladas de los querubines, emblemas de la sabiduría divina.
• Corazón inflamado, indicando amor divino.
• Uso poco frecuente (siglo XX) de la calavera con las tibias o canillas
cruzadas.  Asociación  a  la  legendaria  tumba  de  Adán  en  el  calvario,  certidumbre de redención, vida eterna.

Animales

. Suelen desempeñar funciones de emblemas accesorios, por lo mismo son incapaces de sostener por sí solos una composición. Animales alados, como la mariposa y las aves, vinculados desde la antigüedad clásica con la idea de la volatilidad del alma y de su ascensión al cielo.
•La  serpiente  devorándose  a  sí  misma,  formando  el  círculo  perfecto del ourobolos  (serpiente que devora su propia cola), emblema de la eternidad. 
• El  caduceo.    Emblema  de  Hermes  (Mercurio),  es  un  pequeño  bastón  con  alas  en  la  parte  superior  en  donde  se  enrollan  en  sentido  inverso dos serpientes.
• Las  esfinges.    Monstruo  con  cabeza  y  pechos  de  mujer,  cuerpo  de  león  y  alas  de  ave;  los  egipcios  idealizaban  a  algunas  personalidades  o  divinidades  con  cuerpo  de  león  y  la  cabeza  del personaje  (generalmente  el  rey)  para  representar  la  fuerza  y  el  coraje. 
• Grifo. Han  sido  representados  por  más  de  tres  mil  años.  Estas 
fantásticas criaturas con cuerpo de león y alas de águila, tienen dominio sobre  la  tierra  y  su  cielo.  La  primera  vez  fueron  vistos  en  la  cultura  asiática y más tarde adoptadas por los persas y asirios. Se tiene como la  doble  naturaleza  de  Cristo,  humano  y  divino,  por  su  poderío  en  la  tierra y en los cielos.
• Pegaso.    Caballo  alado,  es  visto  con  el  simbolismo  de  la  intelectualidad  y  la  creatividad  poética.  Cuando  se  observa  un  Pegaso en    un    cementerio    simboliza    a    la    resurrección,    renovación    y    renacimiento.
• Oveja.  Asociada  a  la  figura  de  Cristo  niño,  como  alusión  a  la 
parábola del buen pastor. 
• Burro.   Cristo escogió a un burro para entrar a Jerusalén como símbolo  de  humildad,  paciencia  y  pobreza.    Elemento  esencial  en  la  representación de la Natividad.  En otras culturas tiene otro significado: Al   rey   Midas   le   fueron   dadas   orejas   de   burro   por   sus   defectos  espirituales.    En  Egipto,  la  leyenda  dice  que,  un  burro  rojo  era  una  de  las  bestias  más  peligrosas  que  un  alma  podía  encontrar  en  su  viaje  al  otro mundo.
• Oso.    Para  la  cristiandad  los  osos  simbolizan  regeneración.  Santa Eufemia, mártir cristiana, una vez arrojada a las bestias, estas no quisieron atacarla hasta que dicha santa rezando pidió a Dios morir en sus  garras.  Dicho  esto  un  oso  con  un  manotazo  la  mató,  sus  padres recogieron  el  cuerpo  completo  de  la   santa,  mismo  que  las  bestias  no  quisieron tocar.
• Gato.      En  la  iconografía  cristiana  el  gato  es  sinónimo  de  pereza, vicio, oscuridad y Satán. Algunas veces Cristo es retratado con gatos  en  lugar  de  víboras  a  sus  pies.  A  pesar  de  ser  considerado  una  criatura   negativa,   en   algunas   pinturas de   la   “Natividad”   aparecen   algunos gatitos. En otras culturas también el gato es visto como un ser de  maldad.  Los  chinos  consideran  al  gato  como  el  yin,  animal  con  poderes  maléficos  nocturnos.  Sus  defensores  aseguran  que  los  gatos  han  sido  malentendidos,  y  que  sus  supuestos  atributos  negativos,  son  borrados    por  sus  dotes  de  sigilo  y  de  astucia  (ver  tumba  “Ricardo”,  panteón de Montparnasse, París, Francia)
•Perros. Cerberos es el nombre, en la mitología clásica Griega, del  temible  perro  de  tres  cabezas  en cargado  de  vigilar  la  entrada  del  Infierno. Can  Cerbero  según  la  Enciclopedia  de  los  Símbolos  de  Udo  Becker,   “...a   todos   ellos   (difuntos)   los   recibía   moviendo   el   rabo  amistosamente, pero por lo general no admitía a ningún vivo, ni dejaba salir  a  ningún  difunto  una  vez  hubiese  entrado...”  es  evidente  que  el  símbolo  de  la  fidelidad  preside  el encuentro  de  la  imagen  del  perro  en  los  monumentos  funerarios. 
En general, son retratados en un sentido positivo.  Los perros, como los gatos negros, son supuestamente compañeros de las brujas.
•  Elefantes.  Habitualmente  son  vistos  en  tumbas  de  aventureros 
y    exploradores.  En  las  culturas  orientales  son  símbolo  de  fuerza,  longevidad,  felicidad  y  prosperidad.  En   el  cristianismo  suele  tener  el  mismo  pensamiento  sobre  este  animal.  Símbolo  de  la  castidad  porque  el  macho  se  mantiene  fiel  a  su  pareja  mientras  esta  espera  los  24  meses a su bebé.
• Caballos.  Es  un  animal  muy  “simbolizado”.    Pueden  tener  dos 
significados:  el  caballo  negro  representa  maldad,  y  el  caballo  blanco  representa al bien.  En la Biblia son asemejados a la lujuria y la codicia.
• Cordero. En  el  arte  funerario  los  corderos  generalmente  se  encuentran  en  las  tumbas  de  los  niños,  significando  inocencia.  Los  cristianos,  judíos  y  los  musulmanes,  solían  sacrificar corderos,  como  ritos de renovación.
• León.  Asociado  con  el  coraje,  la  majestuosidad  y  la  fuerza.  Frecuentemente  visto  como  guardián  en  los  portales  de  las  tumbas  y  mausoleos. En un plan más espiritual, el león simboliza la resurrección, de  acuerdo  a  una  creencia  Antigua :  un  bebé  león  nació  muerto,  pero  resucitó al tercer día, gracias al  aliento que le dio su padre.
• Buey.   Generalmente   retratado   en   natividades.   Simboliza   paciencia y fuerza. Desafortunadamente para el buey, ha sido utilizado para formar parte en los sacrificios. En  la antigua Grecia, el buey blanco era  sacrificado  para  el  dios  Zeus (Júpiter)  y  el  negro  era  dedicado  a  Hades (Plutón). En la Hecatombe se sacrificaron a cientos de bueyes.
• Ardilla. Frecuentan los cementerios, pero vivas. Son muy pocos  los ejemplos de ardillas en los monumentos funerarios. Se ha asociado a  las  ardillas  rojas  con  Satán  ya  que  opera  y  vive (el  maligno)  en  diferentes niveles.
• Venado. Simboliza  piedad  y  aspiración  religiosa.  Debido  a  sus  cuernos,  son  señalados  como  portadores  del  árbol  de  la  vida.  La  historia  del  romano  Placido  nos  dice  que  éste  se  encontraba  cazando  venados cuando vio a uno con los cuernos  en forma de cruz, por ello se convirtió al cristianismo.
Dragón. Es interesante el diferente significado que adopta este símbolo entre Oriente y Occidente. En Oriente, el dragón protege a los humanos de los malos espíritus y representa la alegría, la salud y la fertilidad . Sin embargo, en las culturas occidentales, el dragón posee los rasgos negativos de la serpiente, la destrucción, el peligro, la depravación, y la pérdida de la inocencia . En la tradición judía, bestias míticas como el dragón son criaturas mesiánicas . También, un dragón derrotado por San Jorge representa el triunfo sobre el pecado.
Sirenas.  Estas eran las mensajeras de Proserpina, y fueron enviadas para llevar las almas de los muertos al Hades.


Aves, peces e insectos

•Mariposa.  Es una figura frecuente en los cementerios. Las tres etapas de su vida: gusano, crisálida y mariposa, son asemejados a los símbolos de vida, muerte y resurrección.  Los japoneses asemejan a la mariposa  con  las  mujeres.  En  la  antigüedad  Psique  era  retratada  frecuentemente con alas de mariposa.
• Abeja. Los primeros cristianos tratando de idear un símbolo de fe,  lo  encontraron  en  las  abejas.    La  miel  representa  a  Cristo.  Su  hibernación se asemejaría a la resurrección. 
• Grulla. Generalmente   colocadas   en   la   parte   alta   de   los   mausoleos   y   monumentos   funerarios,   ya   que   es   un  símbolo   de  vigilancia, lealtad y buen trabajo.  La lealtad va en función al círculo que hacen alrededor de su líder al anochecer. Los viajes migratorios de la grullas se asemejan a la resurrección en la cultura cristiana.  En China, la grulla simboliza longevidad (e inmortalidad).
• Paloma.  Son  de  los  animales  más  vistos  en  los  cementerios.  Frecuentemente  retratados  en  diferentes  poses,  como  por  ejemplo  portando  en  su  pico  una  rama  de  olivo,  como  referencia  de  la  paloma  que mandó Noé desde su barca para buscar tierra.  Símbolo de pureza y paz. También insignia del espíritu santo. 
• Libélula. Comparte   con   las   mariposas   algunos   de   sus   características:  belleza,  inmortalidad  y  regeneración,  y  otros  más:  luz,  elegancia  y  velocidad.    Comen  gran  cantidad  de  mosquitos  y  de  gusanos.    Aunque  en  algunas  culturas  se  le  ha  relacionado  con  el  demonio.
• Águila. Sin lugar a dudas el águila es uno de los animales que representan  más  poder.  En  el  arte  funerario  encarna  la  resurrección  y  el  renacer:  el  águila  vuela  hacia  el sol.    “La  flor  de  lis  y  el  águila  fueron  símbolos  que  acompañaron  a  la  expansión   del   Sacro   Imperio   Romano   Germánico   formado   por   Carlomagno y la Iglesia Católica. Lo que en un futuro se fragmentaría en la monarquía  francesa,  que  adoptaría  el  símbolo  de  la  flor  de  lis,  y  la  monarquía alemana, que adoptaría el del águila”.
• Águila  de  dos  cabezas.  El  águila  siempre  ha  sido  relacionada  con  el  poder  y  el  respeto.    Águilas  con  dos  cabezas  representan  el  doble  de  poder  y  respeto.  Es  uno  de  los  símbolos  más  arcaicos  de  la  humanidad.  Antiguamente  era  un  símbolo  de  los  hititas.  Más  adelante los  europeos  la  adoptaron  como  símbolo  en  las  cruzadas.  Finalmente  fue  incorporado  al  uniforme  imperial  de  Rusia  y  Austria.  Los  libresmasones añadieron esta figura a su vasta lista de símbolos. Además de representar  poder,  simboliza  una  naturaleza  dual  de  la  unidad,  lo  cual  es  especialmente  apropiado  por  su  viaje  (de  oriente  a  occidente.)   
•Halcón.  En  las  pinturas  renacentistas  generalmente  aparecen  sobrevolando  los  mercados  de  carnes,  señalando  con  esto,  que  las  personas  no  están  pensando  con  la  cabeza,  sino  con  el  estómago. Actualmente  el  halcón  ha  estado  relacionado  con  acciones  de  guerra,  por lo que es lo opuesto al significado que guarda la paloma. 
•Búho  o  lechuza.  Símbolo  de  sabiduría  y  de  vigilancia.  Se  le  considera  un  atributo  de  Cristo  y  las  descripciones  de  la  crucifixión  generalmente aparece un búho en ella (como Cristo tuvo la habilidad de guiar a la humanidad en la oscuridad). En China consideran al búho con una  hiperabundancia  de  la  energía  del  yang.   
• Perdiz.    Dependiendo  de  donde  sea  representado  la  perdiz,  será su significado.  En las tradiciones cristianas la perdiz representa la encarnación  del  demonio  y  simboliza  la  tentación.  En  realidad  cuando  se  ve  a  un  perdiz  en  alguna  tumba  o  monumento,  este  no  simbolizara  nada, solo será parte del decorado.
• Pavo  real.  Generalmente  decora  las  tumbas  en  Europa,  no  así 
en  América.    Esta  ave  simboliza  la  inmortalidad  puesto  que  la  leyenda  dice  que  su  carne  nunca  decae.    La  “multitud”  de  ojos  que  tienen  las  plumas  del  pavo  real,  representan  los  múltiples  ojos  de  Dios.    Algunas  ocasiones aparecen dos pavoreales tomando del cáliz. La leyenda dice que tienen habilidad para matar serpientes y transformar su veneno en los colores de su plumaje.
• Gallo. Representa  vigilancia,  guardia  y  coraje,  por  su  grito  tempranero.  Lamentablemente ha sido utilizado para realizar diferentes sacrificios.  Algunas  veces  su  sangre  ha  sido  utilizada  para  fertilizar  al  sol.
• Pájaro   carpintero.   Se   le   tiene   como   un   ave   con   poderes  
proféticos.   En   las   tradiciones   romanas   la   figura   de   esta   ave   es   significativa,  debido  a  que  les  llevó  comida  a  Rómulo  y  a  Remo. 
• Ave   fénix.      Representa   el   renacimiento,   resurrección   y   transformación.  Los cristianos empezaron a utilizar el ave fénix en sus tumbas  desde  el  primer  siglo  después  de  Cristo.  Aparece  en  escenas  de  la  crucifixión.  Sus  raíces  provienen  desde  el  antiguo  Egipto.  El  macho y la hembra representan un matrimonio feliz.
• Delfín.  En  la  cultura  cristiana  es  uno  de  los  animales  marinos 
más  retratados.    En  los  monumentos   funerarios  frecuentemente  esta  enlazado  a  el  ancla,  el  cual  fue  un  temprano  disfraz  de  la  cruz.    Simbolizan salvación, transformación y amor.
• Pez.   Es   uno   de   los   más   comunes   símbolos   cristianos.      Pescado,  vino  y  pan  representan  la  eucaristía  y  La  última  cena  en  el  arte    Cristiano.    Fue    utilizado    como    código    secreto    durante    la    persecución de los romanos a los judíos.
• Concha. Símbolo del bautizo de Cristo. Hasta ahora en algunas pilas  bautismales  podemos  observar  conchas  incorporadas  al  diseño.  En algunas ocasiones el agua que se coloca en la cabeza del bautizado es tomada en una concha. En algunas culturas la concha representa a una  diosa  (La  Venus de  Botticelli).    La  concha  en  algunas  ocasiones  porta una perla asociada con la buena suerte y la prosperidad.
• Ballena.    Yahvé   ordenó  a  un  gran  pez  que  tragara  a  Jonás,  y  Jonás  estuvo  tres  días  y  tres  noches  en  el  vientre  del  pez.    Entonces  Jonás  dirigió  esta  oración  a  Yahvé,  su  Dios,  desde  el  vientre  del  pez:  “En mi angustia llamé a Yahvé y me  respondió, grité desde el lugar de los  muertos  y  tú  oíste  mi  voz.  Me  habías  arrojado  en   el  corazón  del  mar”,  entonces  Yahvé dio  orden  al  pez  y  éste  vomitó  a  Jonás  sobre  la  tierra.      Por  segunda  vez  la  palabra   de  Yahvé  llegó  a  Jonás  y  le  dijo:  “Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y anuncia lo que yo te diga.”  Se levantó Jonás y fue a Nínive, como se lo había ordenado Yahvé.





Reptiles y anfibios.

• Rana. Se pueden encontrar como un  elemento primordial en las tumbas.    Y  Dios  le  dijo  a  Moisés:  “...  ve  con  el  faraón  y  dile  que  le  mandaré inundar su pueblo de ranas”.  Espíritus impuros (ranas), salían de la boca del dragón, de la bestia también salían ranas.
• Serpiente. Tiene presencia en las tumbas desde el siglo XIX, en donde  las  víboras  literalmente  se  comen  su  cola,  como  símbolo  de  su  inmortalidad. Se dice que tenemos miedo de las serpientes porque aun retenemos  parte  del  cerebro  de  ellas  que  controla  nuestras  más  primitivas     emociones.    
Ouroboros,      símbolo     de     eternidad     y     rejuvenecimiento.  Estas  imágenes  pueden  ser  encontradas  en  el  viejo Egipto, donde era simbolizado como el ciclo diario del sol; significando que para todo final, hay un nuevo comienzo.
• Tortuga.  Es utilizada como un elemento meramente decorativo. Aunque  puede  representar  virtudes  como  la  longevidad,  paciencia,  durabilidad  y  fuerza.    De  igual  manera  puede  ser  vista  de  forma  negativa: pereza y clandestinidad. No es extraño encontrar una tortuga “deteniendo”  las  esquinas  de  las  tumbas  o  mausoleos.  En  algunas  culturas, las tortugas se muestran cargando al mundo entero.

Plantas

Flores y vegetales. Las flores cubren a las tumbas y serán ellas portadores  de un lenguaje oculto.  Nos  recuerdan  tenazmente,  la  belleza  y  la  fragilidad  de  la  vida. 
Dentro  de  los  muchos  amores  que  tuvo  Apolo,  uno  de  sus  mayores  romances fue con: 
• Acanta,  el  espíritu  del  árbol  de  acanto.  Tras  su  muerte,  fue  transformada  por  Apolo  en   una  hierba  amante  del  sol.    Aparece  en  el  capitel de las columnas corintias. Triunfo final de la vida eterna.
•    Guirnaldas.   Parte   significativa   de  las  pompas  fúnebres.  En  la  antigüedad  al  difunto  se  le  ceñía  con  guirnaldas  y  sobre  su  pira  se  depositaban estas en abundancia. La guirnalda o corona vegetal estaba ligada a los placeres del banquete. La idea del triunfo de la vida virtuosa sobre la muerte. Algunas coronas que figuran en círculo perfecto formado por multitud de  esferas  pequeñas  representan  las  coronas  de  abalorios  (piedritas  ó  cuentas).    La  flor  es  antiguo  signo  de  las  dichas  que  el  alma  experimenta  en  el  jardín  paradisíaco. La  flor  ha  servido  durante  siglos,  como  metáfora  de la breve y vana belleza de la vida humana.
•    En  general,  las  rosas,  azucenas,  lirios  del  valle,  margaritas,  Pasionarias,  nomeolvides,  alcatraces  y  amapolas  están  relacionadas  con el sueño, el reposo, seguro y eterno.
• Flor de campana o campanilla.  Constancia y gratitud.
• Lirio.    Significa  majestuosa  belleza  y  matrimonio.   
• Crisantemo.  Símbolo de  longevidad, inmortalidad debido a que su denso cuerpo dura hasta el otoño.
• Trébol.  Símbolo de la Trinidad. Supuestamente San Patricio lo llevó    a    Irlanda    para    convertirlo    en    símbolo    de    la    Trinidad. Independientemente antes del Cristianismo los celtas utilizaban al trébol como símbolo de vitalidad, por su abundante crecimiento.
•  Ciclamen, violeta o monja sangrante. Los primeros cristianos lo tomaron como símbolo de la sangre del corazón de María.
• Narciso.    Atributos  de  renacimiento  y  resurrección.  atributos  negativos de la vanidad y del amor a sí mismo.
• Margaritas y   corderos,   generalmente   en   tumba   de   niños.  
Significa la inocencia del niño Jesús.
• Onagra.  Se abre en la tarde y se cierra a  media  mañana.  Representa  el  amor  eterno,  memoria,  juventud,  esperanza,  tristeza. 
• Helecho. Símbolo de humildad y sinceridad.
• Hibiscus   de  familia  de  las  malves, representa brevedad de vida.
• Iris  o  flor  de  lys.  En  la  mitología  Griega.  era  mensajera  de  los  dioses.  Algunos  autores  consideran que el símbolo de la flor de lys podría ser el primer emblema adoptado  por  la  Iglesia  Católica. 
• Laurel.  Usualmente utilizada en forma de corona, representa la victoria,  eternidad,  inmortalidad. 
•  Azucenas  del  valle. Símbolo  de  pureza,  inocencia  y  virginidad.  Unido  a  ello  para  cuestiones  funerales  es  utilizada por su olor. Son de las primeres  flores en los valles en florecer, por lo mismo también representa la resurrección.
• Loto.  Símbolo  de  pascua  y  de  las  culturas  egipcias,  como  la rosa  en  la  cultura  occidental.  La  flor  de  loto  abre  sus  flores  a  la  salida del sol, y la cierra a la caída del mismo. Simboliza la pureza y limpieza perfecta.
• Alba. Símbolo de la resurrección porque cierran sus pétalos de noche y los abren con la llegada del sol.
• Pensamientos- fueron  ampliamente  cultivadas durante el s. XIX, época dorada de los cementerios. Símbolo de  remembranza.    Generalmente  se  graban  en  los  pétalos  algún  sentimiento (pensamiento) por el ser perdido.
• Pasionaria. Símbolo  de  la  pasión,  redención  y  crucifixión  de Cristo.
• Amapolas.   Debido   a   su   poder   narcótico,   es   comúnmente asociada con el sueño y muerte, y con Morfeo, Hyphos. El color rojo de alguna de sus flores es usado como símbolo de la sangre, y muerte. Como el significado de la amapola da mucho de sí, os pongo el enlace a ésta entrada, donde lo podréis encontar desarrollado:

http://terradesomnis.blogspot.com.es/2015/11/el-consumo-del-opio-y-su-presencia-en.html


• Rosas. Reina de las flores por su belleza, aroma y longevidad. 
La  rosa  roja  simboliza  martirio,  mientras  que  la  rosa  blanca  significa pureza.  Algunas veces la virgen María es llamada la rosa sin espinas.
• Girasol. Es extraño observar girasoles en las tumbas. Aunque si  aparecen se deberá entender que la luz que guía a la flor son los rayos del sol, es decir la luz divina.
• Cardo. Simboliza tristeza y el dolor.
Hojas de roble y bellota.Las hojas de un roble, o el fruto en sí en una lápida simbolizan poder, autoridad y victoria. En la cultura nórdica y celta, las bellotas simbolizan la vida , la fertilidad y la inmortalidad . Los Druidas comían bellotas , creyendo en sus cualidades proféticas , y las bellotas eran el fruto sagrado del dios Thor , cuyo árbol de la vida fue el roble. Las bellotas y las hojas de roble juntas simbolizan la protección

Árbol.




Las imágenes arbóreas, pueden ser árboles completos o aparecer con una o varias ramas desgajadas. Los troncos de los árboles desprovistos de ramas y hojas poseen una antigua connotación del árbol de la vida.
*Tronco. Una lápida en la forma de un tronco de árbol es un símbolo de la brevedad de la vida. El fallecido tuvo una vida corta y murió de repente.El número de ramas rotas que aparecen en el tronco de un árbol puede indicar familiares difuntos enterrados en ese lugar. 
•  Sauce llorón. Sigue floreciendo aunque se le corten las ramas.
Costumbre occidental de plantar un sauce al lado del sepulcro del ser
querido.
• Palmera. La verde y altísima palma. Sus hojas están asociadas con la idea de victoria, símbolo de Cristo y de los mártires que triunfan sobre el pecado.
• Hiedra,  Laurel,  olivo,  trigo  y  vid.    Esta  vegetación  ornamental 
permite  realizar  follajes  caligráficos  que  componen  frisos, separan  inscripciones,  circundan  y  ornan  letras,  es  decir  poseen  una  función  tipográfica.
• Ciprés.  Algunas veces considerado el árbol de la vida. También ha sido asociado con la muerte y la inmortalidad desde tiempo de los paganos.  Simboliza longevidad, resurrección e inmortalidad.
• Higuera. Una de las primeras plantas mencionadas en la Biblia.
La higuera es considerada símbolo de lujuria y sus múltiples semillas,
como símbolo de fertilidad.
• Maté, o árbol santo (ilex). Siempre verde, por lo mismo inmortal.
Se  ha  dicho  que  de  esa  madera  fue  hecha  la  cruz  en  la  que  fue  crucificado Jesús.
• Roble  (bellota).  Como  el  huevo,  simboliza  la  prosperidad  y  la abundancia  de  frutos.  Como  símbolo  religioso  puede  ser  visto  al  final del  cordel  del  sombrero  del  cardenal,  que  representa  el  poder  del  crecimiento espiritual de la fruta de la verdad.
• Hojas  del  roble.  El  roble  es  el  rey  de  los  árboles,  así  como  el León  es  el  rey  de  la  selva.    Puede  simbolizar  muchas  cosas:  fuerza,  dureza, eternidad, libertad, humildad, fe y virtud.  Símbolo cristiano de la fe en tiempos de adversidad.
• Ramas del árbol de olivo.  Es el árbol mas señalado en la Biblia. La  figura  de  la  paloma  con  una  rama  de  olivo,  simboliza  que  el  alma  del difunto ha partido con la paz de Dios.
• El  árbol  de  la  palma.  Los  romanos  usaban  palmas  como símbolo  de  victoria.  El  cristianismo  lo  adaptó  para  designar  martirio,  triunfo sobre la muerte y por extensión el triunfo del creyente sobre la muerte.
• Pinos.    Sus    piñas,    son    símbolos    de    hospitalidad,    de incorruptibilidad  y  de  inmortalidad.  El   árbol  siempre  verde  y  su  resina  resistente, representan la incorruptibilidad.
• Espinas.      Simbolizan   dificultades,   pecados.  Los   soldados  romanos  pusieron  sobre  la  cabeza  de  Cristo  una  corona  de  espinas,  como  una  sátira  de  la  corona  de  rosas  que  se  le  colocaba  al  emperador.
• El  árbol  de  la  vida.  Todas  las  culturas  tienen  algún simbolismo  conectado con los árboles. Y casi todas tienen un árbol de la vida. Sus raíces  representan  el  inframundo,  sus  brazos  y  tronco  representa  los  asuntos  mundanos,  y  las  partes  altas  de  sus  brazos  representan  al  cielo.
• Hiedra. Eternamente  es  verde,  aun  en  condiciones  severas; esta  asociada  con  la  inmortalidad  y  la  fidelidad.  La  hiedra  se  detiene  de un soporte, que lo hace un símbolo accesorio, de amistad y de gran afecto. Sus hojas con 3 picos hacen un símbolo de la Trinidad.
• Filodendro.  Es  un  símbolo  decorativo  más  que  un  símbolo  que 
evoque  grandes  cualidades.    El filodendro  es  una  planta  trepadora,  tóxica, de gran adaptabilidad.
• Granado o su fruto la granada. El  cristianismo  la  adaptó  por  sus 
características    rejuvenecedoras,    simbolizado    en    el    arte    como esperanza de inmortalidad y de resurrección.

Frutas, granos y vinos.




• Manzana. La vida humana sería muy diferente si no fuera por la manzana. Algunos artistas han puesto una manzana en las manos de
María madre de Dios, símbolo de pureza.
• Maíz.  Símbolo  de  fertilidad  y  renacimiento. 
• Uvas  y  racimos.     Representan  el  vino  eucarístico,  que  es símbolo de la sangre de Cristo. En  las tumbas  aparecen combinadas
los racimos de uvas con espigas de trigo.  El vino y el pan son la combinación de la representación de la sagrada comunión.
•  Vino.  Es  uno  de  los  símbolos  más  poderosos  de  la  relación entre Dios y el hombre.
• Trigo.  Asociado  con  la  inmortalidad,  considerado  como  un regalo de Dios al hombre.  Los antiguos sacerdotes griegos y romanos esparcían  harina  de  trigo  en  las  cabezas  de  sus  víctimas  antes  de  sacrificarlas.
•  Semilla de amapola. Significa vida eterna.
• Concha venera. Necesidad que tiene el peregrino de agua para el camino 

Miscelánea

*Calavera alada. Especialmente popular en los siglos XVII Y XVIII, la calavera alada representa la fugacidad de nuestra existencia y el alma entrando en la otra vida. Hay muchísimas variaciones de este motivo, ya que dependen de la inspiración del escultor y del país en el que se encuentren.

*Reloj alado. Parecido a la calavera, el reloj de arena indica lo inevitable de paso del tiempo, a veces, literalmente volando.
*Manos unidas. Las manos son comunes en las tumbas, bien apuntando al cielo, o hacia la tierra como para entregar un mensaje divino a los que se quedan. Este símbolo de dos manos que están unidas entre sí como en una despedida de la que no quieren separarse, suelen colocarse en las tumbas de parejas en las que uno fallece y el otro no.
*Antorchas invertidas. Una antorcha encendida representa la vida, la inmortalidad y la vida eterna. Por el contrario, una antorcha invertida representa la muerte o el paso del alma a la otra vida.En general, la antorcha invertida también lleva la llama, pero incluso sin la llama sigue representando una vida extinguida.
*Urna tapada. Después de la cruz, la urna es uno de los monumentos del cementerio más comúnmente utilizados. El diseño representa una urna funeraria, y se cree que simbolizan la inmortalidad.
La cremación era una manera rápida de preparar a los  muertos para su entierro. En algunos períodos, especialmente los tiempos clásicos, era más común que el entierro. La forma del recipiente en el que se colocaban las cenizas podía tener forma  de una caja simple o un vaso de mármol, siendo en cualquiera de sus aspectos una “urna”, derivado de la palabra “uro” en latín, que significa “quemar “. Este tipo de símbolo funerario es muy común en los cementerios Victorianos.
A medida que el entierro se convirtió en una práctica común mas, la urna se siguió asociando estrechamente con la muerte.
La representación de la urna se cree por lo general que es para dar fe de la muerte del cuerpo y el polvo en el que se convertirá, mientras que el espíritu de los difuntos descansa eternamente con Dios. La tela cubriendo la urna custodia simbólicamente las cenizas.
*Libro abierto- Un libro sobre una lápida también puede representar el aprendizaje, un erudito, una oración, la memoria, o alguien que trabajó como escritor, vendedor de libros, o el editor. Libros y pergaminos también pueden representar los evangelistas.
*Puertas abiertas. Puertas y vallas abiertas son símbolos relacionados con el camino al cielo, el dejar la tierra mortal para vivir en la grandeza de después.
Corona y cruz. Simboliza la victoria y el Cristianismo. Una corona sola significa el logro del alma y la gloria de la vida después de la muerte.
• Globo asentado sobre libros y lámpara encendida. Las luces del conocimiento mundano no se pueden comparar con las del verdadero conocimiento.
• La  Estrella  es  la  guía  para  los  viajeros,  a  la  vez  que  posee  un  significado de pureza, constancia e inmortalidad.
• Las  almas  que  ascienden  al  cielo  se  destacan  en  los  relieves sobre un fondo de estrellas y nubes, representando una escenografía simbólica  del  viaje  celeste, signos  de  desdén  del  mundo  y de una inspiración a la iluminación divina y a la inmortalidad.




“El animal no sabe que morirá, el ser humano sí lo  sabe.  Por ello, lo que en el animal es despliegue espontáneo de vida e instinto de conservación, en el ser humano es deseo de  vivir.  Todas  las  creaciones  de  la  historia  humana  representan  la  voluntad  de afirmación de la vida contra el horror de la muerte.  En ellas el individuo busca arrancar de las garras de la muerte algo de la propia individualidad que se mantenga vivo en la memoria de los seres humanos o en la presencia de obras, recordatorio de su paso por la tierra”.
De entre los muchos materiales utilizados para la realización de éstas entradas, todos ellos sacados de la red, quisiera destacar por su gran conocimiento y utilidad la tesis doctoral de Maria Isaura Wiencke Olivares "La presencia en piedra del ArtDeco funerario".



Como siempre deseo que os haya sido útil e interesante.