dimarts, d’octubre 11, 2016

LA EXPERIÉNCIA SUPREMA: LA CONSCIENCIA CÓSMICA.

Retírate en ti mismo y contempla.  Y si no te encuentras hermoso, imita al creador de una estatua, que la esculpe para que lo sea; aquí mutila, allí pule; ilumina esta línea, sutiliza aquella otra, hasta que la estatua aparece bella.  Hazlo tú también; despréndete de lo excesivo; endereza lo torcido; ilumina lo sombrío; trabaja para inflamarla de belleza y no ceses de cincelar tu estatua hasta que sobre ti brille el divino esplendor de la virtud, hasta que percibas la bondad final que mora seguramente en el tabernáculo sin mácula. Plotino, sobre la Belleza.

“Pareció como si el cielo se abriese y descendieran rayos de luz y gloria. No duró sólo un momento, sino todo el día y la noche, pareció como si mi alma se inundara de luz y gloria y oh, cuál fue la transformación que se operó en mí y en todas las cosas… Todo el mundo parecían transformados". Willian James.

"Era una mañana de principios de verano. Una neblina plateada resplandecía y temblaba entre los tilos. El aire estaba repleto de su fragancia. La temperatura era como una caricia. Recuerdo -no necesito recordar- que me subí a un árbol, me quedé perplejo y me sentí de repente inmerso en ELLO. No lo llamé así. Las palabras eran innecesarias. Ello y Yo éramos sólo uno". Bernard Berenson.



Cientos, miles, posiblemente cientos de miles o quizás millones de personas en todo el mundo, se preparan de una u otra manera, para celebrar la próxima Luna Llena, o el festival de Sahmain. Tal vez los que vivimos éstos momentos de crísis y renovación, no nos damos cuenta del cambio radical de paradigma que se está produciendo de manera imparable.
Tal vez, repito, los rituales ancestrales, vuelvan a ser actuales. A lo mejor, la vieja danza alrededor de una hoguera, para solicitar la ayuda de los antiguos dioses, o de la Gran Madre, no era -como nos decían los científicos y supuestos estudiosos de lo  sagrado-, sólo algo propio de una mentalidad primitiva, supersticiosa, cargada de mágia e  ignoráncia. 
Porque desde afuera de los márgenes de nuestra visión, de lo comúnmente aceptado, una nueva imágen del Universo se está gestando. En el pasado, hemos ido abandonando la creencia en un Universo máquina, creímos entonces en un Multiverso, incluso en múltiples Multiversos y ahora se va consolidando la idea de un Omniverso fractal, más semejante a un ser vivo que a la máquina newtoniana.




Quien sabe si como dicen los sabios, los grandes telescópios espaciales, nos mostrarán finalmente, el auténtico rostro de la divinidad, esa feliz ballena cósmica que entre Todo formamos, de la que nos hablan los pueblos aborígenes australianos.
Hace unos días la siguiente noticia llegó a mis pantallas interiores:
“Científico investiga la posibilidad de que las estrellas sean seres conscientes”. Y seguía: “La idea de que los cuerpos celestes tienen conciencia resulta disparatada para la ciencia establecida, pero no para la religión y la filosofía hermética que desde hace miles de años han estudiado secretamente esta posibilidad. Decirle a un científico que el Sol tiene conciencia de sí mismo y posee una voluntad sería inmediatamente recibido como la declaración de una conciencia primitiva, enteramente animista, que la ciencia se enorgullece de haber superado hace siglos. Y sin embargo esta intuición poética de una inteligencia cósmica ha atravesado el tiempo, reapareciendo en mentes diversas, resistiéndose a ser domesticada, como una salvaje conexión con lo que el poeta Allen Ginsberg llamó  ”la estrellada dinamo de la maquinaria de la noche”. Las voces de las estrellas en nosotros son difíciles de callar del todo.
Ahora resurge dentro de la misma ciencia legitimada que ha sanitizado las ideas, pero que ante la inconmensurabilidad del cosmos y las propiedades “espectrales” de la materia subatómica, de vez en cuando debe recurrir a la imaginación para intentar entender el universo. 






El Dr. Gregory Matloff, académico del New York City College of Technology, plantea la hipótesis de que la conciencia estelar podría resolver el enigma de por qué las estrellas giran alrededor de los centros galácticos a una velocidad superior a la que se esperaría si solo se cuenta la materia observable del universo. Generalmente se conjura la existencia de la materia oscura para explicar el movimiento estelar, pero la materia oscura permanece elusiva e indetectada por lo pronto materia de ciencia ficción. Matloff se sirve de la ciencia ficción para proponer una teoría de la conciencia estelar para explicar la velocidad de las estrellas: en su novela Star Maker, Olaf Stapledon juega con la idea de que las estrella podrían tener una forma de conciencia. Matloff considera plausible, aunque acepta que no existen pruebas concluyentes, que las estrellas mantienen su posición galáctica a través de la acción volitiva, apelando al efecto Casimir como explicación generadora esta conciencia estelar”. Luego desarrollaba las argumentaciones más profundamente, como podéis ver aquí: (https://djxhemary.wordpress.com/2012/06/17/cientifico-investiga-la-posibilidad-de-que-las-estrellas-sean-seres-conscientes/)
Para aquellos que como yo mismo, hemos vivenciado la llamada hipótesis Gaia, el que algunos científicos empiecen a plantearse la realidad del Omniverso, no es más que un paso necesario en la explicación de la realidad de todo lo que nos rodea.
Veamos si podemos comprender una explicación del denominado Omniverso: “Al principio de este documento describí un paisaje idílico, un estanque, para ilustrar el punto de partida de estas teorías. 




En este estanque, de vez en cuando llueve y se forman gotas de agua que caen en la superficie del estanque generando ondas, cada una de ellas un universo.
Pero otras veces no llueve, y otras llueve tanto que la superficie del estanque es tan caótica que no se pueden apreciar las ondas individuales.
Pero el estanque es solo una pequeña parte del paisaje en un universo infinito y en él hay también grandes extensiones de rocas, y bosques, océanos y volcanes. Sólo pueden formarse ondas individuales en puntos muy precisos y localizados de la superficie terrestre y sólo durante períodos de tiempo bastante reducidos.
El Omniverso será similar, habrá miles, millones, quizás infinitas estructuras y distribuciones de masas y estructuras totalmente inimaginables para nosotros, pero en determinados lugares del Omniverso, y en períodos limitados, cuando se cumplen determinadas condiciones, aparecen membranas de un número determinado de dimensiones donde de vez en cuando se generan universos más o menos similares al nuestro.
¿De dónde vienen las perturbaciones que los generan?
¿De dónde vienen las gotas de lluvia que generan ondas en un estanque?
Para los hipotéticos habitantes de esa onda sería completamente imposible imaginar un universo como el nuestro, en el que las ondas nacen de gotas de agua condensada en la atmósfera después de haber sido traídas por el viento desde la superficie de un mar donde las radiaciones solares han disociado y evaporado trillones de moléculas de agua.
Igualmente, para nosotros es completamente imposible descubrir como es el paisaje del omniverso donde se ha formado nuestro universo y descubrir cómo se produjo la perturbación que lo creó.
Quizás algún día podamos descubrir alguna información sobre la zona del omniverso en la que hace 13.700 MM de años surgió nuestro universo, quizás podamos empezar a vislumbrar qué pudo causar esta perturbación, esta onda en la que existimos”. (http://www.maslibertad.com/Universo-Onda-Como-es-el-Omniverso_p120.html)




Pero volvamos al artículo que mencionábamos al inicio. Veíamos que decirle a un científico que – por ejemplo- el Sol tiene conciencia de sí mismo y posee una voluntad sería inmediatamente descalificado como algo arcaico ya superado. Y sin embargo esta intuición poética de una inteligencia cósmica ha atravesado el tiempo, reapareciendo en mentes diversas, resistiéndose a ser domesticada…
“En otras palabras, la conciencia sería una propiedad emergente del vacío cósmico, el cual se comporta de la misma forma que las partículas discretas de energía (quantums). Este pampsiquismo –teoría que nos explica que Pampsiquismo, del griego pan (todo) y psyje (alma), es un término que designa aquellas doctrinas filosóficas y religiosas que sostienen que toda realidad tiene una naturaleza psíquica y es de algún modo anímica, y que las cosas "materiales" solo son manifestaciones de la psiqué- tendría diferentes interacciones, de mayor o menor fuerza, según la complejidad de las moléculas que se forman. El “yo” que identificamos con la conciencia no es una propiedad fundamental de ésta sino una consecuencia de una forma de autopercepción de la misma.: la conciencia existe antes y más allá de un ente que la integre o identifique como suya.
Matloff se cuestiona cómo comunicarnos con estas hipotéticas inteligencias estelares cuyas vidas son tan largas que un siglo nuestro les parecería menos de un segundo. 
Rupert Sheldrake, añade: “Nuestro acercamiento a un nuevo paradigma científico (ya no mecánico) es con la idea del universo como un organismo viviente. El Big Bang describe el origen del universo como una pequeña, indiferenciada unidad. Luego el universo evoluciona y crece y nuevas formas y estructuras aparecen a su interior. Esto se da más como un organismo que como una máquina. La vieja idea de la Tierra muerta ha dado paso a Gaia, la idea de la Tierra viviente. La vieja idea del universo sin creatividad, ha dado paso a la evolución creativa. Primero en el reino de las cosas vivas, por Darwin, y ahora vemos que todo el cosmos está en proceso de evolución creativa. Así que si todo el universo está vivo, si el universo es como un gran organismo, entonces todo lo que contiene se entiende mejor como organismos que como máquinas”.
La segunda pregunta que viene a la mente es: bueno, si el universo está vivo, si los sistemas solares y las galaxias y los planetas están vivos, ¿también están conscientes? 
Así que si llegamos a la idea de muchas formas distintas de conciencia, si la galaxia tiene vida y conciencia, entonces debería de tener una conciencia mucho mayor que la nuestra —mayor en extensión, mayor en sus implicaciones y poder y mayor en la expansión de su actividad.




La idea de que los planetas pueden ser seres conscientes es central a la mayoría de las religiones primitivas: se concibe a la naturaleza como un ser inteligente, con el cual se puede establecer una comunicación (y marca un ritmo) o es una Gran Madre que provee alimento material como espiritual (las almas son como ramas de un árbol invisible cuya raíz está en el centro de todas las cosas)”.
Pero resulta que éste Omniverso, ésta Gran Madre, no sólo es una quimera de algunos científicos, de unos pocos místicos, sino que ha estado vivenciado por decenas, cientos quizás miles de seres humanos, aunque lo hayan denominado de diversas maneras: Dios, el Yo Absoluto, la Consciencia Cósmica…
Decíamos al principio de ésta entrada, que miles de personas de todo el mundo, están ayudando con sus meditaciones, rituales, celebraciones a la forja del nuevo paradigma, en él, la consciencia cósmica, está absolutamente presente, sea como ideal, como objetivo postrero, sinónimo de iluminación.
Veamos, lo que se nos explica del autor de la expresión “Conciencia Cósmica”: “Ocurrió en un viaje de Bucke a Londres en 1872. En aquel tiempo él ejercía de médico en Canadá  y estaba casado con Jessie Gurd desde el 1865, con quien llegaría a tener ocho hijos. Posiblemente por motivos profesionales le encontramos en Londres. Una noche visitó a unos amigos, al parecer también amantes de la poesía. La velada estará marcada por la lectura de poemas: de Keats, de Shelley y, sobre todo, de Walt Whitman. 






Que Bucke se hallaba inspirado y con una notable elevación de espíritu cuando se despidió, parece evidente. Pero no suficiente para justificar lo que a los pocos minutos le sucedió. Estaba en el coche de caballos que le llevaba de vuelta a su habitación. Se sentía muy distendido mientras recordaba momentos dichosos de aquel encuentro con  amigos y versos. Él contó así lo que al poco le sobrevino: “De súbito, sin aviso de tipo alguno, me encontré envuelto en una nube del color de las llamas. Por un momento pensé que había fuego, una inmensa fogata en algún lugar cerca de la ciudad; más tarde pensé que el fuego estaba dentro de mí. Inmediatamente me sobrevino un sentimiento de alegría, de felicidad inmensa acompañada o seguida de una iluminación intelectual imposible de describir. Entre otras cosas, no llegué simplemente a creer sino que vi que el universo no está compuesto de materia muerta, sino que por el contrario constituye una presencia viva; me hice así consciente de la vida eterna. No era la convicción de que alcanzaría la vida eterna, sino la consciencia de que ya la poseía; vi que todos los seres humanos son inmortales, que el orden cósmico es tal que, sin duda, todas las cosas trabajaban juntas por el bien de todas y cada una de ellas; que el principio básico del mundo, de todos los mundos, es el que llamamos amor; y que la felicidad de cada uno y de todos es, a largo plazo, absolutamente segura”.
Lo que Richard Bucke  vivió sería el mayor regalo que  podrían recibir tantos buscadores que se han preguntado por el misterio de la vida. Principalmente porque no fue obra de su pensamiento. Bucke bien se encargó de aclarar que vio, que supo de una manera profunda, irrebatible, el alcance último de la existencia de todo. La iluminación se produjo, o le fue concedida, pero no la creó su mente individual. Y tuvo esa visión total en pocos segundos, según afirmó. Es momento de sostener en una mano las palabras de Bucke y en la otra las de Whitman. Lo que dejó escrito, muy en esencia, el psiquiatra fue:  (…)que el orden cósmico es tal que, sin duda, todas las cosas trabajaban juntas por el bien de todas y cada una de ellas; que el principio básico del mundo, de todos los mundos, es el que llamamos amor; y que la felicidad de cada uno y de todos es, a largo plazo, absolutamente segura”.
Cómo leí en: http://www.shurya.com/detectados-los-portales-que-conectan-la-tierra-con-el-sol/
“Todo es suma de partes y forma parte de una suma superior. Cómo dice uno de los principios herméticos: Como es arriba es abajo, como es abajo es arriba. Las mismas pautas se reproducen analógicamente en todas las escalas y planos.
Cada célula del cuerpo humano, cien billones en total, es un gigantesco contenedor de vida, una especie de galaxia donde el núcleo celular actúa como corazón y centro galáctico en torno al cual viven y fluyen multitud de modalidades de vida, desde citoplasmáticas a genéticas, agrupadas en “sistemas” similares, a su escala, a los sistemas solares. Y las células están conectadas con el corazón del cuerpo por sistemas como el sanguíneo y se agrupan en multitud de tejidos y aparatos que constituyen auténticos Universos o suma de galaxias en el interior del cuerpo humano, que se configura así como un colosal Multiverso o suma de Universos. 
Cada cuerpo humano, al igual que cada miembro o componente de los millones de especies de fauna, flora y minerales que existen en la Tierra, es una célula en el seno del planeta, fantástico ser vivo que por ello puede ser definido como Omniverso o suma de infinidad de Multiversos. Y la Tierra cuenta con un corazón, su núcleo –un corazón radiante cuya temperatura supera a la de la corteza del Sol-, que se halla conectado con el corazón de cada ser vivo que en ella mora de idéntica manera a como el corazón de cada célula del cuerpo humano lo está con su corazón.
La Tierra, como el resto de los planetas, astros y componentes del sistema solar, es una célula dentro de éste, que es otro ser vivo con perfiles de Multiomniverso o suma de Omniversos. Y el sistema solar tiene al Sol, otro ser vivo, como corazón, que se encuentra conectado con la totalidad de células del sistema solar.
Y así se podría continuar repitiendo la misma pauta y ascendiendo en la escala hacia la Vía Láctea y su corazón o Centro Galáctico, el Universo, el Multiverso en el que se integra, el Ommiverso del que éste forma parte, el Multiomniverso al que éste pertenece y así sucesivamente en el contexto una prodigiosa e inabarcable Creación donde todo es suma de partes y forma parte de una suma superior, aunque cada parte es a su vez el Todo”. 
Y ahora, la ciencia nos plantea la posibilidad –que ya habíamos intuído- de que ese Todo sea consciente.

¿Qué es La Conciencia Cósmica?





Ya saben los lectores de éste blog, que suelo ser bastante crítico para con aquellos que se dicen portadores de un mensaje revelado, todo tipo de profetas, canalizadores, médiums y demás personajes de ese estilo, me suelen levantar muchas sospechas. Pero a pesar de que he buscado por internet, alguna referencia  a lo que seguidamente vamos a exponer, no he conseguido hallar nada que me lleve a considerarlo como un fraude interesado. De todas formas, tal y como demanda el mismo William Ralph Duby, el lector debería mantener bien despierto su espíritu crítico y no creer nada de lo que aquí se dice, en todo caso, el propio discernimiento le aproximará a aquella verdad que su corazón le haga resonar en su interior como verdad-verdad.
A principios de 1962, una voz que se expresaba a sí misma como Conciencia Cósmica comenzó a hablar a través de Ralph Duby, un profesor universitario y ex-oficial del ejército que había pasado por la Marcha de la Muerte de Bataan, en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial. La voz hablaba cada vez que el sujeto entraba en un estado de trance auto-inducido.
Desde entonces, mucha información valiosa ha llegado hasta nosotros a este plano terrenal de una fuente tan alta que desafía la imaginación.
Cuando se planteó la pregunta de: "¿Qué es la Conciencia Cósmica?" se nos dijo que la Conciencia Cósmica es la mente total, que no es la mente de nadie en particular, sino que es la Mente Universal, no representa ninguna unidad que no sea la universalidad total y completa. Se nos dijo que todos somos parte de la Conciencia Cósmica y que todos tenemos esa célula-Divina que puede ser contactada.  Dijo que usted también puede canalizar la Conciencia Cósmica. Todo el mundo puede.
De la Conciencia Cósmica, hemos sabido que tiene muchos nombres. Algunos la llaman Dios, Jehová, la Primera Causa, el Gran Yo Soy, Todo lo que Es, etc., pero la Conciencia ha dicho que no es una entidad única, no es el concepto antropomórfico que es a menudo definen la mayoría de las religiones.
Se ha definido a sí misma como Belleza, Pureza, Concentración- y, sobre todo-, Verdad o "Lo Que Es". Se ha llamado a sí misma, materia, espacio puro, pura nada que es el todo y el todo que es esencialmente nada. Se ha descrito a sí misma como el que se encuentra junto a la que es próximo a aquello que no lo está y  la forma más elevada de energía en el universo.
La Conciencia Cósmica ha dejado bastante claro que en ningún caso se trata de una entidad, de un espíritu sin cuerpo o cualquier cosa de esa naturaleza. La Conciencia es energía pura, todo lo puro, o el Dios natural.
La Conciencia Cósmica es aquella Conciencia Universal que impregna todas las cosas vivientes en el universo, que todo lo ve y lo experimenta, y discierne "lo que es" sin juzgar ni condenar. Es el río Cósmico de la Vida, el Flujo de Conciencia, la esencia eterna de Ser, el Espíritu Divino.
Toda conciencia surge del mismo río de la vida, la Fuerza Vital Universal. Eso puede ser experimentado por cualquier persona que va lo suficientemente profundo dentro de sí mismo.
La Conciencia Cósmica es el mar de la vida que no sólo llena nuestras células con energía de vida, sino que llena el aire que respiramos y el espacio entre las galaxias y las moléculas. Es el Universo viviente.
Al igual que el agua llena una esponja, la Conciencia Cósmica llena los espacios entre las moléculas de átomos y partículas subatómicas, y une a todos juntos en un gigantesco Ser Universal. Como las células en un cuerpo microcósmico, nosotros nos mezclamos o fundimos como almas en un cuerpo macrocósmico, cuya conciencia es la Conciencia Cósmica.
Las comunicaciones han reducido lo que una verdadera religión debe ser, a los simples fundamentos del servicio a los otros.
Las comunicaciones no dejan de subrayar la importancia suprema de la vida espiritual y de la necesidad de compasión en nuestras relaciones con todas las personas.
En los mensajes de la Conciencia Cósmica, habrá de encontrarse la misma dedicación suprema que contribuya a aliviar el sufrimiento y la tragedia de la humanidad y una reverencia para toda vida, que es el sello de los grandes santos y las enseñanzas de los grandes líderes religiosos.
Las comunicaciones no dejan de subrayar la importancia suprema de la vida espiritual y la necesidad de compasión en nuestras relaciones con todas las personas.
La Conciencia Cósmica ha afirmado que el propósito de la información que está siendo liberada es guiar a las personas de la tierra a averiguar “Quien, De Hecho, Es Usted Realmente”. Esta es una frase clave que se repite muchas veces a través de las decenas de miles de lecturas y, literalmente, de millones de palabras. 





La Conciencia Cósmica se refiere a las personas como "entidades", ya que indicó que todos ellos han desempeñado el papel de ser tanto un hombre como una mujer.
Todos nosotros tenemos tanto un lado masculino y femenino, y nosotros decidimos que papel jugaremos en una vida determinada, que sexo o género brindará la mejor oportunidad en ese momento y lugar para que nuestra alma "crezca" a medida que evoluciona hacia su fuente.
Sí, esta Conciencia explica la “reencarnación".
Otro tema importante es que no hay muerte. Ninguna en absoluto. Lo que llamamos "muerte" no es más que una simple transición hacia otro tipo de vibración a la cual la Conciencia Cósmica se refiere como los Planos Internos.
Durante el sueño, la Conciencia Cósmica nos dice, que a menudo salimos de nuestro cuerpo físico y viajamos por los diversos planos, -de los cuales hay muchos - algunos altos y otros bastante bajos. Estos planos internos son aquellos a los que generalmente se hace referencia en diferentes enseñanzas religiosas como el Cielo, el Infierno, el Limbo, el Purgatorio, etc. Nosotros viajamos hacia estos planos para asistir a escuelas, para ayudar a otros y básicamente para aprender lo que tenemos que aprender.
La Conciencia nos dice cómo reorientar nuestras mentes al nuevo concepto de que "el envejecimiento" es meramente una proyección de nuestra propia mente, que está haciendo correr una cinta de grabación una y otra vez, programando e hipnotizando nuestros cuerpos a hacerse más viejos y desintegrarse. El envejecimiento puede ser detenido.
Otro concepto importante - y esto es muy importante - es que la Conciencia Cósmica nos dice no creer en nada, ni siquiera a la Conciencia Cósmica, sino cuestionar, explorar, dudar y descubrir por uno mismo cuál es, realmente, la verdad .
La Conciencia Cósmica sólo "indica" y "sugiere".
La Conciencia Cósmica nos dice que en el momento de transición, lo que llamamos muerte, todos y cada uno de nosotros debe responder a una y sólo una pregunta (preguntada por uno mismo, no por ningún tipo de juez espiritual):
"¿A cuántos has servido, y qué tan bien?"
Todos debemos considerar exactamente lo que vamos a ser capaces de proporcionar como respuesta a nosotros mismos.
A medida que se familiarice con la Conciencia Cósmica, estos conceptos y muchos más empiezan a asentarse en su justo lugar. Sus acciones diarias comenzarán a reflejar una nueva filosofía.
En verdad, usted se encontrará tomando conciencia de "Quién, De Hecho, Usted Realmente Es".


Como se asemejan éstas palabras del siglo XX a aquellas de la Tabla Esmeralda que se hunden en una antiguedad de más de 50 siglos:


El Tot és ment; l’univers és mental i se sosté en la ment del Tot.
Tal com és a dalt, és a baix; tal com és a baix, és a dalt.
Res no reposa, tot es mou, tot vibra.
A sota i a darrera de l’univers del temps, de l’espai i del canvi, ha de trobar-se sempre la realitat substancial, la veritat fonamental.
Així com tot està en el Tot, igualment el Tot està per tot.

Algunos testimonios de personas que han vivenciado la experiencia de la Conciencia Cósmica.




Frtjof Capra, uno de los físicos de la denominada Nueva Ciencia, nos explica, en su importante libro, el Tao de la Física: 

“Una hermosa experiencia que tuve hace cinco años me situó en el camino que más adelante me llevaría a escribir este libro. Estaba yo una tarde de verano sentado frente al océano, con el sol ya declinando. Observaba el movimiento de las olas y sentía al mismo tiempo el ritmo de mi respiración, cuando de pronto fui consciente de que todo lo que me rodeaba parecía estar enzarzado en una gigantesca danza cósmica. Como físi­co, sabía que la arena, las rocas, el agua y el aire que había a mí alrededor estaban formados por vibrantes moléculas y áto­mos y que estos, a su vez, se componían de partículas que in­teractuaban unas con otras creando y destruyendo a otras par­tículas. También sabía que la atmósfera de la Tierra es bombardeada continuamente por una lluvia de "rayos cósmicos", partículas de alta energía que sufren múltiples colisiones al penetrar en la atmósfera. Todo esto me resultaba conocido por mis investigaciones físicas en el campo de la alta energía. Pero hasta aquel momento sólo lo había experimentado a través de gráficos, diagramas y teorías matemáticas. Sin embargo, sentado en aquella playa, mis anteriores experien­cias cobraron vida; "vi" cascadas de energía que llegaban del espacio exterior, en las que las partículas eran creadas y des­truidas siguiendo una pulsación rítmica. "Vi" los átomos de los elementos y los de mi cuerpo participando en aquella danza cósmica de energía; sentí su ritmo y "oí" su sonido, y en ese momento supe que aquélla era la Danza de Shiva, el Señor de los Danzantes adorado por los hindúes.




Hasta entonces había pasado por un largo entrenamien­to en física teórica y había dedicado varios años a la investiga­ción. Al mismo tiempo me interesé por el misticismo oriental y comencé a ver analogías entre dicho misticismo y la física moderna. Me sentí especialmente atraído por los enigmáticos aspectos del Zen, que me recordaron los misterios de la teoría cuántica. Al principio, estas relaciones fueron un ejer­cicio puramente intelectual. Salvar el abismo entre el pensa­miento racional analítico y la experiencia meditativa de la verdad mística fue, y todavía es, algo muy difícil para mí.
Al principio me ayudaron "centrales de energía" que me enseñaron cómo la mente puede fluir en libertad y cómo las evidencias espirituales llegan por sí mismas, sin esfuerzo alguno, emergiendo de las profundidades de la consciencia. Recuerdo m¡ primera experiencia de este tipo. Después de años de pensamiento detallado y analítico, su llegada fue tan arrolladora que me hizo estallar en lágrimas, de un modo no distinto a Castañeda, volcando seguidamente mis impresiones en un trozo de papel.
Más tarde me llegó la experiencia de la Danza de Shiva, que intenté captar en el montaje fotográfico que muestro en la página 288. A esta experiencia siguieron otras parecidas que me ayudaron a darme gradualmente cuenta de que una nueva visión del mundo está comenzando a emerger desde la física moderna, en armonía con la antigua sabiduría oriental. Du­rante años tomé muchas notas y escribí algunos artículos sobre los paralelismos que iba descubriendo, hasta que final­mente resumí mis experiencias en el presente libro”.

En el libro que Steve Jobs, el creador de Apple, regaló a todos los que asistieron a su funeral “Autobiografía de un Yogui” de Paramahansa Yogananda, éste nos explica su descubrimiento de la consciencia cósmica de la siguiente manera: 





“—¡Mukunda! —La voz de Sri Yukteswar se oyó desde un balcón distante.
Me sentí tan rebelde como mis pensamientos: «El Maestro está siempre urgiéndome para que medite—murmuré entre dientes—. No debería distraerme, puesto que sabe para qué he venido a su habitación».
Volvió a llamarme y yo permanecí obstinadamente silencioso. A la tercera vez, su tono de voz era imperioso.
—Señor, estoy meditando —contesté en tono de protesta.
—Ya sé cómo estás meditando —replicó el Maestro en voz alta—; con la mente dispersa como las hojas bajo el vendaval; ven acá.
Descubierto y frustrado, me dirigí con tristeza hacia donde él se hallaba.
—Pobre muchacho, las montañas no pueden darte lo que tú anhelas. —El Maestro me habló cariñosamente. Su dulce y apacible mirada era insondable—. El deseo de tu alma será cumplido.
Rara vez usaba Sri Yukteswar acertijos para expresarse. Me sentí sobrecogido. Me golpeó luego en el pecho ligeramente, un poco arriba del corazón.
Mi cuerpo se inmovilizó completamente, como si hubiese echado raíces; el aliento salió de mis pulmones como si un pesado imán me lo extrajese. El alma y la mente cortaron de inmediato sus ligaduras físicas y fluyeron a través del cuerpo como un torrente de luz que emergía por cada uno de mis poros. Mi carne estaba como muerta y, sin embargo, en mi intensa lucidez me di cuenta de que nunca antes había estado tan vivo como en aquel instante. Mi sentido de identidad no se encontraba ya confinado únicamente a un cuerpo, sino que abarcaba todos los átomos circundantes. La gente de las calles distantes parecía moverse sobre mi propia y remota periferia. Las raíces de las plantas y de los árboles se asomaban a mi vista a través de una tenue transparencia del suelo, e incluso podía darme cuenta de la circulación interior de sus savias.
Toda la vecindad se revelaba ante mí. Mi visión frontal ordinaria se había transformado en una vasta y esférica mirada que lo percibía todo simultáneamente. A través de mi nuca veía a los hombres caminar más allá de la calzada de Rai Ghat, y advertí que una vaca blanca se acercaba lentamente. Cuando llegó frente a la entrada de la ermita, pude verla con los ojos físicos; y cuando dio la vuelta tras la cerca de ladrillos, todavía la veía claramente.
Todos los objetos dentro del campo de mi visión temblaban y vibraban como si fueran películas de cine. Mi cuerpo, el de mi maestro, el patio con sus pilares, los muebles, el piso, los árboles y la luz del sol se agitaban violentamente en ocasiones, hasta que todo se fundía en un mar de luz, al igual que los cristales de azúcar en un vaso de agua se disuelven al ser agitados. Esta unificadora luz se alternaba con materializaciones de forma: metamorfosis que revelaban la operación de la ley de causa y efecto en la creación.





Un mar de gozo irrumpió en las riberas sin fin de mi alma. Comprendí entonces que el Espíritu de Dios es Dicha inagotable. Su cuerpo es un tejido de luz sin fin. Un sentimiento de gloria creciente brotaba de mí y comenzaba a envolver pueblos y continentes, la Tierra entera, sistemas solares y estelares, las tenues nebulosas y los flotantes universos. Todo el cosmos, saturado de luz como una ciudad vista a lo lejos en la noche, fulgía en la infinitud de mi ser. Los precisos contornos globales de sus masas se esfumaban someramente en los extremos más lejanos, en donde podía ver la suave radiación nunca disminuida. Era indescriptiblemente sutil; mientras que las figuras de los planetas parecían formadas de una luz más densa.
La divina dispersión de rayos luminosos provenía de una Fuente Eterna, y resplandecía en galaxias, transformándose en inefables auras. Una y otra vez vi los rayos creadores condensarse en constelaciones y luego disolverse en cortinas de transparentes llamas. Por medio de una rítmica reversión, sextillones de mundos se transformaban en diáfano brillo y, luego, el fuego se convertía en firmamento.
Reconocí el centro del empíreo como un punto de percepción intuitiva en mi corazón. El esplendor irradiaba desde mi núcleo íntimo hacia cada parte de la estructura universal. El feliz amrita, el néctar de la inmortalidad, corría a través de mí con fluidez mercurial.
Escuché resonar la creativa voz de Dios como Om, la vibración del Motor Cósmico.
De pronto, el aliento volvió a mis pulmones. Con desilusión casi insufrible, me di cuenta de que mi infinita inmensidad se había perdido. Una vez más me hallé confinado en la humillante limitación de una jaula corporal, no tan cómoda para el Espíritu. Como hijo pródigo, había huido de mi hogar macrocósmico, encarcelándome a mí mismo en un estrecho microcosmos.
Mi gurú seguía inmóvil delante de mí, y mi primer intento fue arrojarme a sus santos pies en acto de gratitud por aquella experiencia en la conciencia cósmica, que tan larga y apasionadamente había buscado. Pero él me impidió inclinarme y dijo calladamente:
—No debes embriagarte con el éxtasis. Todavía hay mucho trabajo para ti en el mundo. Ven, vamos a barrer el piso del balcón; luego caminaremos por el Ganges.
Traje una escoba; inferí que mi maestro estaba enseñándome el secreto de vivir una vida equilibrada. El alma debe extenderse hasta los abismos cósmicos mientras el cuerpo cumple sus obligaciones cotidianas. Cuando más tarde estuvimos ya listos para nuestro paseo, todavía me sentía en trance, en un rapto inefable. Veía nuestros cuerpos como dos imágenes astrales, moviéndose sobre un camino a lo largo del río cuya esencia parecía de purísima luz….
—Es el Espíritu de Dios el que activamente sostiene cada forma y fuerza del Universo; sin embargo, Él es trascendental y reposa apartado en el beatífico e increado vacío más allá de los vibratorios mundos de los fenómenos—me dijo el Maestro—. Los santos que experimentan su divinidad durante su encarnación terrenal viven una parecida doble existencia. Conscientemente dedicados a sus labores en este mundo, permanecen, sin embargo, sumergidos en interna beatitud.
—El Señor ha creado a todos los hombres del ilimitado gozo de su Ser. Aun cuando estén dolorosamente aprisionados en el cuerpo, no obstante Dios espera que los seres humanos, hechos a su imagen, puedan finalmente elevarse más allá de la identificación de los sentidos y reunirse con Él.
La visión cósmica me dejó indelebles lecciones. Aquietando mis pensamientos cada día, pude librarme de la ilusoria convicción de que mi cuerpo era una masa de carne y huesos que cruzan el duro suelo de la materia. El aliento y la inquietud de la mente, según advertí, eran como tormentas que perturbaban el océano de la luz con oleadas de formas materiales: tierra, cielo, seres humanos, animales, aves, árboles. Ninguna percepción del Infinito como única Luz puede obtenerse excepto calmando tales tempestades. A medida que silenciaba los dos tumultos naturales, podía contemplar las multitudinarias olas de la creación diluirse en un reluciente océano, lo mismo que las olas del mar, cuando pasa la tormenta, se disuelven serenamente y retornan a la unidad.
Un maestro concede la divina experiencia de la conciencia cósmica cuando su discípulo, por medio de la meditación, ha fortalecido su mente hasta un grado en que las inmensas perspectivas no le anonadan. Tal experiencia no puede obtenerse sólo mediante una buena disposición del intelecto o el amplio criterio. Únicamente por una adecuada expansión de la conciencia mediante la práctica del yoga y por la vivencia devocional (bhakti) puede uno prepararse para absorber la conmoción liberadora de la omnipresencia.
La experiencia divina se presenta con una naturalidad inevitable al devoto sincero. Su intenso anhelo principia a atraer a Dios con una fuerza irresistible. El Señor, como Visión Cósmica, es atraído por el magnético ardor del buscador, hasta penetrar en el campo de su conciencia”.

El siguiente, será el testimonio de Osho, “maestro espiritual” aclamado por cientos de miles de seguidores en todo el mundo, aunque deba confesaros que tengo muchos prejuicios sobre su persona. No los tengo sobre su obra escrita que me parece impecable. Nos lo explica de la siguiente manera:




"HABÍA ESTADO TRABAJANDO DURANTE MUCHAS VIDAS —trabajando sobre mi mismo, luchando, haciendo todo lo que podía—, y no sucedía nada. Ahora entiendo porque no sucedía nada. El mismo esfuerzo era el obstáculo, la misma escalera lo estaba impidiendo, la misma necesidad de buscar era el obstáculo. No es que uno pueda encontrar sin buscar —hace falta buscar—, pero llega un momento en el que hay que abandonar la búsqueda. El bote es necesario para cruzar el río, pero luego llega un momento en el que tienes que salir del bote, olvidarte de él y dejarlo atrás. El esfuerzo es necesario, nada es posible sin esfuerzo. Y también nada es posible sólo con esfuerzo.
Justo antes del 21 de Marzo de 1953, siete días antes, dejé de trabajar en mí mismo. Llega un momento en el que ves la futilidad del esfuerzo. Has hecho todo lo que podías hacer y no está sucediendo nada. Has hecho todo lo que es humanamente posible. ¿Qué más puedes hacer? Sintiéndose completamente impotente, uno abandona toda la lucha. Y el día en el que la búsqueda se detuvo, el día en el que no estaba buscando algo, el día en el que no estaba esperando que sucediera algo, comenzó a suceder. Surgió una nueva energía, de ninguna parte. No venía de ningún lugar. Venía de ningún lugar y de todas partes. Estaba en los árboles, en las rocas, en el cielo, en el sol, en el aire; estaba en todas partes. Había estado buscando con tanto esfuerzo pensando que estaba muy lejos, ¡y estaba tan cerca y tan próxima! Los ojos se habían enfocado en la lejanía, en el horizonte, y habían perdido la capacidad de ver aquello que está justo al lado.
El día en el que cesó el esfuerzo, yo también cesé, porque tú no puedes existir sin esfuerzo, no puedes existir sin deseo, no puedes existir sin insistir. El fenómeno del ego, el del ser, no es un objeto, es un proceso. No es una substancia sentada en tu interior; la tienes que crear en cada momento. Es como pedalear en una bicicleta: si sigues pedaleando continúa; si dejas de pedalear se detiene. Podría continuar un poco por la inercia pero en el momento que dejas de pedalear, de hecho, la bicicleta comienza a detenerse. No tiene más energía, no tiene más potencia para ir a cualquier lugar. Caerá y colapsará.
El ego existe porque seguimos pedaleando en el deseo, porque seguimos esforzándonos para conseguir algo, porque continuamos adelantándonos a nosotros mismos. En eso consiste el fenómeno del ego: saltar por delante de nosotros mismos, saltar al futuro, saltar al mañana. El salto hacia lo no-existencial crea el ego. Es como si fuese un espejismo porque surge de lo no-existencial. Sólo está compuesto de deseo y de nada más. Sólo está compuesto de sed y nada más.
El ego no está en el presente, está en el futuro. Si estás en el futuro, entonces el ego parece ser muy substancial. Si estás en el presente, el ego es un espejismo; comienza a desaparecer. 





El día que dejé de buscar…, y es incorrecto decir que dejé de buscar; sería mejor decir el día que la búsqueda se detuvo. Déjame repetirlo: la mejor manera de decirlo es el día que la búsqueda se detuvo. Porque si yo la detengo, entonces “yo” estoy ahí de nuevo. Ahora mi esfuerzo consiste en detenerlo, ahora mi deseo es detenerlo, y el deseo continúa existiendo de una forma muy sutil.
No puedes detener el deseo, sólo puedes entenderlo. En esa misma comprensión se detiene. Recuerda, nadie puede dejar de desear, y la realidad sucede sólo cuando el deseo se detiene.
Este es el dilema. ¿Qué puedes hacer? Ahí está el deseo, y los budas siguen diciendo que hay que dejar de desear, y acto seguido te dicen que no puedes dejar de desear. De modo que, ¿qué puedes hacer? Pones a la gente en un dilema. Están en el deseo, ciertamente. Dices que hay que detenerlo; de acuerdo. Y entonces dices que no se puede detener. Entonces, ¿qué es lo que hay que hacer?
Hay que entender el deseo. Lo puedes entender, puedes ver su futilidad. Se necesita una percepción directa, se necesita una comprensión inmediata.
El día en el que se detuvo el deseo, me sentí muy impotente y desesperado. No había esperanza porque no había futuro. Nada que esperar porque todas las esperanzas han demostrado ser vanas, no conducen a ningún lugar. Vas dando vueltas. Sigue colgando delante de ti, va creando nuevos espejismos, sigue llamándote: —Vamos, corre más rápido que llegarás—. Pero no importa lo rápido que corras, nunca lo alcanzarás. Es como el horizonte que ves alrededor de la tierra. Parece, pero no está ahí. Si vas hacia él, sigue alejándose de ti. Cuanto más corres, más rápido se aleja. Cuanto más lento vas, más lento se aleja. Pero hay algo cierto, la distancia entre tú y el horizonte sigue siendo absolutamente igual. No puedes reducir la distancia entre tú y el horizonte ni un solo centímetro.
No puedes reducir la distancia entre tú y tu esperanza. La esperanza es el horizonte. Tratas de tender un puente entre tu ser y el horizonte con la esperanza, con un deseo proyectado. El deseo es el puente, un puente inexistente, porque el horizonte no existe. De modo que no puedes construir un puente con él, sólo puedes soñar acerca del puente. No puedes unirte a algo no existencial.
El día que el deseo se detuvo, el día que miré en su interior y me di cuenta de que era inútil, me sentí impotente y sin esperanzas. Pero en ese mismo momento algo empezó a suceder. Comenzó a suceder aquello por lo que había estado trabajando durante muchas vidas pero no había sucedido. En tu desesperanza está la única esperanza, en tu falta de deseo está tu única realización, y en tu tremenda impotencia de repente la existencia entera empieza a ayudarte.
La existencia está esperando. Cuando ve que estás trabajando por tu cuenta, no interfiere. Espera. Puede esperar infinitamente porque la existencia no tiene prisa. Es eterna. En el momento que dejas de estar tú sólo —en el momento en el que te abandonas, en el momento en el que desapareces—, la existencia entera corre hacia ti, entra en ti. Y por primera vez empieza a ocurrir algo. 





Durante siete días viví en un estado muy desesperado e impotente, pero al mismo tiempo estaba surgiendo algo. Cuando yo uso la palabra desesperado, no tiene el mismo sentido que tiene para ti. Simplemente quiero decir que en mi no había esperanza. La esperanza estaba ausente. No estoy diciendo que estuviese desesperado y triste. De hecho estaba feliz; estaba muy tranquilo, en calma, recogido y centrado. Desesperado, pero con un significado totalmente nuevo. No había esperanza, de modo que, ¿cómo podía haber desesperanza? Ambas habían desaparecido.
La desesperación era absoluta y total. La esperanza había desaparecido, y con ella su opuesto, la desesperación. Fue una experiencia totalmente nueva: ser sin esperanza. No era un estado negativo. Tengo que usar palabras, pero no era un estado negativo. Era absolutamente positivo. No era sólo una ausencia, se sentía una presencia. Algo en mi estaba desbordándose, inundándome.
Y cuando digo que me sentía impotente, no lo utilizo con el mismo sentido del diccionario. Simplemente digo que estaba rendido. Eso es lo que quiero decir cuando digo impotente. Había reconocido el hecho de que no soy; de modo que no puedo contar conmigo mismo, de modo que no puedo mantenerme firme. No tenía un suelo debajo, estaba en el abismo…, un abismo sin fondo. Pero no tenía miedo porque no había nada que proteger. No había miedo porque no había nadie que pudiera asustarse.
Esos siete días fueron una transformación tremenda, una transformación total. Y el último día, la presencia de una nueva energía totalmente nueva, una nueva luz y un nuevo disfrute, se convirtió en algo tan intenso que era casi insoportable, como si estuviera explotando, como si me estuviera volviendo loco de dicha. La generación más joven en Occidente tiene la expresión correcta para expresarlo... Estaba extático, colocado.
Era imposible entender lo que estaba sucediendo. Era un mundo absurdo, difícil de entender, difícil de organizar en categorías, difícil de poner en palabras, idioma, explicaciones. Todas las escrituras parecían muertas y todas las palabras que se han usado para describir esta experiencia parecían muy pálidas, anémicas. Esto estaba tan vivo. Era como una gigantesca ola de dicha.
Todo el día fue extraño, pasmoso, fue una experiencia demoledora. El pasado estaba desapareciendo como si nunca me hubiera pertenecido, como si lo hubiera leído en algún otro lugar. Como si lo hubiera soñado, como si fuera la historia que había oído de alguna otra persona. Me estaba liberando de mi pasado, me estaba desarraigando de mi historia. Estaba perdiendo mi autobiografía. Estaba convirtiéndome en no-ser, lo que Buda llama anatta. Los límites iban desapareciendo, la distinciones iban desapareciendo.
La mente estaba desapareciendo; estaba a millones de kilómetros de distancia. Era difícil asirla, se estaba alejándose cada vez más y no había ninguna necesidad de mantenerla próxima. Yo estaba simplemente indiferente hacia todo esto. Estaba bien. No había una necesidad de seguir manteniendo una continuidad con el pasado. Por la tarde se hizo difícil soportarlo, dolía, se hizo doloroso. Era como cuando una mujer empieza a parir, cuando el niño va a nacer y la mujer sufre un tremendo dolor; las punzadas del parto.
En esos días solía acostarme entre las doce y la una de la madrugada, pero ese día fue imposible mantenerme despierto. Los ojos se me cerraban, me costaba mantenerlos abiertos. Algo era inminente, iba a suceder algo. Era difícil decir que es lo que era —quizás iba a ser mi muerte—, pero no había miedo. Estaba preparado. Esos siete días habían sido tan hermosos que estaba dispuesto a morir; no necesitaba nada más. Habían estado tan llenos de éxtasis, estaba tan contento, que si lo que venía era la muerte, era bien recibida. 





Pero iba a suceder algo —algo parecido a la muerte, algo muy drástico, algo que o bien sería una muerte o un nuevo nacimiento, una crucifixión o una resurrección—, algo de tremenda importancia estaba a la vuelta de la esquina. Y me era imposible mantener los ojos abiertos, estaba drogado.
Me fui a dormir hacia las ocho. No era como un sueño. Ahora puedo entender lo que Patanjali quiere decir cuando dice que el samadhi y el sueño son similares. Sólo que con una diferencia: en el samadhi estás totalmente despierto y también dormido, despierto y dormido a la vez. Todo el cuerpo muy relajado, cada célula de tu cuerpo totalmente relajada, todas funcionando relajadas y, sin embargo, hay una luz de consciencia que alumbra en tu interior…, clara, sin humo. Permaneces alerta y a la vez relajado, suelto pero completamente despierto. El cuerpo está en el sueño más profundo posible y tu consciencia está en la cima. La cima de la consciencia y el valle del cuerpo se encuentran.
Me fui a dormir. Fue un sueño muy extraño. El cuerpo estaba dormido, yo estaba despierto. Fue tan extraño, como si tiraran de ti en dos direcciones, en dos dimensiones; como si la polaridad se hubiera enfocado completamente, como si yo fuera las dos polaridades a la vez…, lo positivo y lo negativo se estaban encontrando, el sueño y la consciencia se estaban encontrando, la muerte y la vida se estaban encontrando. Ese es el momento en el que puedes decir que el creador y la creación se encuentran.
Era muy extraño. La primera vez te conmociona hasta las raíces, sacude tus cimientos. Después de esa experiencia no puedes volver a ser el mismo; trae una nueva visión a tu vida, una nueva cualidad.
Hacia las doce, de repente se abrieron mis ojos; yo no los había abierto. El sueño fue interrumpido por algo más. Sentí una gran presencia a mi alrededor en mi habitación. Era una habitación muy pequeña. Sentí una vida latiendo a mi alrededor, una gran vibración, casi como un huracán, una gran tormenta de luz, alegría, éxtasis. Me estaba ahogando en ella.
Era tan sumamente real que todo lo demás se volvió irreal. Los muros de la habitación se volvieron irreales, la casa se volvió irreal, mi propio cuerpo se volvió irreal. Todo era irreal porque ahora por primera vez había realidad.
Por eso Buda y Shankara dicen que el mundo es maya, un espejismo. Para nosotros es complicado entenderlo porque sólo conocemos este mundo, no tenemos con qué compararlo. Esta es la única realidad que conocemos. ¿De qué está hablando toda esta gente, es esto maya, ilusión? Esta es la única realidad. A menos que llegues a conocer lo realmente real, no podrás entender sus palabras. Sus palabras se quedan en teoría, parecen hipótesis: Quizás este hombre esté planteando una filosofía. “El mundo es irreal”.
Cuando Berkley en Occidente dijo que el mundo es irreal, estaba caminando con uno de sus amigos, un hombre muy racional; el amigo era casi un escéptico. Recogió una piedra de la carretera y le golpeó a Berkley con fuerza en un pié. Berkley gritó, le salió sangre, y el escéptico el dijo: —Ahora, ¿es el mundo irreal? ¿Decías que el mundo es irreal?, entonces, ¿por qué gritaste? ¿Esta piedra es irreal? ¿entonces por qué gritaste? ¿Entonces porqué te agarras la pierna y expresas tanto dolor y tanta angustia en tu cara? Todo es irreal.
Este tipo de persona no puede entender lo que Buda quiere decir cuando afirma que el mundo es un espejismo. No está diciendo que puedes atravesar la pared. No está diciendo que puedes comer piedras y que no hay ninguna diferencia si comes pan o comes piedras. No está diciendo esto.
Está diciendo que hay una realidad: una vez que la conoces, esta supuesta realidad palidece, simplemente se vuelve irreal. La comparación surge cuando en tu visión aparece una realidad más elevada, y no de otra manera.
En el sueño, el sueño es real. Sueñas cada noche y cada mañana dices que era irreal, y de nuevo por la noche cuando sueñas, el sueño se convierte en real. En un sueño es muy difícil recordar que es un sueño, pero por la mañana es muy fácil. ¿Qué sucede? Eres la misma persona. En el sueño sólo hay una realidad. ¿Cómo vas a comparar? ¿Cómo vas a decir que es irreal? ¿Con qué la vas a comparar? Es la única realidad. Todo es tan irreal como todo lo demás, de modo que no hay comparación. Por la mañana cuando abres los ojos allí hay otra realidad. Ahora puedes decir que el sueño era totalmente irreal. Comparado con esta realidad, el sueño se convierte en irreal.
Hay un despertar; toda esa realidad se vuelve en irreal si la comparas con la realidad de ese despertar. 





Esa noche por primera vez entendí el significado de la palabra maya. No es que antes no conociera esa palabra, no es que no fuera consciente del significado de esa palabra. Del mismo modo que vosotros sois conscientes, yo también soy consciente del significado, pero nunca antes lo había entendido. ¿Cómo puedes entenderla sin tener la experiencia? Esa noche otra realidad abrió su puerta, otra dimensión se hizo accesible. De repente estaba allí la otra realidad, la realidad separada, lo realmente real, o como quieras llamarlo. Llámalo Dios, llámalo verdad, llámalo dhamma, llámalo Tao, o lo que tú quieras. No tenía nombre. Pero estaba allí, tan transparente y a la vez tan sólida que se podía tocar. Casi me estaba ahogando en esa habitación. Era demasiado y yo todavía no era capaz de absorberla.
Surgió en mí una profunda necesidad de salir corriendo de la habitación, de ir bajo de las estrellas; me estaba ahogando. ¡Era demasiado! ¡Me iba a matar! Si me hubiera quedado unos minutos más me hubiera ahogado; eso es lo que parecía. Salí de la habitación corriendo, salí a la calle. Había una gran necesidad de estar bajo el cielo con las estrellas, con los árboles, con la tierra…, con la naturaleza. E inmediatamente al salir, la sensación de ahogo desapareció. Era un espacio demasiado pequeño para un fenómeno tan grande. Hasta el cielo era demasiado pequeño para ese fenómeno. Es más grande que el cielo. Ni siquiera el cielo es el límite. Pero entonces me sentí más a gusto.
Caminé hacia el jardín más próximo. Era una forma de caminar totalmente distinta, como si la fuerza de la gravedad hubiera desaparecido. Estaba caminando, o estaba corriendo, o simplemente estaba volando; era difícil decidirlo. No había gravitación. Me sentía sin peso, como si alguna energía me estuviera llevando. Estaba en manos de otra energía.
Por primera vez no estaba sólo, por primera vez había dejado de ser un individuo, por primera vez la gota había caído en el océano. Ahora todo el océano era mío, yo era el océano. No había limitación. Surgió un tremendo poder, como si pudiera hacer cualquier cosa que quisiera. Yo no estaba allí, sólo el poder estaba allí.
Llegué hasta el jardín a donde solía ir cada día. El jardín estaba cerrado, cerrado durante la noche. Era demasiado tarde, era casi la una de la madrugada. Los jardineros estaban totalmente dormidos. Tuve que entrar como un ladrón, tuve que saltar la verja. Pero algo me estaba atrayendo hacia el jardín. No estaba dentro de mis capacidades el impedirlo. Estaba simplemente flotando.
Eso es lo que quiero decir cuando repito una y otra vez: “flota con el río, no lo empujes”. Estaba relajado, estaba dejándome llevar. Yo no estaba allí, ello estaba allí, llámalo Dios; Dios estaba allí. Me gustaría llamarlo ello, porque Dios es una palabra demasiado humana y se ha ensuciado demasiado de tanto usarla, ha sido contaminada por demasiada gente. Los cristianos, los hindúes, los musulmanes, los curas y los políticos, todos ellos han corrompido la belleza del mundo. Por eso déjame que lo llame “ello”. Estaba allí y yo era simplemente arrastrado…, arrastrado por una enorme ola.
En el momento en el que entré en el jardín todo se volvió luminoso, estaba por todas partes, la bendición, la beatitud. Por primera vez pude ver los árboles, su verdor, la vida, la savia corriendo. Todo el jardín estaba dormido, los árboles estaban dormidos. Pero yo podía ver todo el jardín vivo, hasta las pequeñas briznas de yerba eran hermosas.
Miré a mí alrededor. Había un árbol sumamente luminoso, el árbol maulshree. Me atrajo, me atrajo hacia él. No lo había escogido, el mismo Dios lo había escogido. Fui hasta el árbol y me senté debajo. Al sentarme allí todo se empezó a asentar. El universo entero se convirtió en bendición.
Es difícil decir cuanto tiempo permanecí en ese estado. Cuando regresé a casa eran las cuatro de la mañana, de modo que debí estar allí según el reloj por lo menos tres horas, pero fue infinito. No tenía nada que ver con el tiempo del reloj. Fue intemporal.
Esas tres horas se convirtieron en una eternidad, una eternidad interminable. No había tiempo, el tiempo no pasaba; era una realidad inmaculada; incorrupta, intocable, inconmensurable.
Y ese día sucedió algo que ha continuado, no como una continuidad, sino como una corriente subterránea. No como algo permanente; ha ido sucediendo una y otra vez, momento a momento. Ha sido un milagro momento a momento.
Y desde esa noche no he vuelto a estar nunca en el cuerpo. Estoy flotando a su alrededor. Me volví tremendamente poderoso y al mismo tiempo muy frágil. Me volví muy fuerte, pero esa fuerza no es la fuerza de Mohamed Alí. Esa fuerza no es la fuerza de una roca, esa fuerza es la fuerza de una rosa; tan frágil en su fortaleza, tan sensitiva, tan delicada.
La flor puede desaparecer en cualquier momento, la roca permanecerá. Pero aún así la flor es más fuerte que la roca porque está más viva. O la fuerza de una gota de rocío en una brizna de yerba brillando al sol de la mañana, tan hermosa, tan preciosa, y a la vez puede deslizarse en cualquier momento. Tan incomparable en su gracia, pero podría llegar una pequeña brisa y la gota de rocío se deslizaría y se perdería para siempre.
Los Budas tienen una fuerza que no es de este mundo. Su fuerza es totalmente del amor…, como una rosa o una gota de rocío. Su fuerza es muy frágil, vulnerable. Su fuerza es la fuerza de la vida, no de la muerte. Su poder no es el poder que mata; su poder es el que crea. Su poder no es violento, agresivo; su poder es el de la compasión.
Pero nunca he vuelto a estar dentro del cuerpo, estoy flotando a su alrededor. Y por eso digo que ha sido un milagro tremendo. Cada momento me sorprendo de estar todavía aquí, no debería de ser así. Tenía que haberme ido en cualquier momento, y todavía sigo aquí. Cada mañana abro los ojos y me digo: —¿De modo que todavía estoy aquí?—. Porque me parece casi imposible. El milagro ha sido continuo. 





Justo el otro día alguien me hizo esta pregunta: “Osho, te estás volviendo tan frágil y delicado, y tan sensible al olor, de los aceites capilares y los champús que parece que no te vamos a poder ver a menos que nos quedemos calvos”. Dicho sea de paso, no hay nada malo en estar calvo; Igual que lo negro es bello, la calva es bella! Pero es verdad y tenéis que tener cuidado.
Soy frágil, delicado y sensible. Esa es mi fuerza. Si le tiras una roca a una flor, no le sucederá nada a la roca, pero será el final de la flor. Sin embargo, no puedes decir que la roca sea más poderosa que la flor. La flor desaparecerá porque la flor estaba viva. Y a la roca no le ocurrirá nada porque está muerta. La flor desaparecerá porque la flor no tiene fuerza para destruir. La flor simplemente desaparecerá y le cederá el paso a la roca. La roca tiene el poder de destruir porque está muerta.
Recuerda, desde ese día nunca he estado realmente en el cuerpo; sólo me une a él un hilo delicado. Y estoy continuamente sorprendido de que de alguna forma la totalidad debe de desear que yo esté aquí, porque ya no estoy aquí por mi propia fuerza, ya no estoy por mí mismo. La existencia debe desear que siga aquí, para que pueda permanecer un poquito más en esta orilla. Quizás la totalidad quiere compartir algo con vosotros a través de mi.
Desde ese día el mundo es irreal. Otro mundo ha sido revelado. Cuando digo que el mundo es irreal no quiero decir que esos árboles sean irreales. Esos árboles son absolutamente reales, pero la forma que tenéis de verlos es irreal. Esos árboles no son irreales en sí mismos —existen en Dios, existen en una absoluta realidad—, pero de la manera que los veis, nunca los veis. Estáis viendo algo diferente, un espejismo.
Creáis a vuestro alrededor vuestro propio sueño, y a menos que despertéis seguiréis soñando. El mundo es irreal porque el mundo que conocéis es el mundo de los sueños. Cuando el sueño se desvanece y te encuentras con el mundo que está ahí, entonces aparece el mundo real.
No son dos cosas diferentes, Dios y el mundo. Dios es el mundo si tienes ojos, los ojos limpios, sin ningún residuo de los sueños, sin ninguna bruma. Si tienes los ojos limpios, claridad, percepción, sólo existe Dios.
Entonces en algun sitio Dios es un árbol verde, en otro Dios es una estrella brillante, en otro lugar diferente Dios es un cuclillo, en otro lugar Dios es una flor, en algún otro lugar un niño, en otro lugar un río; después sólo existe Dios. En el momento que empiezas a ver, sólo existe Dios.
Pero ahora mismo nada de lo que ves es la verdad, sino una mentira proyectada. Este es el significado de espejismo. Y una vez que ves —incluso por un solo momento, si puedes ver, si puedes permitirte a ti mismo ver—, encontrarás presente una inmensa bendición por todas partes, en las nubes, en el sol, en la Tierra.
Este es un mundo hermoso. Pero no estoy hablando de tu mundo, estoy hablando de mi mundo. Tu mundo es muy feo, tu mundo es un mundo creado por un yo, tu mundo es un mundo proyectado. Estás usando el mundo real como una pantalla y proyectando en él tus propias ideas.
Cuando digo que el mundo es real, el mundo es tremendamente hermoso, el mundo es infinitamente luminoso, el mundo es luz y dicha, es una celebración, estoy hablando de mi mundo; o del tuyo si abandonas tus sueños.
Esa noche me vacié y me llené. Dejé de ser existencial y me convertí en la existencia. Esa noche morí y renací. Pero el que renació no tiene nada que ver con el que murió, es algo discontinuo. En la superficie parece continuo pero es discontinuo. Aquél que murió, murió totalmente; no ha quedado nada de él.
He conocido muchas otras muertes pero no fueron nada comparadas con esta, fueron muertes parciales.
A veces muere el cuerpo, a veces muere una parte de la mente, a veces muere una parte del ego, pero en lo que se refiere a la persona, permanece. Muchas veces renovada, muchas veces decorada, un pequeño cambio aquí y allá, pero permanece, la continuidad permanece.
Esa noche la muerte fue total. Fue una cita con la muerte y con Dios simultáneamente.
Osho: “La disciplina de la trascendencia”. Vol II

Podemos pensar que éste tipo de vivencias de la Conciencia Cósmica, son exclusivas para unos cuantos yoguis, o para unos pocos escogidos, pero no es así. Veamos aún, otro testimonio. Escrito en un lenguaje sencillo, claro, el autor David R Hawkins en su interesantísima obra “El ojo del Yo” que os podéis descargar aquí



https://creixament.files.wordpress.com/2014/02/el-ojo-del-yo-david-hawkins.pdf

 nos dice:




“La Presencia de Dios
Años de luchas internas y sufrimientos, y de un esfuerzo espiritual aparentemente inútil culminaron con el tiempo en un estado de negra desesperación. Ni siquiera una retirada hacia el ateísmo pudo traer alivio a la incesante búsqueda. Razón e intelecto eran demasiado frágiles para la formidable tarea de hallar la verdad última. Hasta la mente se había encaminado hacia una derrota final, agonizante y aplastante. Hasta la voluntad se había quedado inmóvil. Entonces, una voz interior grito: ―Si existe un Dios, a Él le pido ayuda.
Después, todo ceso y desapareció en el olvido. La mente y toda sensación de un yo personal desaparecieron. Durante un instante abrumador, todo aquello fue sustituido por una omniabarcante consciencia que fue radiante, completa, total, silenciosa y serena, como la esencia prometida de Todo Lo Que Es. El exquisito esplendor, la belleza y la paz de la Divinidad brillaron con intensidad. Era autónoma, final, atemporal, perfecto, el Ser de lo manifestado y lo no manifestado, la Divinidad Suprema, y así permaneció...
Un profundo silencio lo impregna todo alrededor, y el movimiento se ralentiza y se serena. Todo irradia una intensa vitalidad. Todas y cada una de las cosas son conscientes de todas y cada una de las demás. La cualidad luminosa de la radiación es abrumadoramente Divina en su naturaleza. Lo abarca absolutamente todo en su total Unidad, de manera que todas las cosas están interconectadas, en comunicación y armonía, a través de la conciencia y por el hecho de compartir la cualidad básica de la esencia de la misma existencia.
La Presencia es un continuo que ocupa completamente lo que era previamente, parecía a la percepción ordinaria un espacio vacante, vacio. Esa Consciencia interior no es diferente del Ser, pues impregna la esencia de todo. La Conciencia es consciente de su propia consciencia y omnipresencia. La existencia es Dios, y su expresión, tanto en la forma como en la no forma, e impera igualmente en todos los objetos, personas, plantas y animales. Todo se halla unido por la Divinidad de la existencia.
Esa Esencia penetrante lo incluye todo sin excepción. 




Los muebles de la habitación son iguales a las rocas o a las plantas en su importancia o trascendencia. Nada queda fuera de la Totalidad omniabarcante, total, completa, que no carece de nada. Todo es de igual valor, porque el único valor real es la Divinidad de la existencia.
Eso que es el Ser es total y completo, y esta igualmente presente en todas partes. No existen necesidades, deseos o carencias. Ninguna imperfección ni discordia es posible, y todo objeto parece una obra de arte, una escultura de belleza y armonía perfectas. La Sacralidad de toda la Creación es la reverencia que todas y cada una de las cosas muestran por todas y cada una de las demás. Todo se halla imbuido de un gran esplendor, y todo guarda silencio en su sobrecogimiento y reverencia. La Revelación infunde una serenidad y una Paz infinitas.
Al contemplar el cuerpo, este se revela igual a todo lo demás: sin pertenecer ni ser poseído por persona alguna, igual a los muebles u otros objetos, y simplemente una parte más de Todo Lo Que Es. No existe ninguna sensación personal acerca del cuerpo, y no hay identificación alguna con él. Se mueve espontáneamente, ejecuta correctamente sus funciones corporales y camina y respira sin esfuerzo. Esta autopropulsado y sus acciones vienen determinadas y activadas por la Presencia. El cuerpo es simplemente un eso, igual a cualquier otra cosa en la habitación.
Si otras personas le interpelan, la voz del cuerpo responde adecuadamente, pero lo que se oye en la conversación resuena en un nivel de significado superior. En cada frase se revela un significado más profundo, más hondo. Toda comunicación se comprende ahora en un nivel más profundo, casi como si hasta la pregunta más sencilla fuera en realidad una pregunta existencial y una declaración acerca de la humanidad en sí. En la superficie, las palabras suenan superficiales; pero en el nivel más profundo, tienen penetrantes implicaciones espirituales.
Esas respuestas adecuadas las está dando el cuerpo, al cual todos dan por hecho que es a un yo al que le están hablando. Esto en si es extraño, porque no hay ningún autentico yo asociado en modo alguno a este cuerpo. El verdadero Ser es invisible y no tiene ubicación. El cuerpo habla y responde a las preguntas simultáneamente en formas paralelas, en dos niveles al mismo tiempo.
Serenada por el Silencio de la Presencia, la mente se encuentra silente, sin palabras. Ninguna imagen, concepto, o pensamiento se sucede. No hay nadie que los piense. Al no haber ninguna persona presente, no hay quien piense ni quien actúe. Todo sucede por sí mismo, como un aspecto más de la Presencia.





En los estados de conciencia ordinarios, el sonido se impone sobre el fondo del silencio y lo reemplaza. En cambio, en la Presencia, sucede lo contrario. Aunque el sonido es perceptible, se encuentra en el fondo. El Silencio se impone de tal modo que no se ve interrumpido ni desplazado por el sonido. Nada trastorna su serenidad ni interfiere en su paz. Aunque tienen lugar movimientos, estos no son capaces de alterar la inmóvil serenidad que hay más allá del movimiento. Todo parece moverse como a cámara lenta, debido a que el tiempo está ausente. No hay más que un estado constante de Ahora. No hay acontecimientos ni sucesos porque todo comienza y termina, todo empieza y acaba; los acontecimientos solo tienen lugar en la conciencia dualista de un observador. En ausencia de esta, no hay sucesión de acontecimientos que puedan ser descritos o explicados.
En lugar de un pensar, hay un conocer auto revelado que imparte un entendimiento completo, que se explica por sí mismo a través de su refulgente esencia. Es como si todo hablara silenciosamente y se presentara en su totalidad en la absoluta belleza de su perfección, manifestando de este modo su gloria y revelando su Divinidad intrínseca.
La sufusión de la Presencia a través de la totalidad y de la esencia de todo cuanto existe es exquisita en su suavidad, y su tacto es como de algo que se derrite. El Ser interior es su verdadero núcleo. En el mundo ordinario, solo se puede tocar la superficie de las cosas; pero, en la Presencia, la esencia más profunda de cualquier cosa se halla entremezclada con la de todas las demás cosas. Este toque, que es la Mano de Dios en su tierna suavidad, es al mismo tiempo una expresión y la morada del poder infinito. En su contacto con la esencia interior de todo, uno es consciente de que la Presencia está siendo sentida por todas las demás cosas, objetos o personas.
El poder de su suavidad es ilimitado, y dado que es total y omnipresente, ninguna oposición es posible. Impregna Todo Lo Que Es, y de su poder surge la propia existencia, que es tanto creada por el poder como, al mismo tiempo, sustentada toda por él. Este poder es una cualidad intrínseca de la Presencia, y su presencia es la esencia de la propia existencia. Está presente en todos los objetos. En ningún lugar hay vacuidad, dado que la Presencia llena tanto el espacio como el interior de los objetos. Cada hoja sabe cómo está siendo experimentada por todo lo demás y comparte el gozo de la Divina Presencia.
Todo se halla en un estado de silencioso regocijo, por cuanto su conciencia es una experiencia de la Divinidad. Una peculiaridad de todo cuanto existe es la de una serena gratitud siempre presente, por habérsele concedido el don de experimentar la presencia de Dios. Esta gratitud es la forma en la cual se expresa la adoración. Todo lo que es creado y tiene existencia comparte el reflejo de la gloria de Dios.




La apariencia humana ha asumido un aura totalmente nueva. El Ser Uno resplandece en los ojos de todos. Todos los rostros irradian y todos son igualmente hermosos.
Lo más difícil de describir es la interacción entre las personas, que se mueve en un nivel diferente de comunicación. Existe un amor obvio entre todos. Sin embargo, sus palabras cambian de tal manera que toda conversación se convierte en algo amoroso y pacifico. El significado de las palabras que se escuchan no es el mismo que el que encuentran los demás al escucharlas. Es como si hubiera dos niveles de conciencia distintos en funcionamiento, apareciendo en el mismo escenario de la forma y el movimiento; dos guiones diferentes se están pronunciando a través de las mismas palabras. Los significados de las propias palabras han sido transformados a un plano superior por los yoes superiores de las personas implicadas unas con otras, y la comunicación de la comprensión se encuentra en un plano superior. Al mismo tiempo, es evidente que los yoes inferiores de las personas no son conscientes de la comunicación que, simultáneamente, está teniendo lugar entre sus yoes superiores. Las personas están como hipnotizadas al creer en la realidad de sus yoes ordinarios, que no son más que una exteriorización inadvertida e inconsciente de escenarios o papeles, como en una película.
Al ignorar a los yoes inferiores, los yoes superiores se comunican entre sí directamente, y los yoes ordinarios de las personas parecen no ser conscientes de ese nivel superior de conversación que está teniendo lugar. Al mismo tiempo, las personas sienten intuitivamente que algo diferente a lo habitual está sucediendo. La presencia consciente del Ser crea un campo de energía que resulta sumamente agradable a las personas. Este campo de energía lleva a cabo lo milagroso y trae armonía a los acontecimientos, junto con cierta sensación de paz a todos los que lo experimentan.
Las personas que vienen, tras recorrer muchos kilómetros en busca de respuestas a sus preguntas, descubren de repente, en presencia de esa aura las respuestas que buscan, que les llegan a través de una comprensión interior que hace irrelevantes las preguntas originales. Esto sucede porque la Presencia re-contextualiza la ilusión de un problema, causando así su desaparición.
El cuerpo proseguía con sus operaciones y reflejaba las intenciones transmitidas a través de la conciencia. La continuidad del cuerpo no revestía gran interés, y era evidente que el cuerpo realmente no es más que una propiedad del universo. Los cuerpos y los objetos del mundo reflejan variaciones interminables y no muestran imperfección alguna. Nada es mejor ni peor que ninguna otra cosa, ni es de un valor o una importancia diferente. La cualidad de la perfecta auto- identidad define el valor intrínseco de todo cuanto existe como expresiones iguales de Divinidad innata. En la medida en que la relación es un concepto de observación mental dualista, en la Realidad no hay relaciones. Todo simplemente es, y exhibe la esencia de la existencia.





De forma similar, sin la interposición de un observador activo, con su innata categorización de pensamientos, no puede haber cambios ni movimientos que explicar o describir. Cada cosa evoluciona simplemente como una expresión de su esencia divina. De ahí que la evolución tenga lugar como una manifestación de la conciencia, y tome su expresión desde los niveles abstractos de la energía superior hacia las formas inferiores pero más concretas y, finalmente, la materialidad física. Así, la creación se manifiesta desde una forma abstracta, a través de formas progresivas hasta un patrón de energía final, que da lugar a la materialidad concreta. El poder para manifestarse es la expresión de la divina omnipotencia como creación continua.
La Creación es el Presente y el Ahora. Este Ahora es continuo, de modo que no son posibles ni los principios ni los finales. La visibilidad, o la materialidad en sí, no son más que fenómenos sensoriales y no una condición necesaria para la existencia, la cual en sí misma es sin forma y sin embargo intrínseca a toda forma.
Dado que todo está siempre en proceso de creación, todo es una expresión de la Divinidad, o de lo contrario no tendría la capacidad de existir en modo alguno. El darse cuenta de que todo lo que existe refleja a la Divinidad de la Creación es el motivo por el cual merece respeto y reverencia. Y esto justifica la reverencia ante el espíritu que hay dentro de todos los seres vivos y de la naturaleza, que es característica de muchas culturas.
Todos los seres que sienten son iguales. Solo la manifestación material está sujeta al cese; y la esencia no se ve afectada, y conserva la potencialidad de reaparecer en forma material. La esencia solo se ve afectada por las propias fuerzas de la evolución. La aparición de la forma material a partir de la esencia viene determinada por la presencia de lo que ya está en la forma. El contenido de la manifestación material puede facilitar la manifestación de la esencia como forma, o puede no serle favorable, dependiendo de las circunstancias. Se podría decir que la creación satisface sus propias instrucciones internas, divinas o tendencias. Tradicionalmente, se le ha dado en llamar destino, que es el despliegue de la potencialidad y el reflejo de las circunstancias preexistentes (las clásicas gunas Sanscritas del rajas, satva y tamas, o acción, consciencia y resistencia). Así, el hombre puede influir en las circunstancias con el fin de potenciar la manifestación de las eventualidades deseadas. Mediante la decisión, la conciencia humana puede influir en los resultados, pero el poder de la creación es competencia de Dios.
La naturaleza de la creación, que esta mas allá del tiempo, del espacio y de la causalidad, se revela por sí misma y se presenta a la consciencia de la Conciencia como un don de la Presencia. Todas las cosas son intrínsecamente sagradas en la divinidad de su creación. Cuando la crítica y la discriminación de la percepción dualista se dejan a un lado, se revela la perfección y la belleza absoluta de todo.




El arte intenta abstraer esta consciencia cuando toma un instante en el tiempo y lo congela en el arte fotográfico, la pintura, o la escultura. Cada fotograma representa la perfección, que solo se puede apreciar cuando se aísla una visión única de la distorsión de la historia superpuesta. El drama de cada instante de la existencia se presta a ser preservado cuando el arte lo salva de la extinción de la transformación de la forma material que llamamos historia. La inocencia intrínseca de cualquier instante dado se manifiesta cuando se saca a ese instante del contexto proyectado sobre una secuencia de instantes seleccionados que, posteriormente, se convierten en una historia. Una vez que la mente dualista los convierte en una historia, se les aplican los términos de bueno o malo. Podemos ver fácilmente que incluso los términos bueno o malo refieren en su origen a lo que realmente no son más que deseos humanos. Si quitamos el enjuiciamiento humano de la observación, todo lo que se puede ver es que la forma está en constante evolución, en tanto que cambio, que no es intrínsecamente deseable o indeseable.
Todo está manifestando su potencialidad inherente en la medida en que está determinado por su esencia y por las condiciones prevalentes. El esplendor de todas las cosas se halla en su misma existencia, en el hecho de manifestar la gloria de la creación de Dios como existencia. En virtud de simplemente ser, todas y cada una de las cosas que sienten y que no sienten esa existencia cumplen con la voluntad de Dios. Es debido a la intención divina que lo no manifiesto se vuelve manifiesto; creación es el nombre del proceso que nosotros presenciamos.
Debido a que la naturaleza de la Creación no es evidente para la conciencia ordinaria, la mente manipula enigmas sin respuesta, por ejemplo, ¿cómo puede un Dios bueno permitir tanto mal? Más allá de la percepción dualista y de las categorías arbitrarlas de la manifestación, no hay nada bueno ni malo que explicar, y se puede ver que el universo es, en sí mismo, inofensivo. La mente humana construye sus escenarios de objetivos y deseos, y los acontecimientos pueden coincidir con ellos o no. Tanto la tragedia como la victoria tienen lugar solo dentro de las limitaciones de la mente dualista y no son independientes de la realidad. Todo lo que hay en este mundo parece surgir y luego disolverse dentro de las limitaciones de la percepción. Pero, en la medida en que la Realidad está más allá del tiempo, el espacio y la forma, es irrelevante si una cosa o una persona existen durante una décima de segundo o durante miles de años. Así, el empeño por vivir unos cuantos años más o incluso unos pocos instantes más se antoja una ilusión vacía, porque la existencia no se experimenta en modo alguno dentro del tiempo. Este instante es la única realidad que está siendo experimentada; todo lo demás es una abstracción y una construcción mental. Por lo tanto, uno no vive en absoluto setenta años; solo este mismo instante fugaz es posible.




En la realidad de la no dualidad, todo está completo, y el deseo se sustituye por el aprecio. A medida que la vida evoluciona, todo ser vivo es la expresión total de su potencialidad en cualquier momento dado. La motivación desaparece como tal, y la acción tiene lugar como una fase en el proceso de actualización de la potencialidad. Por tanto, no hay actor detrás de la acción. Lo que hay es una sensación de totalidad y de completa satisfacción en cada instante. El disfrute de las necesidades físicas es el producto de la propia acción. El apetito de comer, por ejemplo, surge del acto de comer, sin deseo previo alguno por el siguiente bocado; si se deja de comer debido a una interrupción, no existe sentimiento de pérdida. La alegría de vivir tiene su origen en la propia existencia en cualquier momento dado, y la conciencia de totalidad continua es un aspecto de la alegría de la existencia.
La totalidad de la Unidad del Todo no se puede experimentar. Más bien, se conoce en virtud de serlo. El Yo del Ser es el Ojo de Dios presenciando el despliegue de la Creación como Ahora. La secuencia es una ilusión creada por la percepción del Yo del ego, que es el punto de observación del proceso que va de lo no local a lo local, de lo no lineal a lo lineal, de la Totalidad al resto. La percepción es el ojo del ego que, en la medida en que traduce el no experimentado Infinito en un finito experimentable, genera la percepción del tiempo, el espacio, la duración, la dimensión, la posición, la forma, la limitación y la singularidad”.

Sí, todo lo que venimos diciendo está muy bien. Bonitas palabras que nos explican la experiencia de los pocos afortunados que ganaron el premio gordo de la Experiencia Suprema. Pero tú y yo querido lector, continuamos siendo como la hormiguita que cree que una simple piedra es una montaña infranqueable, seguimos viviendo en la ilusión -la Maya, a la que refería Osho-. Entonces, ¿Qué debemos hacer, si es que debemos hacer algo, para superar los obstáculos que nos impiden acceder a la Iluminación, a la vivencia de la Conciencia Cósmica?.
Para finalizar ésta entrada que podría prolongarse durante muchísimas más páginas, veamos el siguiente texto de Susana Martin, 





quien en su muy peculiar estilo nos explica como alcanzar la Experiencia Suprema, la Iluminación.


“Sencilla......escueta......todas las palabras que salen de ti.....solo hablan de ti.....
preguntas como alcanzar la iluminación.....que lo diga de una forma escueta ...sencilla....
observa...que solo son conceptos......y que lo que significan ....para ti....solo está en ti...
Ciertamente.....puedo decir que no se necesita toda una vida para ello....si adquieres un total compromiso contigo mismo...en el cual nada sea más importante para ti, que alcanzar la Verdad de lo que Eres....
Para ello vas a tener que quedarte vació.....tienes que estar dispuesto a dejar marchar....todo....cuanto más apegado estés a algo...mas va a estar el universo...la conciencia ...tu interior...dispuesto a que lo dejes....
Digamos que el proceso es el siguiente...
La primera rendición es la de darte cuenta de que no sabes hacerlo...de que tal y como has funcionado hasta hoy....no te lleva a ello......esta rendición....hace que dejes de buscar fuera...de perseguir...mas enseñanzas...mas técnicas y mas  métodos....hace que de verdad sientas...que Tu eres la puerta… y la llave que la abre....y que vuelvas toda tu atención a ti mismo....cuando alguno de los que hemos conocido la verdad hablamos de retirarse del mundo...nos referimos a que utilices toda tu realidad como un espejo...de ti mismo....a que nada de lo que el mundo te "ofrece"...tenga fuerza en ti para atraparte...que tienes que ocuparte de ti olvidándote del mundo que te rodea.....una vez que aceptes que todo es tuyo...todo lo que ves....e interpretas...todo lo que dices...todo lo que haces....todo lo que enjuicias.....es una proyección de ti mismo puesta en lo que te rodea...puedes empezar....a convertirte en el observador ...practicando la calma, la Escucha...porque la inconsciencia es una fuerza que arrastra....necesitas poner resistencia ....y solo si empiezas a sentir.....eso que te habita....puedes ir frenando la inconsciencia 
El observador te da una nueva perspectiva de ti mismo, de tu mente...de tu sistema emocional....y de tu cuerpo....desde esa nueva visión...casi diría "posición". empezar por tirar todas las ideas y creencias....todas...no puede quedar ni una.....por ejemplo....
Si crees que la carne es mala.....averigua porque has aceptado esa creencia y suéltala...come carne y descubre por ti mismo lo que ocurre....olvídate de todo lo que has leído...escuchado...esto se trata de ver en ti mismo todo lo que te has creído y por que...y que no nos corresponde "opinar" sobre nada...cuando uno deja de dañarse a sí mismo....deja de dañar al mundo......que uno deje de comer carne por que ha visto un vídeo de maltrato animal....no va a ayudar ....en nada.....lo que de verdad ayuda es la disolución en uno mismo del ego...del personaje....del dominio del miedo...dejando de actuar desde el ....Ser consciente....ser la vida misma y experimentar de verdad...sintiéndolo, que todo...TODO 




...absolutamente TODO EN ESTE PLANETA ESTA UNIDO A TI....QUE ERES TODO LO QUE EXISTE...TODO LO QUE VES....Y ESTO SI NO PASA DE SER ...UNA SIMPLE CREENCIA EN TI....NO SIRVE PARA NADA....LA ILUMINACIÓN ES LO QUE HACE QUE TU..... VIVAS...SINTIENDO....SIENDO ....SABIENDO ESTO....POR EXPERIENCIA...NO POR CREENCIA......digo lo de la carne como podría decir cualquier otra cosa...y porque todo lo que existe tiene vibración...las plantas también...las piedras ...también...pero todo ...todo lo que te rodea...una mesa...una silla....todo se compone de la misma MATERIA....que la mente haga diferencias...es lo único..que separa una cosa de otra....como tratas todo lo que te rodea...te tratas a ti mismo....
Cualquier idea que tengas sobre algo...cuestiónala....investiga en ti...y contigo mismo....estar en el observador lo que hace es que tú puedas ver tus pensamientos...tus ideas...todo lo que afluye a tu mente ante lo que ocurre en tu vida....y que puedas dejarte sentir todas las emociones que se despierten dentro de ti...y que comprendas que si te estás enfadando....nada...ni nadie ..es responsable de ese enfado más que tú mismo....que sucede por toda la información que esta inconsciente en ti...y que tienes que volverla consciente...descubrirla ...para que no te maneje mas...
Primero tirar ideas y creencias...si pienso esto no puedo hacer-lo....me planto y lo hago....si creo que algo es bueno...es malo...es ...es...la Verdad no tiene "adjetivos"...ni definiciones....así que nada de lo que hemos creído sirve...nada....soltar....
Lo siguiente es ahondar en tus heridas...es meter el dedo en la llaga...como si tuvieras un balazo y tuvieras que sacarte la bala....va a doler? pues si...pero de seguro que peor es tener la bala dentro...o tener todo lo que cargamos dentro....tu dolor es producto de una visión incompleta...una visión egoica que te convierte continuamente en víctima, y que no es otra cosa que tus auto-juicios..tus interpretaciones...tu orgullo egoico diciéndote que estas siendo herido...humillado...maltratado....solo por que las cosas no son como el imagino...como el quiso que fueran.....y todo esto se genera la gran mayoría en la infancia...y toda tu vida está regida por ello...
Después....es descubrir como lo que juzgas fuera ...es lo que tú haces....diga lo que diga tu mente ...tu orgullo ...tu ego...esto es así...todos los aspectos del ser humano están dentro de cada uno de nosotros...y verlos es reconocerte....aceptarte....ser capaz de decirte a ti mismo...pues si...soy así...he hecho eso que veo, yo también me he comportado así...yo también hago eso que veo...que interpreto en "otro" ...yo también sería capaz de ....es una gran Rendición....es uff....soltar....es ..liberador...porque lo que hacemos es negar continuamente nuestro comportamiento....lo que hacemos....lo que decimos...lo que pensamos.....y contradictoria-mente,  lo que hacemos...es lo que interpretamos de lo que suponemos que hacen  los demás cuando no podemos saber...NADA.....absolutamente NADA DE LO QUE HACE OTRA PERSONA...NADA....solo es una interpretación de tu mente...decir mira lo que está haciendo ese....MENTIRA.....OBSERVATE A TI PRIMERO....descúbrete a ti mismo...primero....descubre lo retorcido de todo lo que vives...haces y dices....observa cada juicio que emite tu mente...y descubre donde esta de verdad lo que ves....en ti...solo en ti....






Descubrir tus miedos...e ir a por ellos...descubrir como debajo de todo siempre ...siempre está el miedo...aunque digas ...yo no tengo miedo....ya te digo....MENTIRA....
Observa...como reaccionas a la vida....esa reacción es producto de creer que siempre estamos siendo "atacados"......observa como siempre estas intentando demostrar algo...de como siempre al personaje le gusta tener razón...saber más que nadie....decir la última palabra....como buscas siempre la aprobación de los demás....ser aceptado...ser importante....aparentar .....la importancia de la imagen....de como soy considerado....descubre como vives para lo que crees, que los demás esperan de ti....absurdo...cuando tu eres el único....que se obliga a ello....con la misma vara que mides el mundo ...te mides y limitas a ti mismo..
Como esperas o incluso exiges que los "demás" hagan y digan lo que tu esperas...lo que tú quieres...y muchas veces...tienen poco menos que adivinarlo!!.....y si no es así ...uyyy...el enfado.....aparece...y quienes somos, cada uno de nosotros...para que los demás hagan lo que queremos...o mejor dicho...lo que quiere el personaje...el ego...algo ilusorio....creado desde el miedo....algo....que no ha pasado de ser un NIÑO ENRABIETADO"....
La iluminación es darte cuenta de la ilusión creada desde el miedo....desde la visión de víctima ....que todos cargamos...por el único motivo de juzgarnos y criticarnos..a nosotros mismos...desvalorizandonos continuamente al creernos todo lo que oímos....con el único fin ...de buscar siempre, ser Queridos....ser considerados....sin darnos cuenta que los únicos que dejamos de querernos ....somos nosotros mismos....
Nadie puede Amarte....nadie...ni tu amas a nadie.....tu eres AMOR....tienes que descubrirlo en ti....descubrir que estas Hecho de AMOR...Y que no es una emoción....que no es nada de lo que crees que es.... es la ausencia del predominio de una vibración...al estar todas contenidas...unidas...aceptadas....todas y ninguna....todo lo que existe esta en ti....pero nada predomina....nada sobresale....la nada y el todo....un Buda ..no emite ninguna energía.....ninguna....vibración....porque siempre ...siempre ES....lo que está sucediendo....no hay nadie....en el...no hay nada en el .....por eso lo es todo.....y tu...y todos....somos lo que sucede ...sin la mente...si la mente dice lo que cree que es...ya no puedes estar siendo....ya entra la opinión...la definición...la interpretación....y estar en el vació...es des-hacer toda la madeja ...todo el entresijo...has unido....situación...suceso...interpretación...juicio.... pensamientos......ideas...creencias............emociones y....miedo......todas estas cosas las has ido uniendo.....y guardando en tu inconsciente....biblioteca...almacén...como quieras llamarlo....cada situación de tu vida....está unida a un montón de todo lo antes mencionado...y des-hacer el personaje es des-hacer la madeja...es cada emoción...cada auto-juicio....cada herida...cada dolor...cada miedo.....ver todo ...todo lo que está unido...y comprender que paso ....de verdad....es VER ...la situación al completo....no solo tu lado de victima...y eso solo lo Da el observador...solo el ha visto en silencio...toda tu vida...sin estar influenciado por el miedo...o por lo que llamamos emociones...sin creerse ni  mas ni menos....sin diferencia....sin separación....





Una vez en el vació...las sensaciones empiezan a florecer....se atisba el silencio....el descanso....la ilusión ha sido vista y comprendida.....pero la mente sigue su antiguo funcionar....aunque ahora ...no tiene donde atraparte....es cuando puedes investigar y descubrir que es lo que llamamos "mente"......a la vez que te dejas llevar....por la vida....sin controlar.....sin decidir....sin crear....solo lo que la vida traiga.....y te dejas llevar y embargar por las sensaciones.....son las que proporcionan todas las experiencias que van a darte un total vuelco.....No eres...la mente...no eres el cuerpo...no eres nada de lo que crees....Eres un mundo de sensaciones!!   descubre-lo....y flotaras....
Nada de lo que tu mente dice es Verdad.....dejas de creer...dejas de hacerle caso...dejas de ser la mente....fantástico descubrir como la mente habla y habla por el único motivo de que le haces caso a todo lo que dice....cuando dejas de hacerlo.......descubres que se cansa de que no le hagas caso...y se va callando...va dejando de narrarte la vida.....y tú vas siendo cada vez mas...es directamente proporcional....
cuando la mente se da cuenta que no necesitas que te narre la vida...que vivirla ES....y que narrarla  desde los pensamientos e interpretaciones que hace es negarte la posibilidad de Ser....ocurre el despertar...y el silencio se hace en ti....
Una vez que todo ha sido comprendido...descubierto...que se han tenido ciertas experiencias que rompen con todo lo que habías creído ser...un cuerpo...con un determinado sexo....una mente...un montón de definiciones...el corazón se abre.....y se produce una reconciliación con toda tu vida...y con todos tus espejos....con todo lo sucedido...en tu vida...es como si tu vida fuera un puzle y todas las piezas estuvieran siendo puestas...encajadas....cuando lo completas...se produce la ultima rendición....en donde todo cae...hasta el observador cae...el buscador....el cuerpo...la mente...todo entra en una espiral que te sumerge por la profundidad más oscura que jamás hayas sentido....recuerdo que sentía vértigo....y el miedo final....que intenta resistirse al salto al vació del más absoluto desconocimiento....es sentir que ya has hecho todo...todo lo que podías hacer por ti mismo...que si la muerte viniese....la abrazarías sin mas...y sintiendo que ....lo único que debemos hacer es devolvernos a lo que pertenecemos...a DIOS.....y todas las ideas...creencias ...que tengas ...sobre DIOS....por enseñanzas...por lo aprendido ...por esa ilusión que te embriaga...No tienen nada....absolutamente NADA QUE VER ....CON ...DIOS...NADA...ahora mismo no sabes nada de el...nada....todo lo que creas es mentira.....no tiene nada que ver con religiones...ni con enseñanzas ....ni con iglesias...nada....
El último paso lo da DIOS.....cuando estás dispuesto ....cuando ya sientes...sabes ...que tu vida le pertenece...y que toda tu lucha ...tu dualidad...fue producto de la separación....de ir en contra de ti mismo y de la vida.....Rendido....hágase tu voluntad y no la mía....no mas deseos...no mas control.....no mas separación...
Recuerdo...como en ese instante...estaba relajada....estaba des-enfocada de mi misma....estaban llegando a mi...comprensiones de cuando era niña.....secuencias....descubrimientos ...y de forma espontanea....sucede...es ...es algo...que por muchas palabras que usara....no se acercarían a lo que supone en ti....reír...llorar...reír...y aahh.....sentir....sentir...sentir...te abruma...tanto sentir....tanta paz...tanto silencio...tanto descanso....te desborda.....y ver lo absurdo ....de la ilusión...y lo que hemos convertido el vivir...no podía parar de reírme de la estupidez humana...de creernos toda esta farsa....y gratitud....mucha gratitud......al día siguiente....me sentía como si acabara de llegar...de ningún lugar en concreto...y sin un rumbo  ...que seguir....todo era ...vació...no había nada en lo que pensar...nada, nada que proyectar....y todo era nuevo...completamente nuevo para mí....como si nunca hubiera visto ni el lugar...ni a los que allí estaban.....realmente...es un comienzo....no es llegar a algo....es comenzar a vivir....y todo...todo será nuevo para ti....
El cuerpo se reajusta...de alguna manera...sientes ese reajuste...a la mañana siguiente ..mis piernas casi no me sujetaban...y mi cabeza ...pesaba ..y se caía hacia los lados...tenía que sentarme y apoyarla....sentarme y permitir ese reajuste a su ritmo...









Nada te pertenece...nada...ni el cuerpo que ocupas...todo es prestado ...y todo el dolor del ser humano parte de esto...el quiere poseer...y su rebeldía nace de no dominar..la vida...ni lo que en ella ocurre...de ahí el afán de tener....poseer...conseguir y de controlar....o querer hacer-lo...creer que lo hace...
¿Quien está iluminado?......no he conocido ninguno....en persona....posiblemente estén en el anonimato.....no se  busca la fama...ni el reconocimiento...ni la aceptación de los "demás"....no dependemos de nadie....ni de nada....estamos al servicio de lo que la vida disponga.....no hay deseos particulares...ni objetivos a conseguir.......sabemos que quien tiene que llegar ...llega.....que esto no es algo para probar si lo quiero o no...si me gusta o no.....que solo el que está en disposición...capaz de escuchar la Verdad sea la que sea...es el que estará en la disposición de encontrarse  .....pero lo que te sugiero ...es que primero comprendas de verdad que es la experiencia de la iluminación ...si comprendes que es un trabajo contigo mismo..que es bajarte de cualquier pedestal al que el ego te subió...si comprendes que es dejar de ser "alguien"..y que precisamente, esto es lo que más descansa.....si comprendes que es un reconocerte en todos y cada uno de los aspectos del ser humano...los que llamamos "negativos y los que llamamos positivos"...si comprendes que es ir de frente a mirar dentro de ti...todas tus heridas...y que en vez de lamértelas una y otra vez....es abrirlas de par en par  y vaciarlas ...como si del mismo pus se tratara....si comprendes que es mirarte en el mundo que te rodea y ver que simplemente ...es el espejo donde verte....es desde donde recoger todas las proyecciones....si comprendes que la verdad que buscas no es la adulación de alguien...si no el pinchazo ...el fuego que te quema el orgullo....si comprendes que no es rechazar...si no acoger lo que duele...lo que molesta...lo que no gusta....si comprendes que lo que te mueve aquí y ahora es el miedo disfrazado....el deseo...el interés...y que solo si lo acoges....puedes ser consciente .......si comprendes que tu, solo tú, tienes la llave...y que no dependes de nada ni de nadie para hacer-lo.....si comprendes que la iluminación no es alcanzar un nivel ...ni un status...ni un nombre....si no que es despojarte de todo....de todo...si comprendes lo que es....que no hay ni un ápice de fantasía en ello... ...que no hay ser superior que te toque....y te eleve....si comprendes que es pura y dura investigación en uno mismo....si comprendes que es Rendirte....entonces ...podrás responderte tu mismo....no importa si lo sé..importa si comprendes que es ..porque así podrás ejercerlo en ti mismo...podrás trabajarlo en ti mismo....y como siempre ..
solo puedo decirte lo que NO ES....






Alguien que se auto-proclame Maestro...no lo es,......alguien que ..te venda un método o una enseñanza..no...lo es....alguien  que te ...diga voy a enseñarte...no lo es...alguien que económicamente dependa de tu descubrimiento...no lo es.....
Buda no creo el budismo.....pero el ser humano sigue creyendo....Jesús no creo la religión ..ni el cristianismo...ni la iglesia...pero el ser humano sigue creyendo ....creyendo todo lo que se le dice...porque es mas "fácil" seguir al rebaño....que ser un descubridor....
El mayor cáncer de la humanidad es creer....las creencias....son muros infranqueables...cárceles....
Dios está en ti...que mas necesitas??....a quien necesitas??....nada ni nadie...solo descubrirlo...RECORDARLO.....solo eso.....RECORDAR.......aquí las enseñanzas...no caben.....ninguna...
y...mientras no lo descubras estará en ti,     la Necesidad...
No hay ciencia infusa...ni varita...ni energía...ni persona que pueda iluminarte ...solo tú puedes hacerlo
Una respuesta ...rápida....diluye el personaje...libérate de ti mismo y te iluminaras...
deshaz la ilusión que te rodea... que te nubla...y te iluminaras
Esta es la respuesta que ha surgido.....lo que adjetivamente ....le otorgues...es tuyo...deja que salga...y obsérvalo....pues habla de ti...."





Quizás sí, que debamos volver a danzar alrededor del fuego ritual, embriagados, al son de los tambores y de los sonajeros, para entrar en contacto de nuevo con esa divinidad que nos aguarda en el interior de nosotros mismos.
Podríamos ver ésta presentación basada en un texto de Marià Corbí que expresa excepcionalmente todas éstas ideas:





Bueno, pues hasta aquí la entrada de hoy, espero que los materiales aportados, puedan serte útiles e interesantes.